En el año que acaba de terminar siguieron notándose los efectos del brote de la peste porcina africana en China y otros países del mundo, a los que se sumaron los impactos globales de la pandemia Covid-19, según la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa).
En un informe divulgado a fines de diciembre, el organismo informó que las consecuencias tanto a nivel productivo como del comercio de carne de cerdo “están ligadas al comportamiento de China y la reconstrucción de su producción porcina”.
El país asiático está “recomponiendo fuertemente su stock y las proyecciones se han modificado, pronosticando un aumento en su producción y una menor demanda internacional de carne porcina de ese mercado, lo que presiona los precios a la baja”, analizó.
La Opypa estimó que el consumo mundial de carne de cerdo aumentaría en 2021 en 4%, luego de los descensos de los dos años anteriores. China, que explica casi la mitad del consumo mundial, aumentará su consumo este año, al igual que el resto de los principales países consumidores mundiales de ese producto, consideró.
Vaticinó que la demanda mundial de carne porcina se recuperará este año luego de los impactos de la pandemia, al mejorar las condiciones económicas y la consiguiente recuperación en los sectores de restaurantes y servicios de alimentos.
Después de un aumento del valor de la carne de cerdo en 2019, el índice de precio internacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de ese producto experimentó una disminución del 4% en 2020 respecto al año anterior.
Opypa apuntó que en 2019 se verificó un “importante aumento” de los precios de exportación de carne porcina de Brasil y Alemania, impulsados por la gran demanda china.
En el caso de Estados Unidos este aumento fue “leve”, debido en parte a los efectos de la guerra comercial con el país asiático, señaló. En 2020, según esa repartición del Ministerio de Ganadería (MGAP), los precios medios bajaron 4% para Estados Unidos y Alemania. Brasil en cambio incrementó sus precios de exportación en 5%, llegando a un promedio de US$ 2.355 por tonelada, precisó.
La técnica de esa oficina, Leidy Gorga, enfatizó en el informe que “las perspectivas internacionales están sujetas fundamentalmente a la velocidad de reconversión de la producción porcina en China”.
“Los efectos de la pandemia tuvieron impactos en el consumo a nivel mundial y se espera que a medida que las economías se recuperen, la demanda aumente”, recalcó. Consideró que como consecuencia de la peste porcina, “se ha prestado mayor atención al cuidado de la bioseguridad en las granjas a nivel global”. “En China, en particular, se está poniendo foco en disminuir al máximo los riesgos sanitarios, en parte diversificando los lugares geográficos de producción”.
Y es en este sentido que “inversores están interesados en producir fuera del país asiático y Uruguay es parte de dicho interés”, comentó.
Producción uruguaya
Las estimaciones oficiales de Opypa indican que en 2019 había aproximadamente 165.000 suinos, lo que representa 4% menos que en 2018.
“En 2020 la faena porcina detuvo la tendencia a la baja”, dice el informe, y agrega que en el período enero-octubre se faenaron 114.227 cerdos en establecimientos habilitados, siendo 1% menos que en el mismo período del año anterior. Estimó que la faena total del año se situará en 10.600 toneladas del producto.
En relación a las categorías, 91% de lo faenado el año pasado correspondió a cerdos y cachorros, y el restante 9%, a lechones.
En el análisis de la faena mensual de suinos mostró que en 2019 y 2020 “la tendencia es estable”, con un nivel de faena promedio de 882 toneladas por mes en el año que acaba de terminar.
Respecto a la faena por empresa, La Constancia concentró el 64% de esa actividad, Estancia La Celita participó en el 25%, mientras que otras seis empresas se repartieron el restante 11%, según los datos del Instituto Nacional de Carnes (Inac).
En cuanto a la evolución de los precios minoristas y de distribuidores de la carne de cerdo para determinados cortes (bondiola, carré, lomo y media canal), Opypa advirtió “una tendencia levemente creciente” en el correr de 2019, hasta el último trimestre del año, cuando los valores aumentaron en mayor medida.
“Los precios llegan a su máximo en abril 2020 y luego descienden de forma sostenida hasta mitad de año”, indicó. Y puntualizó que “a partir de agosto los precios crecen, pero los comportamientos difieren entre los cortes”. “En el caso del asado, el precio medio es superior” a otros cortes mencionados, sostuvo.
El consumo interno de carne de cerdo mantuvo su “tendencia creciente” y en 2019 fue de 60.800 toneladas, lo que es 8% mayor al del año anterior, según Opypa, que se basó en datos de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (Diea).
Calculó que el consumo per cápita de carne de cerdo en Uruguay se ubicó en 17,3 kilos en 2019.
Casi el 80% de la carne porcina consumida en el mercado local es importada, según registros de 2019 del Inac, que muestran además un incremento de 10% en la participación del producto importado respecto a 2015.
El volumen y el monto de cerdo importado en 2019 fue de casi 40.000 toneladas y US$ 96 millones, mientras que en 2020 fue de 37.500 toneladas y US$ 98 millones, según datos del Inac.
El precio promedio de esa carne pasó de US$ 2.400 la tonelada en 2019 a US$ 2.600 por tonelada en 2020.
El 98% de la carne porcina importada proviene de Brasil, principalmente en estado congelado y enfriado.