—Sí, sí. Sabíamos que se iba a achicar el día anterior. Sería muy necio no reconocer que hubo una diferencia mucho menor a la esperada y también un mensaje que Luis mencionó en su discurso y que nosotros tenemos que tomar nota: que hay una sociedad dividida en dos mitades, una un poco más grande que la otra. Y que quizás el desafío tan grande como mejorar la seguridad, el empleo, condiciones de producción para los uruguayos va a ser zurcir eso. Porque te seguís encontrando todos los días en el laburo con la gente que por muchas razones votó diferente. Y el Uruguay sigue. Y un gobierno electo tiene que empezar a dar señales de inclusión social y política. Tenemos que ser muy claros en los mensajes que damos. Tiene que ser un mensaje de mucha prudencia, de paz. No podemos incentivar ningún tipo de rencor. Tenemos que buscar la paz. Es para nosotros un resultado que está laudado, y que si no se empezó ya con la transición, que era nuestro plan, fue porque Daniel Martínez no reconoció la derrota y Luis no se podía autoproclamar.
'La auditoría no tiene un sentido persecutorio, sino que se busca conseguir información y datos que no tenemos, más allá de las cifras oficiales. Una variable importante para eso es el nivel de flujo de información y transparencia de la transición'.
—¿Hubo llamados entre los comandos para que se pudiera proclamar un vencedor esa misma noche?
—Hubo llamados para saber qué íbamos a hacer. Es público, hablé con varios, entre ellos con el presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, varias veces. Sé que se reunieron con Martínez.
—¿Ustedes intentaron convencer al Frente Amplio para que asuma la derrota?
—No, no correspondía. Cada uno es grande y es responsable de lo que hace. Hubiéramos preferido otro gesto, obviamente. Incluso hay antecedentes, ¿no? El de 1994 es el más elocuente, cuando Sanguinetti gana por 20.000 votos y había el triple de observados. Fue un sabor agridulce. Pero, si decidieron aguardar a la Corte Electoral, nosotros respetamos.
—¿Eso no va a contrapelo a esa necesidad de zurcir? La primera señal del Frente Amplio no fue justamente la de tender la mano.
—Está bien, pero yo estoy hablando de nuestra necesidad y nuestra responsabilidad. Hay un libro de Alicia Barcenas, la directora de Cepal, que se llama Cerrando brechas, abriendo caminos, el concepto es ese. El proceso electoral ya pasó, la Corte Electoral va a definir ahora formalmente el resultado que ya sabemos que está. Y tanto está que obviamente todo el mundo ya felicitó al gobierno electo. Hubo llamadas de los propios integrantes del Frente Amplio.
—¿Y cómo interpreta entonces esa salida de Martínez en la noche del domingo?
—Yo no quiero hacer interpretaciones sobre la lógica interna del Frente Amplio, sobre si en ese momento primó la posición de Martínez o la posición de otros. No corresponde que yo interprete. No contribuiría a nada dar mi interpretación, que la tengo, porque si queremos ser respetuosos vamos a ser respetuosos en todo sentido. Yo me tengo que mover por realidades y la realidad es que Martínez salió a decir lo que dijo, en la forma y en los tonos que lo dijo. Luis tuvo una actitud de mucha responsabilidad y fue muy presidencial en su discurso.
—¿Ya se analizó en la interna por qué se recortó tanto la ventaja? ¿Lo atribuyen a la campaña del miedo, al video de Guido Manini Ríos, primer senador de Cabildo Abierto, sobre el filo de la veda?
—La verdad que no hemos tenido tiempo. Seguramente sea multicausal. Fue una campaña que se incentivó con el voto miedo al final.
—¿Hay un mensaje mayor del electorado? ¿Algo así como: “No queremos que el Frente gane pero, ojo, ustedes tampoco me convencen”?
—No está mal, ¿sabés? El mensaje es de mucha humildad: tienen la mayoría, van a tener el gobierno, pero también hay un núcleo del electorado que en una segunda vuelta no vota esta fórmula, que es casi la mitad del Uruguay. Ese también es un mensaje. Y hay que aceptarlo, entenderlo y trabajar sobre eso. Porque te van a estar mirando, controlando, y la idea es tratar de trabajar también para ellos. Yo no creo en un postfrentismo sin el Frente. Si vos negás que tienen el 39 % de los votos y en el balotaje pasó lo que pasó, sería negar la realidad. Y no podés quedar en la necedad ni en la soberbia. Me parece que es un mensaje bien interesante para asumirlo y para trabajar en consecuencia, y para gobernar con más responsabilidad todavía.
