Luego de años con crecimiento de la rentabilidad, la lechería uruguaya enfrenta un escenario complejo, debido a la caída de los precios de los lácteos en el mercado internacional.
Luego de años con crecimiento de la rentabilidad, la lechería uruguaya enfrenta un escenario complejo, debido a la caída de los precios de los lácteos en el mercado internacional.
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáPero esa situación puede cambiar a partir del segundo semestre de 2015 y el valor de la leche en polvo entera registrar un aumento para quedar cerca de U$S 4.000 la tonelada, dijo a Campo el gerente del Instituto Nacional de la Leche (Inale), Gabriel Bagnato.
Bagnato destacó que uno de los factores que tiene a favor este sector es que los costos de producción, pese al incremento verificado en los últimos tiempos, sigue siendo de los más bajos a escala mundial, en el entorno de U$S 0,30 por litro.
Luego de mencionar que en los últimos 20 años la producción de leche creció al 5% anual, en los últimos 10 a 7% y en los últimos cinco años al 8%, ese funcionario señaló que “esto no se explica sino por la reinversión de los productores en el negocio”.
Bagnato, que en los últimos tiempos se especializó en el análisis del mercado lácteo local e internacional, valoró la importancia de Rusia como importador de queso y manteca de Uruguay, así como el precio promedio de esos productos en algunos destinos, especialmente en Venezuela.
A continuación un resumen de la entrevista.
—¿Cuáles son las perspectivas del sector para 2015?
—Desde 2007 la lógica de precios de los lácteos fue de oscilaciones, especialmente luego del ingreso de algunos demandantes importantes como China, que pasó de importar 50.000 toneladas de leche en polvo en 2008, a algo más de 700.000 toneladas en el último año. Eso significó un cambio brutal en la demanda de lácteos, sumado a que de toda la leche que se produce en el mundo sólo un 8% se comercializa y el resto se transa en los mercados domésticos. Brasil, por ejemplo, consume toda su producción de lácteos. Ese espacio de comercialización en el mercado internacional respecto a lo que son las oscilaciones de la demanda y las respuestas de la oferta con relación a los precios, hizo que muchas veces hubiera un excedente de productos, lo que tiraba los valores hacia abajo. Otras veces hay retracciones de oferta por la caída de los precios que terminan generando, en el tiempo, un repunte de los valores al disminuir la producción y aumentar la demanda. Entonces, cuando uno mira la evolución del mercado de los lácteos en los últimos años, puede ver que si hay un año muy bueno de precios, al siguiente todos se ponen a producir, porque es muy rentable. Incluso en países con costos de producción altos como la leche, vale mucho tener capacidad para producir. Al volumen importante de producción de leche, previsto para 2014, se sumaron otros temas. China y Rusia, que son dos de los principales importadores de lácteos del mundo, entraron con poca fuerza a comprar en el mercado durante el segundo semestre de este año. Hubo un incremento de la oferta de productos y una demanda debilitada. Rusia enfrentó problemas geopolíticos, con Estados Unidos y la Unión Europea, por lo que debió importar productos de otros mercados, pero este movimiento determinó un enlentecimiento de las importaciones luego de 3 años de subas consecutivas. La combinación de esas situaciones generó una baja de precios. Es una cuestión coyuntural. La dinámica del sector sigue siendo igual a la de años anteriores y el clima favoreció la producción en los países con crecimiento récord, tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea.
Recuperación
—¿Qué puede pasar el año que viene en el mercado de lácteos?
—Si bien no hay otra situación que esté ajustando la oferta de lácteos, los precios actuales de esos productos en el mundo son insostenibles. Por lo tanto, los países que tienen costos de producción altos van a comenzar a tener problemas en sus márgenes, su rentabilidad y eso terminará en un ajuste de la oferta. Con una demanda que pueda recuperarse en algo en 2015, porque en 2014 se consumieron los stocks, eso puede generar que en el segundo semestre del próximo año los precios de los lácteos repunten. Llegar a U$S 5.000 por tonelada de leche en polvo es difícil, pero sí a un valor superior a U$S 3.500 y, tal vez, más cerca de U$S 4.000. Rusia se convirtió en un importador relevante para algunas industrias lácteas de Uruguay, específicamente en la demanda de queso y manteca. A pesar de la situación general en la cual ha influido el enlentecimiento de las importaciones de lácteos por parte de Rusia, en lo que refiere a la compra de productos desde nuestra región la realidad geopolítica ha impactado de forma positiva. Se pudo colocar quesos, manteca y otros productos a buenos precios en ese mercado; ha habido un contacto muy importante con empresas demandando productos de Uruguay y otros países de la región. El tema finalmente es que Rusia importó menos lácteos en el mundo, y lo que Estados Unidos y la Umión Europea vendían al mercado ruso pasó a ser excedente exportable y compite con los lácteos uruguayos en otros destinos. Entonces, a escala mundial, el precio se reduce de todas formas. Rusia, junto con Venezuela, han sido los principales destinos para los productos de Uruguay en los meses recientes. La situación actual es totalmente a la inversa de lo que ocurrió en 2013. Ahora se valorizaron los quesos y la leche en polvo perdió valor. El principal mercado es Venezuela, que es el más importante de los quesos, donde se obtienen precios que son buenos para lo que es el mercado internacional. El precio promedio de exportación de quesos de Uruguay es del orden de los U$S 5.500 la tonelada.
