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Ante la tendencia a la baja del tipo de cambio en Uruguay vista en los últimos meses, que afecta a varios rubros de exportación tradicionales, la preocupación llegó también al sector de tecnologías de la información y comunicación, cuyas ventas son, en general, a mercados del exterior.
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“Las empresas más afectadas y preocupadas son las exportadoras de servicios tecnológicos”, dijo a Búsqueda el presidente de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), Carlos Acle. Esas compañías utilizan mucho personal y este rubro constituye un costo esencial. “El servicio se da con personas, hay una linealidad entre crecer en facturación y en personal, es por esto que la gran mayoría de sus costos son en recursos humanos y en pesos uruguayos. En la medida que cobran en dólares, los costos se van encareciendo en la medida que la moneda se va apreciando”, explicó. Agregó que si bien las firmas dedicadas a la venta de productos (aplicaciones) al exterior también se ven afectadas por el llamado “atraso cambiario”, en su caso “tienen márgenes más altos y más espalda”.
A esta situación se sumó el hecho de que desde diciembre el principal destino de exportación del sector, Estados Unidos (EE.UU.), se caracterizó por un contexto “recesivo, con mayor incertidumbre y falta de capital para inversiones en startups” como consecuencia de la suba de tasas de interés, la quiebra de Sillicon Valley Bank y la discusión para aumentar el tope de endeudamiento público de ese país. Todo eso, según Acle, “golpeó en general a empresas pequeñas y medianas de Uruguay que trabajan mucho con startups y generó más preocupación. Es un año muy complejo, desde el término del desarrollo de negocios con la mirada del exportador”.
Aunque aún no es claro cuál es el efecto de estos factores sobre la facturación del sector TIC uruguayo, “si hubo impacto, creo que se daría más por la baja en el mercado de EE.UU. que ya desde fin del año pasado se ha complicado”, afirmó.
Atraso
La situación de apreciación del peso frente al dólar en Uruguay afecta al núcleo exportador de la CUTI, que equivale al 65% de las empresas de la gremial y al 53% de la facturación del sector. Acle reconoció que “hoy no hay medidas” que la cámara pueda tomar ante esa realidad, más allá de ayudar a las firmas socias a “transformarse y lograr mejoras de competitividad”, en cómo producen “tecnología para volverse cada vez más eficientes”, en particular con la llegada de las herramientas de inteligencia artificial (IA). “(Se trata de) “Cómo podemos mejorar la competitividad más allá de la situación del dólar”, aseveró. “Nos imaginamos que las empresas de servicios están buscando cómo convertirse en más eficientes”, por ejemplo, con los “copilotos”: herramientas que permiten programar más rápido con una baja necesidad de escribir código o sin escribirlo. Según el presidente de la CUTI, “la introducción de estas herramientas también forma parte de esa manera de ganar competitividad”.
Otro aspecto importante, dijo, es cómo se incorpora en la matriz productiva “más propiedad intelectual, mover la industria con menos servicios y más productos, la incorporación de tecnología” en el proceso. Eso, que planteó como una “hipótesis”, permitiría “ayudar a crecer y escalar más rápido, generando más valor sin necesidad de también aumentar los recursos humanos”.
