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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLa situación del rubro ovino “sigue siendo comprometida, aún cuando el stock se ha mantenido casi sin cambios desde 2015”, y “si bien se han dado pasos positivos en el control del abigeato, aún resta mucho por hacer para que predomine una percepción de que la actividad es atractiva para su desarrollo y, de esa forma, se favorezca el crecimiento”. Esos son algunos de los principales aspectos destacados por la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa) del Ministerio de Ganadería (MGAP) en un informe divulgado en diciembre.
Pese a que no está mencionado en ese trabajo elaborado por los técnicos de la secretaría de Estado, otra de las limitantes para la actividad ovejera es el ataque de perros en el campo, que hasta el momento no tuvo una solución concreta. Más bien se apostó a la tenencia responsable de esos animales, pero faltaron controles y sanciones para hacer cumplir las normas legales. En eso coinciden las autoridades del Secretariado Uruguayo de la Lana y el futuro ministro de Ganadería, Carlos María Uriarte, quien anunció un “plan de captura” de perros sueltos “de inmediato”.
El informe de Opypa evalúa también que en el año anterior, con un escenario de estabilización de la oferta tanto en el ámbito local como internacional, los precios de la lana registraron “volatilidades llamativas”. Mientras que en 2018 los valores de la lana marcaron precios récord tanto a escala internacional como local, en 2019 la situación fue “muy diferente”, advierte.
Considera que “el inicio de año marcó un excelente desempeño de precios para ese producto hasta el mes de marzo inclusive, mes a partir del cual se registraron bajas de valores en todas las categorías, siendo más notoria la baja en los precios de lanas finas”.
Varios analistas a escala global enmarcan estos vaivenes de precios en la incertidumbre comercial entre Estados Unidos y China. A ese factor se suman dudas en Europa con aspectos políticos y económicos generados por el Brexit (salida del Reino Unido de la Unión Europea), que provocan cierta parálisis en el comercio.
La demanda es, pues, el factor clave para ver hacia dónde va el mercado de lanas. “Que el consumidor gane nuevamente mayor confianza no solo en los principales países compradores de los productos elaborados con lana a los cuales exporta China, sino también en el consumidor chino que adquiere el 60% del total producido internamente”, indica Opypa.
La producción de lana a escala global registró un incremento de 2,6% en 2018, pero para 2019 se estima que la producción va a caer debido, en parte, a la sequía que afecta a Australia, conforme con el reporte de los técnicos del MGAP.
El trabajo advierte que “los precios de las lanas más finas, que venían agrandando la brecha con respecto a los precios de las lanas medias, mostraron una caída importante, probablemente afectados por las incertidumbres generadas a partir de la guerra comercial entre EEUU y China y las idas y venidas del Brexit en el Reino Unido”.
La situación en Uruguay es de “relativo estancamiento” en los indicadores de producción, con una disminución de las exportaciones, según Opypa.
Basándose en datos de la Dirección de Aduanas, esa repartición ministerial indica que las exportaciones de tops del período de 12 meses terminados al cierre de noviembre 2019 sumaron US$ 113 millones, mientras que las exportaciones de lana sucia fueron de US$ 79 millones. Comparado con igual período del año anterior eso significa una “caída importante” en el valor de las exportaciones, considera.
Destaca que el valor total exportado cayó 10% respecto a igual período del año anterior, que había alcanzado los US$ 126 millones. China sigue siendo el principal destino de las exportaciones: su participación aumentó 12 puntos porcentuales.
Las exportaciones de lana sucia del período de 12 meses terminados al cierre de noviembre 2019 se ubicaron cerca de los US$ 80 millones, lo que está “muy por debajo” de los US$ 111 millones de igual período del año anterior, una caída de 30%, analiza. Explica esa caída principalmente por un descenso en las compras de China, que adquirió US$ 20 millones menos.
La diferencia existente entre la lana exportada y la producción nacional se justifica por las importaciones en admisión temporaria, que anualmente se realizan para complementar algunas finuras o calidades específicas de lana.
Detalla que las importaciones de lana sucia bajo ese régimen fueron de 65 millones de dólares entre diciembre de 2018 y noviembre de 2019, con Brasil como el principal proveedor, seguido de cerca por Perú. Las importaciones en admisión temporaria fueron 7% más elevadas en valor respecto al año anterior, precisa.
La faena comercial de ovinos del período julio-junio 2018/19 fue de 865.000 cabezas, casi 5% menos que en el ejercicio anterior, según el informe del MGAP. Acota que la categoría corderos representó más del 63% del total.
De acuerdo con el reporte de ejercicio agrícola del Instituto Nacional de Carnes, el peso medio de faena de los ovinos subió 3% en el ejercicio 18/19.“Ese aumento de peso fue más pronunciado en borregos (7,2%) y en capones (5,0%)”, menciona.
Resalta, por otra parte, que “la faena de ovinos ha estado cayendo sistemáticamente desde 2009, cuando se superó la cifra de 2,13 millones de cabezas”.
En el ejercicio 2018/19 (julio/junio) el monto de las exportaciones de carne ovina fue de US$ 65,8 millones, un valor apenas superior al de 2017/18, muestra. Y señala que la cantidad exportada aumentó de 14.333 toneladas base canal a 14.769, un 3%.
El 100% de las exportaciones correspondieron a carne congelada, y los principales destinos fueron Brasil y China, que abarcan el 84%, según Opypa.
A fines de 2017 ingresó al mercado estadounidense el primer embarque de carne ovina con hueso de Uruguay. A dos años de esa apertura el crecimiento de las ventas del producto a ese destino es bajo.
En 2019 las exportaciones de carne ovina uruguaya a EEUU disminuyeron en volumen (29%), en comparación con 2018, al pasar de 264 a 186 toneladas, según datos de Inac al 21 de diciembre. Sobre el monto, los registros que van de enero a noviembre muestran que las exportaciones de ese producto a Estados Unidos bajaron de US$ 1,5 millones a US$ 959.000.
Los técnicos del MGAP destacan que “el mejor precio de exportación en el último ejercicio fue el obtenido en el mercado de Brasil, con un valor medio de US$ 5.429 por tonelada”.