Desde la infancia temprana, niñas y niños reciben diferentes mensajes sobre las áreas STEM, acrónimo en inglés que refiere a un enfoque de enseñanza en ciencia, tecnología, ingeniería y matemática. Si bien las niñas comienzan su trayectoria educativa con niveles similares de interés en estas actividades que los varones, desde el núcleo familiar se estimula más a los hijos a participar en estas áreas y este mensaje luego se consolida en la escuela.
Un 30% del cuerpo docente cree que los varones están más capacitados que las niñas para realizar actividades relacionadas al pensamiento computacional y la matemática, según encuestas de Ceibal. “Como que naturalmente se les da mejor estas áreas a los niños que a las niñas para este porcentaje de docentes. Y a eso se agrega que a veces ni siquiera este sesgo es consciente”, explicó a Búsqueda la economista Irene González, gerenta de Datos y Ciencias Comportamentales de Ceibal, la agencia de innovación pedagógica con tecnologías digitales.
El dato surge de encuestas realizadas a docentes que forman parte del programa Pensamiento Computacional, que se inscribe en los contenidos curriculares de 4º, 5º y 6º de Primaria y alcanza al 63% de las escuelas urbanas. En 2022 participaron de esa línea de trabajo más de 2.500 grupos de 715 centros educativos del país.
Ante la pregunta directa, los docentes aseguran que niñas y niños son iguales, cuenta González. Sin embargo, “hay un montón de instrumentos e indicadores que permiten medir el sesgo a nivel inconsciente”. Y las diferencias existen. “Un porcentaje de ellos cae en esa percepción, porque está muy incorporada y es muy difícil de cambiar”, dijo.
Este hallazgo sobre la percepción de estos docentes “no se corrobora con la evidencia empírica”. Los resultados de las pruebas de Ceibal muestran que el logro de las niñas en las evaluaciones de pensamiento computacional y desafío Bebras —sobre resolución de problemas— es superior al de los varones.
“El caso es que, si el docente siente que los niños tienen habilidades naturales superiores con respecto a la programación o la matemática que las niñas, ese sesgo de selección terminará permeando sus desempeños, creencias e intereses definitivos”, apuntó González.
Ceibal presentó el jueves 27 un estudio al que accedió Búsqueda que confirma “una lógica secuencial en la que las normas, los roles, los valores y los estereotipos influyen en el acceso a recursos y oportunidades por parte de niñas y mujeres”. Esta lógica “afecta los procesos de enseñanza-aprendizaje, la autonomía económica de la mujer y su participación en puestos de responsabilidad y toma de decisiones”.
Así, “el país desaprovecha un talento inmenso y esencial para su futuro” en una industria en auge, afirmó la gerenta general de Ceibal, Fiorella Haim, entrevistada por Búsqueda. “Es un gran sinsentido que las mujeres no participen en el área (STEM)”, mientras “Uruguay se está perdiendo la posibilidad de generar valor y de exportar proyectos por falta de personal”. Y todo esto, subrayó, por “estereotipos sociales” y “sesgos de discriminación”.
El STEM es el sector del mercado laboral que ofrece mayor autonomía económica. Los salarios de esa actividad son 66% superiores al promedio en otras áreas, según datos del Instituto de Estadística de la Unesco.
La presentación del estudio Equidad de género en el ecosistema STEM de Ceibal se realizó el jueves 27 en el Palacio Taranco, con la presencia de la vicepresidenta Beatriz Argimón, entre otras autoridades nacionales y extranjeras.
Tablero de indicadores.
Desde su gestación en 2007, Ceibal se ha posicionado como un “promotor de la equidad”, tanto para la igualdad de acceso a dispositivos e Internet como a recursos y programas pedagógicos destinados a “disminuir la brecha de acceso tecnológico”. Pero su estrategia también incluye la promoción de equidad de género. Uno de los objetivos de su Plan Estratégico 2021-2025 apunta a que la participación de niñas en programas STEM sea de al menos 45%.
La intención es eliminar las barreras que impiden que las mujeres que así lo deseen elijan carreras STEM, contó la experta de datos de Ceibal. La institución constató por ejemplo una brecha de género favorable a los varones en la postulación a las Olimpíadas de Robótica, Programación y Videojuegos, entre otros programas y plataformas.
