—¿Qué balance hace de la temporada de verano a partir de los datos que presentó?
—El balance es altamente positivo, como indican las cifras trimestrales. El resultado fue excelente, con una recuperación que supera los niveles prepandemia, particularmente en el número de visitantes. Cuando hablamos de ingresos, ahí se relativiza porque no acompañó el aumento.
—¿A qué atribuye esa diferencia entre visitantes y gastos?
—Al poder adquisitivo de los argentinos, que gastaron menos. Fueron 716.500 los que vinieron, un 2,6% más que en el 2019, y el gasto fue US$ 431 millones, casi un 17% menos. La cantidad de brasileños creció: hubo 30.000 más (fueron 145.000), un aumento del 7% respecto a 2019. Ellos sí aumentaron el gasto: dejaron US$ 116 millones, un 15% más que en 2019.
—Algunos operadores del turismo, por ejemplo de Rocha, plantean que se debería haber hecho más promoción en Argentina. Con el diario del lunes, ¿fue un error?
—Nosotros promocionamos todos los destinos. Cuando vamos a las ferias, particularmente en Argentina, vamos con Rocha, Colonia, Canelones, Maldonado y Montevideo, que es el destino más importante.
—Pero a lo que apuntan es al foco en la promoción: en lugar de hacer tanto énfasis en Brasil, se podría haber hecho más en Argentina.
—No bajamos el nivel de promoción en Argentina sino que nos jugamos a subir Brasil y un poco más Chile, lo que dio resultado. Sobre todo con los chilenos que vacacionan en febrero. Esto se notó porque febrero bajó muy poco con respecto a enero: ingresaron 480.000 turistas no residentes en enero y 440.000 en febrero. Hubo una baja que no fue tan grande, aunque en ese mes fue Carnaval. Esto nos muestra que teníamos razón cuando decíamos que igual iban a venir argentinos y que hay que seguir apostando al mercado argentino, que es el seguro y tradicional y que hoy está pasando dificultades. De hecho, se reflejó en el gasto. Pero no es que nos olvidamos de Argentina sino que aumentamos y estamos muy jugados a hacer crecer Brasil; tenemos para hacer crecer mucho.

—¿Cuál es la situación del sector turístico, que sale de una de sus crisis más grandes?
—Hay diferencias según las regiones, los destinos y los subsectores. Algunos se recuperaron mucho más rápido que otros. La hotelería cuatro o cinco estrellas está completamente recuperada y funcionando muy bien; los hoteles más pequeños todavía tienen dificultades y deudas, y se enfrentan a una competencia desleal con las plataformas. La gastronomía crece y mejora. Como en toda crisis, hay gente que no se salvó.
—La Cámara de Turismo (Camtur) pide medidas de auxilio, sobre todo para el litoral. ¿Habrá definiciones en ese sentido?
—Estamos en diálogo permanente con la Camtur. El litoral tiene un problema que va más allá del turismo, es un problema comercial por la competitividad. Tiene una variable que el país no maneja.
—¿El gobierno tendría que tomar más medidas?
—Yo creo que sí. Hay varias propuestas en la vuelta, pero las fronteras tienen que tener políticas sectoriales para mitigar problemas coyunturales, económicos. Los precios afectan muchísimo la vida cotidiana y comercial de los fronterizos. Es un tema de gobierno cómo seguir mitigando los efectos de esa competencia con Argentina.
—Pero más allá de la competitividad hay problemas de endeudamiento en el turismo y, en términos de rentabilidad, algunos sectores no tuvieron buenos resultados.
—Sí, porque además las tarifas de la hotelería eran bajas a la salida de la pandemia, aunque han venido subiendo. Eso influía en la rentabilidad porque los hoteles estaban ocupados con tarifas bajas. Pero hasta ahora el gobierno estuvo ayudándolos. En el verano tuvieron el IVA tasa cero como aporte, se extendieron los seguros de paro. Ahora plantean extender esos beneficios, cosa que hemos transmitido, pero todavía no tenemos respuesta.
—¿Qué otros temas charló con el presidente en su última reunión?
—Repasamos las licitaciones que están en marcha para hoteles, como el de Rocha. Ahora sí, en pocos días va a salir la licitación para la construcción en La Paloma de un alojamiento con nivel de servicios cuatro estrellas (aunque acá no tenemos estrellas) y con la posibilidad de un casino. El detalle está en que haya inversores.
—¿El proyecto es menos ambicioso que la idea inicial? Se hablaba de un hotel cinco estrellas con casino.
—Nosotros no fijamos mínimos. Se hizo un llamado a expresión de interés, se presentaron tres iniciativas y no calificó ninguna. Los tres proyectos eran bastante flojos. Vamos a ver, hay empresarios que preguntan y consultan, y se están buscando (inversores) por parte del gobierno departamental y del ministerio. Lo mismo sucede con Carmelo, que es la otra licitación que se está trabajando junto con Economía, pero es diferente porque hay un predio que es del Mintur, que es el viejo hotel casino, pero que está bastante ruinoso. Nos imaginamos algo más adecuado al lugar y puede haber una iniciativa de un complejo, que vaya más allá del alojamiento y del casino, que pueda tener otras cosas, como un supermercado o un centro comercial.
—El Partido Colorado se ha mostrado muy alineado a los blancos en varios temas, incluso en el proceso de las negociaciones por la reforma de la seguridad social. ¿No corre el riesgo de quedar demasiado acoplado y que las diferencias con los blancos se minimicen, a diferencia de lo que pasa en Cabildo?
