El comprador es un empresario suizo que ya es propietario de campos en esa zona del territorio, y que en este caso adquirió un conjunto de tierras e instalaciones rurales que incluyen casco principal de dos pisos con patio interno y ocho dormitorios, luz eléctrica, teléfono, casas o módulos para personal, alambrados, galpones, mangas de ganado, además de represa y canales de riego para arroz.
La mayor parte del establecimiento corresponde a suelos destinados a la ganadería, forestación y a la rotación de cultivos agrícolas. La empresa tenía la intención de vender el total de unas 18.000 hectáreas, distribuidas en las estancias Caraguatá, La Azotea, La Tuna y El Norte, pero el inversor en este caso se decidió por casi la mitad de esa extensión.
La otra parte de la cartera de campos de Frigorífico Modelo, que comprende básicamente suelos de uso ganadero se arrendó a empresarios agropecuarios uruguayos, a un precio aproximado a los US$ 90 por hectárea, de acuerdo a las fuentes consultadas.
Uno de los objetivos de los vendedores es utilizar los ingresos registrados para realizar algunas inversiones en la zona del litoral oeste vinculadas a la producción agropecuaria, además de ser una empresa que cuenta con cabañas ganaderas de reconocida reputación, con varios galardones alcanzados en el ruedo de la tradicional Expo Prado al presentar sus grandes campeones, según dijeron operadores del sector inmobiliario rural.
El movimiento de negocios en el mercado de campos en esa zona durante este año está vinculado al interés de empresarios extranjeros y uruguayos en apostar a la producción agropecuaria, principalmente a la ganadería y otros rubros, como la forestación y el cultivo de arroz.
En años recientes se realizaron varias inversiones en la instalación de establecimientos de engorde intensivo de ganado, de silos graneleros, entre otros emprendimientos que incentivan la actividad comercial y de servicios en los poblados y ciudades de esa región productiva.
Un aspecto destacado por operadores del mercado es el interés surgido de empresarios brasileños en apostar al agro uruguayo, teniendo en cuenta que en comparación al estado de Rio Grande do Sul el precio de campos desarrollados, fertilizados y con “buen potencial” ganadero y agrícola en Uruguay es considerado “razonable” por los inversores, según dijeron las fuentes consultadas.
Resaltaron que en esa parte de Brasil los campos cuestan “el triple” de lo que valen en el mercado uruguayo, y que hay un creciente atractivo de productores del país norteño en invertir en tierras uruguayas. Por eso es que así como se da el repliegue o retiro de algunos inversionistas brasileños, al mismo tiempo aparecen otros que deciden colocar su capital para comprar o arrendar campos en la pecuaria local.
Tacuarembó es el segundo departamento con más extensiones de plantaciones forestales de Uruguay con un total de 128.000 hectáreas, detrás de Rivera, que cuenta con 133.000 hectáreas y lidera el ranking de departamentos más forestados, según datos de DIEA.
Otras transacciones de tierras tacuaremboenses que destacan en los registros de Colonización comprenden montos de US$ 26.211.981 y US$ 21.888.000 por extensiones de casi 8.000 hectáreas en un caso, con un precio de US$ 3.370 la hectárea, y de 2.144 hectáreas en otro, con un precio de US$ 10.208 la hectárea, este predio está forestado en casi su totalidad, próximo a cosecha, y tiene dos construcciones.
Figura igualmente una transacción en ese departamento por US$ 15,6 millones y una extensión de 4.800 hectáreas. En algunos casos las compraventas se registran entre sociedades anónimas y sociedades de responsabilidad limitada, y en otros entre fondos de inversión locales y extranjeros, entre otros actores.
En cuanto a su perfil productivo, Tacuarembó es el departamento con la mayor cantidad de cabezas de vacunos de Uruguay, con algo más de 1 millón de reses, ocupa el cuarto lugar en la lista de departamentos con más ovinos, unos 558.000, y tiene el stock más alto de equinos, con 41.000 cabezas, según DIEA.
Muestran que este departamento es el que cuenta con la segunda mayor superficie de campo natural, con 1.244.195 hectáreas, ubicándose así muy cerca de Salto, que tiene 1.249.477 hectáreas.