Ceibal creó una herramienta online más precisa. El tablero de indicadores de género en STEM describe y aporta evidencia empírica sobre el efecto de los programas que ofrece a estudiantes y docentes para tomar decisiones informadas con evidencia empírica que permitan reducir la brecha de género.
La metodología incluye un modelo de análisis sobre el acceso a recursos y a oportunidades de educación en las áreas STEM. Para eso Ceibal diseñó y midió 12 indicadores para los programas, dos para los dispositivos personales y 15 relacionados con las herramientas digitales.
El estudio concluyó que aquellos programas en los que el abordaje es opcional (cuando la cobertura no es universal) la brecha favorece a los varones. Es el caso de Pensamiento Computacional, que Ceibal trabaja con Primaria, mediante el cual una intervención docente para estimular y promover al conjunto de niños y niñas en el uso de dispositivos logró acortar la brecha de género en 2022.
Por un lado, el informe detecta una autopercepción de desempeño en áreas STEM menor por parte de las niñas que de varones —que se constata también con las evaluaciones docentes—, a pesar de que la evidencia de las pruebas no confirma necesariamente esta hipótesis. Por otra parte, evidencia que hay más interés y mayor involucramiento de las niñas en áreas STEM cuando las actividades son exclusivamente entre niñas en comparación con actividades mixtas.
Según la experta en datos y ciencias comportamentales de Ceibal, esto se explica en razones de competencia, confianza y riesgo. “Se tiende a decir que las mujeres son menos competitivas y más adversas al riesgo que los varones. Sin embargo, estas conductas son adquiridas, no hay una explicación biológica que las justifique”, dijo González, y citó un experimento que permitió identificar la ansiedad de las menores ante instancias de evaluación en el área STEM.
Las mujeres mejoran su rendimiento cuando la prueba incluye ejercicios de relajación y respiración, concluyó ese experimento de Ceibal realizado con el test de ingreso a Jóvenes a Programar en 2023. Con ejercicios de relajación aprobó el 62,5% de mujeres y 65,8% de varones, mientras que sin aplicar estas técnicas de manejo del estrés aprobaron 55,8% de ellas y 65,5% de ellos. Una diferencia de 12%.
El experimento no produjo efecto en los varones. Sin embargo, en las mujeres fue “el mejor resultado que tuvimos en todos estos años”, comentó González. “Nos dejó claro que exponerse a instancias de evaluación en estos temas les genera una ansiedad y altos niveles de estrés vinculados con la confianza y que les impide mostrar lo que realmente saben ante las pruebas”.
González aseguró que la falta de niñas y mujeres en áreas STEM se explica en decisiones individuales condicionadas por imperativos sociales, que involucran al contexto familiar y escolar y aun también al rol social asignado a la mujer.
“A veces se ponen muchos esfuerzos en grandes campañas de sensibilidad o en cursos y talleres de formación para promover la equidad y la diversidad en los equipos, pero no se va a lo práctico. Eso no se logra plasmar en el día a día y se terminan tomando decisiones que van en sentido contrario”, dijo. Por eso Ceibal busca “cambiar los mensajes” para atraer tanto a varones como a mujeres al ecosistema STEM.
La experta destacó “la guía de docencia remota” que incorpora “buenas prácticas” para buscar la equidad en la participación de niñas y niños en esa área. Otras propuestas refieren a seguir visibilizando a mujeres científicas, para que las niñas observen modelos de rol, además de “usar lenguaje que incluya a todas las personas” y de estimular la participación de las niñas.
Aún hoy en educación media, varones y mujeres tienden a elegir asignaturas de acuerdo con los roles “tradicionales” de género. Al momento de optar por una orientación para bachillerato (5° año), el 40% de las jóvenes se decantan por la diversificación científica, mientras que en 6°año el 34% lo hacen por la orientación fisicomatemática (ANEP, 2019).
Esa brecha de género luego se traslada al mercado laboral y universitario. En Uruguay, el 63% de los estudiantes que ingresan a la Universidad de la República son mujeres, y solo 23% cursa en la Facultad de Ingeniería. La mayoría de las alumnas opta por carreras relacionadas con las ciencias sociales y humanas o con el área de la salud.