Desafíos
—¿Cuáles son los desafíos para la lechería en el sector primario, en cuanto a costos y rentabilidad?
—En los últimos años el negocio de la producción de leche tuvo un gran cambio, porque las rentabilidades que se logran son muy altas, pero las inversiones por hectárea también son altísimas: los costos pasaron de U$S 0,10 por litro a más de U$S 0,30. Pese a ese incremento, Uruguay sigue siendo uno de los países con menores costos para producir leche. Nueva Zelanda, que se destaca por tener costos bajos, hoy tiene uno de U$S 0,35. Los márgenes que tuvo en los últimos años el sector lechero permitieron crecer en la inversión y en la producción de los tambos. En los últimos 20 años la producción de leche creció al 5% anual, en los últimos 10 aumentó a 7% por año y en los últimos 5 años al 8%; esto no se explica sino por la reinversión de los productores en el negocio. El productor invierte en el rodeo, en genética, en mayor carga de animales en el predio para pegar un salto productivo. Se incrementó la cantidad de vacas por hectárea y en el volumen en litros producidos por cada animal. También hay una inversión importante en la infraestructura del tambo y en instalaciones nuevas para la alimentación del ganado, que es cada vez más cara y por eso hay que minimizar su desperdicio. Pero al aumentar el rodeo también es necesario invertir en caminería por el mayor trasiego de los animales. Otro tema es la maquinaria utilizada en los predios. Hoy en día, los niveles de inversión en un tambo son sensiblemente superiores a los de tiempo atrás.
—Con la caída de precios internacionales, ¿es posible que las industrias vuelquen parte de su producción al mercado interno, que en los últimos años aumentó el consumo de lácteos?
—Que todo lo que sea aumento de producción estará destinado a la exportación es real, porque en el mercado interno puede haber un crecimiento en la demanda de algunos productos diferenciados, pero no un incremento en volumen. Porque el consumidor, en vez de comprar un litro de leche, compra un yogur, pero básicamente está consumiendo una determinada cantidad de leche, y lo mismo pasa con el queso. Hay un desarrollo importante del mercado interno que está dado por las divisas que reciben las empresas en sus ventas dentro de Uruguay. En volumen de leche producida, el 70% va al exterior y el 30% al mercado local, pero en facturación ese reparto está más cerca de 55% a exportaciones y 45% en el país. En 2013, el monto de las exportaciones fue de U$S 900 millones y el consumo interno estuvo en el orden de los U$S 800 millones.
—¿Eso implica que el mercado uruguayo paga por los lácteos precios que son mayores a los que se reciben por las exportaciones?
—Sin dudas. Pero acá las empresas pueden vender productos diferenciados, como el pote de yogur con los cereales, que no se puede exportar a Rusia porque se vence en el camino. En el mercado interno puedo vender productos con mayor valor agregado y en el exterior vendo bolsas de leche en polvo de 25 kilos. No es comparable.
—Quizá Brasil pueda ser una excepción, porque Uruguay exporta a ese mercado lácteos como el caso del dulce de leche. ¿Comparte ese criterio?
—Sí. Pero son volúmenes bajos comparados con las exportaciones totales. La estrategia es apuntar a nichos de mercado específicos para algunos quesos en ciertas ciudades de Brasil o en Venezuela. Si bien el mercado interno absorbe menos volumen de lo que produce el sector lechero, en muchas etapas le permitió mantener un posicionamiento fuerte de las empresas y, a la vez, funcionó como una especie de buffer ante situaciones muy complejas en el exterior, generando una mejor condición para enfrentar las mismas. Es claro que también el sector mantiene cierto nivel de precios a la interna —caso claro de la leche tarifada—, cuando los precios internacionales aumentan un 50% en pocos meses.