—Nosotros no hacemos esos cálculos. No se puede vivir, y menos cuando se tiene responsabilidades de gobierno, haciendo cálculos político-electorales, sectoriales o partidarios. El PC tiene una gran vocación de gobierno y un gran sentido de la responsabilidad. Estamos en un gobierno y en una coalición, con un documento firmado como el Compromiso por el país. No calculamos costos de si quedamos más o menos pegados.
—Y dejando de lado la historia, ¿qué los diferencia hoy, en concreto, de los blancos?
—Tratamos de buscar las coincidencias y no las diferencias. En todo caso, lo que nos distingue es que tenemos una concepción de un Estado más presente. No como sustituto de la iniciativa privada, de ninguna manera, pero sí como conductor y elaborador de políticas públicas. Primero para que garanticen equidades, justicia social, pero en segundo término que promuevan un desarrollo más equitativo. El Uruguay no es igualmente desarrollado, ni entre las personas ni territorialmente. Se necesitan más políticas públicas de incentivo sectorial, como la Ley Forestal. En el sector agropecuario faltan políticas públicas, sobre todo de promoción de la granja, de algunas producciones y en algunos sectores y territorios menos desarrollados. Creemos que las fronteras tienen que tener un estatuto especial. Hace años que lo reclamamos. Lo planteé cuando asumí por primera vez como intendente de Rivera. Nuestro país es pequeño territorialmente y con muchas fronteras. Faltaron políticas en el gobierno del Frente Amplio que advertimos y reclamamos y todavía faltan.
—Usted dijo en 2020 que la coalición corría riesgo de romperse si no formalizaba sus órganos de funcionamiento, y no se ha avanzado en eso. ¿El riesgo ahora es mayor?
—Tenemos que avanzar. La coalición podría resolver muchos de sus problemas y enriquecerse más si tuviera un funcionamiento orgánico. Y ni que hablar de reglas de juego claras y escritas y órganos. Los tiene el Frente Amplio, que es una coalición. Este tipo de debates que terminan dándose en forma pública con Cabildo se podrían evitar si tuvieran sus órganos y sus ámbitos de la coalición. Si no, se termina debatiendo públicamente y acatando o no acatando determinadas cosas que erosionan la relación interna, con riesgo de romperse. Las coaliciones, si no se cuidan, son como las relaciones familiares, se terminan deteriorando, y eso pasa en el mundo entero. Urge generar esas reglas del juego claras de funcionamiento y cómo vamos a instalar las elecciones departamentales. Son temas para tener definiciones en los próximos 60 días.

—¿Le preocupa que no haya precandidaturas claras en los colorados?
—Todo a veces se centra en la candidatura, en que el PC, por ejemplo, no tiene candidatos. ¡El Partido Colorado tiene y va a tener candidatos! Vamos a ir con los candidatos que estén mejores. No es un problema el candidato. El tema es seguir trabajando en un partido que está funcionando. Porque funciona y tiene bases sólidas. Tiene sus sectores funcionando. Tiene una juventud potente. Lo mostraron en su elección de jóvenes. Tenemos ideas, historia. Es un partido muy rico. Y vamos a definir las candidaturas, pero se tienen que definir más sobre fin de año. Porque hay varios que estamos con responsabilidades de gobierno, haciendo gestión, y la gestión es parte de la campaña. La gestión no gana elecciones solamente. Se precisa la parte política, la estructura, el candidato, pero es la mejor forma de hacer política.
—En ese debate aparece Pedro Bordaberry, que ha tenido más visibilidad con sus columnas en el diario El País y críticas al gobierno. ¿Cómo analiza sus salidas públicas?
—Bordaberry es un colorado que mostró durante su actuación como senador y ministro, y también en el Ejecutivo, ser muy trabajador, muy ejecutivo, muy serio y muy frontal. Decidió no ser más candidato y estuvo retirado de la vida activa del partido, pero todos confiamos y está la hipótesis y la posibilidad de que vuelva a ser candidato, o al menos que vuelva a la política activa. Creo que ahora está dando la opinión como es Pedro: frontal, directo, diciendo lo que piensa. No mide ni hace cálculos menores. Y quizás eso es lo que me gusta de Pedro: su frontalidad. Dice lo que piensa y va en una dirección. Espero que vuelva y que sea uno de los precandidatos. El partido necesita tener más de un precandidato.
—¿Y usted se va a quedar hasta el final en el ministerio?
—Seguramente no. Porque yo soy político esencialmente y voy a hacer campaña electoral, cualquiera sea el lugar que ocupe en esa campaña.
—Usted ha planteado la eventualidad de que pueda ser precandidato. ¿Es un escenario que tiene instalado?
—Lo estoy estudiando. Lo cierto es que yo no me he autoproclamado candidato ni me voy a candidatear. Hay amigos, compañeros, dirigentes que me lo han venido a plantear, y yo lo estoy estudiando, no personalmente, pero sí en consulta con Batllistas sobre todo, para ver hacia dónde va a ir el sector. Creo que todavía hay tiempo para esas definiciones. Hoy es gestión.
—¿Y por cuánto tiempo?
—Las cosas tienen que madurar. Creo que de acá a fin de año esas definiciones van a estar. El año que viene es el año electoral. Una vez que empiece, yo tendré que renunciar al ministerio. No me inhibe nada constitucional pero no se puede distraer la atención de la gestión con la campaña.
- Recuadros de la entrevista
“No me interesa” el proyecto de juego online
“Que vengan los turistas”, pero “no a drogarse”
Contratapa
2023-04-19T23:53:00
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