—Hay una decisión de que el Ejecutivo tenga un peso político sólido, aunque eso pueda repercutir en el Parlamento, ¿por qué?
—Esa fue una decisión de Luis y me parece muy lógica. Entre otras cosas porque inauguramos una nueva etapa en Uruguay. Después de 15 años de un Frente Amplio con mayoría propia, empezamos un nuevo gobierno que tiene la particularidad de que construye sus mayorías con una coalición de cinco partidos. No solo es un tema de mayorías en el Parlamento, sino que vamos a pedir el correlato en el Poder Ejecutivo. Y que los principales actores con respaldo político estén integrando el gabinete, es un gabinete de mucho peso.
—Ahora, ya Manini dijo que no quería integrar el gabinete.
—Sí, pero hubo un compromiso muy fuerte vinculado a la gestión. Y lo valoro en ese sentido.
—Hay un parecido en esta decisión de Lacalle Pou, del gabinete con peso y referentes políticos, al primer gobierno de Tabaré Vázquez.
—No es un modelo repetido. No se olviden que Vázquez tenía ese respaldo político en su propio partido, acá son varios. Partimos de esa diferencia, que no es menor. Pero obviamente el tener un gabinete con peso político le da mucha espalda al gobierno.
—¿Cómo imagina los primeros meses de gobierno? Se supone que va a estar arriba de la mesa la ley de urgente consideración.
—No se olviden que en mayo hay elecciones departamentales, que es un tema que va en un camino paralelo al gobierno, pero que el partido no puede desatender. Obviamente, nosotros tenemos la responsabilidad de que el gobierno no se coma al partido, no lo absorba. Ese es un desafío muy importante. Nosotros tenemos claro que tiene que haber un partido fuerte, funcionando, y que además sea contralor del gobierno. Los primeros meses también van a estar la designaciones de los jefes de Policía, que Luis le asigna particular importancia. Y la ley de urgente consideración, que tendrá los plazos establecidos en la Constitución, y que vendrá al Parlamento y va a tener su discusión y seguramente los ministros involucrados sean citados a las comisiones correspondientes. Y posiblemente en algunos temas de estos quizás haya algunas propuestas de mejoras desde el Frente Amplio. Yo no lo descarto.
—¿No descarta que el Frente meta cuchara en la ley de urgente consideración?
—Y pueden proponer cosas para enriquecerla. No lo descarto.
'Yo no creo en un postfrentismo sin el Frente. Si vos negás que tienen el 39 % de los votos y en el balotaje pasó lo que pasó, sería negar la realidad. Y no podés quedar en la necedad ni en la soberbia. Me parece que es un mensaje bien interesante para asumirlo y para trabajar en consecuencia, y para gobernar con más responsabilidad todavía'.
—¿Y mientras tanto, van a estar haciendo auditorías en todos los organismos públicos?
—Es un tema que está en la agenda del gobierno y en el Compromiso por el país. La auditoría no tiene un sentido persecutorio, sino que se busca conseguir información y datos que no tenemos, más allá de las cifras oficiales. Una variable importante para eso es el nivel de flujo de información y transparencia de la transición. En principio me animo a decir que va a ser una transición muy republicana. El primer indicio lo tuvimos con la llamada de Tabaré Vázquez en la noche del domingo. Habrá que verla en los hechos cuando se empiece a gestar. Los primeros indicios son auspiciosos.
—¿Augura unos primeros meses de tregua con las organizaciones sociales y sindicales?
—En la transición va a haber diálogo con todos. Ya hemos hablado con algunas organizaciones. Está bueno poner todo arriba de la mesa. Hay buenos vínculos y mucho diálogo. Me parece también que el mensaje es que hay que escuchar mucho. Yo auguro un incremento del consumo de yerba (se ríe). Mucho mate.
—¿ Y cuánto cree que va a durar la coalición?
—A mí me da gracia porque siempre preguntan, ¿cuánto dura? ¿cuántos años?
—O cuántos meses…
—Yo te voy a cambiar la respuesta. En vez de hablarte de tiempos te voy a hablar de objetivos. Me parece que lo importante es medir los objetivos a los que queremos llegar. Y si todos nos comprometemos durará lo que demoren los objetivos en cumplirse.
—¿Sabe quién va a ser el interlocutor del Frente Amplio? ¿Con quién va a hablar el gobierno?