Del total de exportaciones de productos provenientes de Tacuarembó en 2022, el 53% correspondió a carne vacuna, 29% a madera y subproductos, 9% a subproductos cárnicos, 4% a arroz, 3% a soja y el resto se reparte entre carne ovina, cuero, miel y carne equina, según datos del instituto Uruguay XXI.
Diferentes zonas
También en otros departamentos hubo algunas compraventas de campos a considerar en lo que va de este año, que demuestran el interés de los inversionistas y productores en la región centro, noreste y litoral oeste, entre otros puntos donde se concentran los negocios del agro.
El departamento de Durazno registró uno de los negocios de compraventa de tierras de mayor monto del año, que fue de US$ 44,6 millones por unas 7.500 hectáreas, según la base del INC; la mitad está forestada y arrendada a una importante empresa del rubro.
En Río Negro se registró una compraventa de campos por US$ 28,2 millones y una extensión de 4.700 hectáreas, considerando que esa zona que forma parte del núcleo agrícola y por la aptitud y la productividad de sus suelos generalmente tiene valores superiores a otras regiones.
En una de las compraventas se transaron varios padrones rurales ubicados en Treinta y Tres y algunos en Cerro Largo por un monto total de US$ 24,2 millones y un área de 7.137 hectáreas, conforme con la información de Colonización.
En la base de datos de ofrecimientos de tierras del INC figura un caso de liquidación de sociedad que comprende 2.220 hectáreas por un monto de US$ 12 millones en Soriano. Respecto a esa operación se establece que no hay forma de pago, ya que los inmuebles se entregan al adjudicatario en pago de su participación en la sociedad, y que el plazo para el pago de la totalidad del monto que dispondrá el INC será de 10 días hábiles a partir de la notificación de aceptación de la oferta.
Unas 9,2 millones de hectáreas, lo que representa a algo más de la mitad del total de las tierras de uso agropecuario del país, que son 16,4 millones, fueron transadas entre 2000 y 2022, según datos del anuario de DIEA, publicados por Agro de Búsqueda en octubre.
Muestran que en ese período el monto total que movió el negocio de campos fue de US$ 16.529 millones, lo que equivale a cinco veces la cifra de inversión conjunta que requirió el emprendimiento de la segunda planta de celulosa de la empresa UPM, que fue de US$ 3.400 millones.
Ese emprendimiento forestal y celulósico generó varios movimientos en el mercado de tierras, principalmente de compraventas de activos en campos con plantaciones de eucaliptos en los que participaron fondos de inversión extranjeros y en ciertos casos fideicomisos de las administradoras de fondos previsionales (Afaps).
El objetivo es constituirse en proveedores de materia prima para las plantas de celulosa que operan en Uruguay, además de explorar algún nicho de exportación de rolos de madera, como puede ser a China u otros mercados.
Primer semestre
El precio promedio de la hectárea en los primeros seis meses de 2023 aumentó 18% en comparación a igual período de 2022, al pasar de US$ 3.323 a US$ 3.928, según datos publicados por Diea el miércoles 22.
Indican que la superficie total de las 603 compraventas registradas en el primer semestre del año fue de 95.535 hectáreas, lo que significa una disminución de 7% respecto al mismo período del año pasado, cuando se transaron 103.241 hectáreas en 609 operaciones.
El monto total de esos negocios tuvo un leve aumento (9%) al subir de US$ 343 millones en la primera parte de 2022 a US$ 375 millones en igual período de 2023, muestran los registros.
Señalan que al considerar las transacciones de más de 1.000 hectáreas por su destino productivo potencial, la distribución de rubros respondería en un “49% a campos agrícola-ganadero y 36% ganaderos estrictos”.
En el primer semestre de este año el 38% de la superficie vendida, que es algo más de 36.000 hectáreas, se concentró entre de Rocha, Salto y Paysandú, a precios promedios de US$ 2.980, US$ 3.980 y US$ 3.646 la hectárea respectivamente; sumando los tres ventas por casi US$ 124 millones, equivalente al 33% del monto total transado en el período, según DIEA.
En la primera parte de 2023 todavía no se registraron las compraventas de mayor extensión y monto que se concretaron en los meses recientes en Tacuarembó, ya que las transacciones de tierras en el primer semestre en ese departamento sumaron una superficie de 3.564 hectáreas y un monto de casi US$ 10 millones, muestran los datos de esa repartición del MGAP.