El momento de mayor tensión entre oficialismo y oposición por el manejo de pandemia desemboca en una interpelación

escribe Federico Castillo 
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Primero era apenas una línea. Algo divisorio, pero no tan perceptible. Había gente de un lado y del otro que asumía sin problemas que esa línea solo demarcaba quizás distintas ideologías, quizás formas distintas de ver las cosas, miradas contrapuestas sobre la marcha de la pandemia. Pero había un discurso que por momentos parecía único, una idea de unidad ante la adversidad, ante el enemigo común e invisible llamado Covid-19.

Con el avance de la enfermedad, con el recrudecimiento de los casos, las internaciones y las muertes, las opiniones sobre qué hacer y qué no hacer en este terreno embarrado empezaron a chocar de frente como si fueran dos trenes. Y entonces esa línea se fue haciendo más gruesa. Y después profunda. Algo parecido a una grieta.

En las últimas semanas se polarizó la pandemia como nunca antes. La escalada de contagios y un promedio de 50 muertos diarios fueron tensando la relación entre el gobierno, que mantiene su estrategia de gestión sanitaria, y los que reclaman medidas restrictivas con la intención de frenar el aumento de casos. En ese último lado de la línea estaban parados la oposición política y algunos colectivos médicos. Sin embargo, poco a poco se fueron sumando voces críticas que resonaron como un sorpresivo fuego amigo. El coordinador general del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), Rafael Radi, abrió la puerta a más discordia cuando cuestionó públicamente en entrevista con Búsqueda la falta de medidas, una inacción que habría provocado que el gobierno “pierda el control” de la epidemia. Y además avisó que si no se corregía el rumbo en la gestión de esta crisis sanitaria se estaba ante el riesgo de que a Uruguay le vaya aún “peor”.

Las declaraciones de Radi —un asesor directo de Presidencia y con acreditados galones para hacer una puesta a punto en este asunto— crisparon al gobierno y le dio un inmejorable pie a la oposición para endurecer su postura crítica. A caballo de Radi se subieron con fuerza otras palabras científicas y médicas que también reclamaron nuevas medidas, la mayoría con un claro objetivo de reducir la movilidad, de que exista una bajada de llave temporal. Dirigentes políticos del Frente Amplio volvieron hablar de cuarentenas, de lockdowns por plazos cortos. Se reeditó, pero con otra virulencia en todos los sentidos de la expresión, el debate de 2020 sobre cómo deben girarse las perillas de la economía y las de la salud.

El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, se mantuvo en silencio en el medio del tiroteo hasta que eligió responder públicamente en una entrevista concedida al informativo Subrayado de Canal 10. Allí dejó claro que no habría nuevas medidas restrictivas. Al día siguiente se reunió con senadores de la coalición de gobierno y del Frente Amplio y volvió a decir lo mismo: no habrá cuarentena. Los dirigentes de la oposición salieron “decepcionados”. Y ese pareció ser el último golpe de hacha a esa línea divisoria entre unos y otros. La grieta profundizada.

Días después de la reunión con el presidente, el Frente Amplio anunció su intención de interpelar a la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, y al ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, por el manejo sanitario y económico del gobierno durante esta pandemia. “Cuesta entender”, reflexionó el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado en rueda de prensa. “Es definitivamente politizar la pandemia y esto no tiene ideología”, agregó.

Los muertos en el medio

En el Frente Amplio consideran que el responsable de echar por tierra el diálogo es el oficialismo. La oposición esperaba que en la reunión que sus senadores mantuvieron con Lacalle Pou el gobierno tuviera en cuenta sus propuestas para reducir la movilidad y dar apoyo económico a quienes vieran afectada su actividad.

“El presidente fue claro en que no quiere cambiar su política e incluso dijo que no cree que la población acepte reducir la movilidad”, dijo a Búsqueda el senador del Movimiento de Participación Popular (MPP), Charles Carrera. “Nosotros no le queremos cargar los muertos al gobierno, pero por más que duela hay muertes evitables”, añadió. “La interpelación que resolvimos es contra las políticas del gobierno para enfrentar la crisis”, dijo Carrera.

En la moción de interpelación, la oposición adelantó que pedirá “explicaciones sobre la estrategia sanitaria vinculada a las políticas de salud, así como a los aspectos económicos y sociales en las que se sustentó (el gobierno) a lo largo de los primeros seis meses del corriente año”.

Al senador oficialista Sebastián da Silva, que ha elevado el tono de confrontación en las redes sociales en defensa del gobierno y en ataque a quienes sostienen que hubo muertes evitables, no le cayó en gracia la idea de una interpelación. “Ya lo vimos en la crisis de 2002. Nadie nos va a decir cómo raspa el Frente Amplio cuando el país se cae a pedazos”, dijo en diálogo con Búsqueda.

Agregó que la oposición, después de “tanto buscar un flanco débil, encontró el más triste”, que tiene que ver con las supuestas muertes evitables. “Encontró la cara más triste de la pandemia, con la gente cansada. Ahí saca la guadaña y empieza con las interpelaciones”.

Da Silva mantuvo un fuerte cruce virtual con el dirigente frenteamplista y expresidente del Sindicato Médico del Uruguay (SMU), Julio Trostchansky, quien en una reunión en la plataforma Zoom con colegas dijo que había que plantear a escala internacional la responsabilidad del gobierno en las muertes recientes por la enfermedad. Luego de acusarlo de “manijero berreta” en entrevista con Desayunos informales de Canal 12, Da Silva le tuiteó a Trostchansky: “Lo mejor que te puede pasar es no cruzarte conmigo. Te filtraron tus miserias agazapado dando manija, aprovechándote del sufrimiento de la gente. Miserable”.

Trostchansky se sintió amenazado por el senador blanco. En diálogo con Búsqueda, dijo que espera un pedido de perdón, aunque sea en privado. Y añadió que también correspondería que la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, lo llamara institucionalmente para ofrecer disculpas por los dichos de uno de sus senadores.

El expresidente del SMU dijo que el gobierno “no se tiene que enojar” cuando se plantea hacerlo responsable de las muertes evitables. “Al gobierno le duele ese concepto, pero es algo que manejamos en medicina todo el tiempo. Hay muertes que se pueden evitar con políticas de prevención, como en el tránsito o como en la cardiología”, ejemplificó. Y agregó que “durante muchos meses hubo un solo relato, el oficial, sobre esta pandemia”.

Información Nacional
2021-06-10T00:38:00