—El Frente Amplio lo tendrá que definir, incluso para después hablar de los organismos de contralor que van a integrar. Para mí es muy sano, lo reclamamos de la oposición y lo vamos a hacer del gobierno. Cuál es el interlocutor y con quién se negocia, lo definirá el Frente Amplio.
—Pero pueden haber reuniones informales con distintos dirigentes.
—Siempre hay reuniones informales. Y no podemos desconocer que el Frente Amplio tiene una composición parlamentaria donde el MPP tiene una incidencia muy importante, quizás del 60%, y por tanto José Mujica termina siendo un actor clave en este proceso. El Frente definirá institucionalmente cuáles serán sus interlocutores. Vamos a tener que hacer reuniones lluvias, porque no está bueno que siempre el mismo ponga la yerba.
—Cabildo Abierto parece como un aliado incómodo. ¿Lo es?
—No, yo creo que va a ser un aliado comprometido.
—Varias feministas y dirigentes del Frente Amplio advierten que la agenda de derechos está en riesgo. Señalan que, si un integrante de Cabildo Abierto asume como ministro de Salud Pública, la interrupción voluntaria del embarazo aprobada por ley enfrentará dificultades. ¿Qué responde?
—Partimos de una base equivocada, en ningún lado está laudado que eso ocurra así.
—¿Que Cabildo Abierto tenga ese ministerio?
—Exacto.
—¿O sea que Cabildo Abierto no va a tener el Ministerio de Salud Pública?
—No, no, yo dije que no está laudado. Lo que está pasando es que el presidente electo se está reuniendo con los socios de la coalición y con los líderes del Partido Nacional, fijando el marco de proporcionalidad y participación —las dos cosas— en el gabinete nacional. La idea es conformar el gabinete y anunciar todo junto en los próximos 15 o 20 días. Mientras empieza el proceso de transición, que esperemos empezarlo la semana que viene luego de que la Corte Electoral proclame. La última palabra, más allá de las aspiraciones de cada uno de los partidos políticos —que son legítimas—, va a ser del presidente electo.
'No podemos desconocer que el Frente Amplio tiene una composición parlamentaria donde el MPP tiene una incidencia muy importante, quizás del 60%, y por tanto José Mujica termina siendo un actor clave en este proceso'.
—El acuerdo incluía no tocar las leyes aprobadas en el marco de la “agenda de derechos”, pero no hay por qué derogarlas para afectar sus resultados. Por eso existe preocupación de feministas y organizaciones sociales.
—Dan por supuesto cosas que no están acordadas. Si bien no hay nada establecido, porque nada está acordado hasta que todo está acordado, y la idea de Luis no es anunciar el gabinete ni por partidos ni por etapas, también es verdad que tenemos un marco de acción, un compromiso que firmamos de común acuerdo. Es la hoja de ruta del presidente de la República, que marca la línea, y de los ministros, que son las que la ejecutan. El manual está ahí y la línea la marca el presidente de la República.
—¿Va a haber una sola mujer en el gabinete?
—Repito: nada está acordado hasta que todo está acordado. Hay una voluntad de participación del presidente electo bien amplia, partidaria, que incluye esa consideración. Como no está conformado todavía el gabinete, no puedo hablar de cantidades. Lo que sí quiero destacar es que por primera vez en la historia del Uruguay va a haber una mujer ministra de Economía.
—Su nombre se manejó para el cargo de secretario de la Presidencia. ¿usted prefería el Ministerio de Industria?
—En estos días mi nombre se manejó en la prensa para varios lugares. Cuando en el 2009 iniciamos la creación de Aire Fresco como proyecto político, soñábamos con una candidatura al Senado y terminamos con una candidatura a presidente, porque era lo que reclamaba la gente. Obviamente, la elección la ganó Tabaré Vázquez aquella vez. Pero nosotros retomamos el tema desde otro lugar: liderando el partido y la oposición. Hemos sido muy metódicos, muy planificados en toda esta etapa, lo que llevó mucho tiempo y esfuerzo, y muchas veces todos tuvimos que ceder mucho en los temas personales. Cuando uno que ayudó a conformarlo y que apuntaló desde siempre este proceso, uno es menos dueño de sus decisiones, porque tengo que darle la derecha a quien va a definir qué necesita para mejorar el país. Eso fue lo que le transmití a Luis: donde sienta que puedo dar una mano para que haya un mejor gobierno, ahí voy a estar. Hay una frase de Churchill que me gusta mucho que dice que hay gente que está más preocupada en ser importante que en ser útil; en este caso es más importante ser útil.
Contratapa
2019-11-28T00:00:00
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