“Es un escenario de película”, dijo a Búsqueda el presidente de la Asociación Rural de Soriano (ARS), Jorge Andrés Rodríguez, en referencia a los valores que cotizan los granos actualmente y a las condiciones climáticas que favorecieron el desarrollo de los cultivos este año.
En la Bolsa de Chicago, que es el mercado de referencia, la soja está en unos US$ 600 por tonelada, el maíz cotiza algo por debajo de los US$ 300 y el precio del trigo ronda los US$ 400.
El titular de la ARS, que organiza la Expo Activa, destacó lo “imponente” del “espíritu de los expositores en volverse a encontrar con los clientes” y ofrecer “la tecnología que hay disponible, que por las relaciones de precios de hoy permiten un espacio para mayor inversión”.
“Si el productor tiene más costos” por el alza de los valores de los insumos, “precisa incorporar tecnologías que le permitan incrementar la productividad”, medida en kilos por hectárea, y así “abatir” esa situación de mayores costos, señaló. Afirmó que “se nota que se invierte más”, ya que “hay un movimiento grande” en ese sentido. “La expectativa está en tratar de captar los precios internacionales” de los granos “para traerlos a tierra”, comentó.
Para la ARS, la producción de soja que se cosechará este año será de 3 millones de toneladas, un récord en ingresos estimados en alrededor de US$ 1.500 millones.
La valorización de la oleaginosa y otros granos se alineó a la tendencia del precio de la carne, que en 2021 marcó un monto récord de exportaciones en Uruguay con casi US$ 3.000 millones para el sector cárnico.
Y en lo que va de 2022 el ingreso promedio de carne bovina exportada es de US$ 4.859 por tonelada, lo que significa un aumento de 30% respecto al año pasado, según el Instituto Nacional de Carnes (Inac).
Esa tendencia ya “comenzó en un escenario prebélico, no es la guerra lo que hizo subir el precio de los alimentos”, planteó Rodríguez.
Se refirió además a que el incremento de la demanda y de los valores de la carne inciden en los granos porque se necesitan para la alimentación de los vacunos y otras especies engordadas con raciones.
Debido al déficit hídrico que pegó fuerte en los cultivos de soja y maíz hasta mediados de enero, los productores no se animaron a vender anticipadamente su producción futura. Pero como en la segunda quincena de enero y en febrero fueron abundantes las lluvias en prácticamente todo el territorio, y principalmente en la zona agrícola del litoral oeste, eso motivó a que cambiara la postura del productor granelero. Por eso es esperable que “muchos productores puedan captar los mejores precios” de la soja, especialmente en la cosecha entre abril y mayo, consideró.
Otro factor que se debe tener en cuenta es que el clima favoreció el desarrollo de las chauchas de las plantaciones sojeras, por lo que para el presidente de la Rural de Soriano el potencial de rendimiento de la oleaginosa está “más cerca de los 3.000 kilos por hectárea”.
Considerando un área de siembra de ese grano de un millón de hectáreas, eso explica la estimación del volumen total de producción.
Tecnología es la prioridad
Con el impacto negativo de la pandemia quedaron en suspenso varios planes de inversiones en el agro, por lo que se ve un retraso, y es este el momento en el que se retoman los proyectos, dijo Rodríguez.
Advirtió a la vez que hay una serie de inconvenientes logísticos que todavía no se terminaron de solucionar en cuanto al movimiento de maquinaria agrícola y otros equipos necesarios para la tecnificación en el campo.
Pese al coronavirus, “el agro no paró, se siguió produciendo”, y “ante la incertidumbre los productores no se animaron a invertir”, pero “en 2021 la demanda por tecnología creció enormemente con la bonanza del sector”, señaló. Y enfatizó que “hoy ni que hablar, porque lo que era bueno el año pasado ahora es mejor en el escenario de precios y de demanda”.
En años anteriores el agronegocio era un centro de atención para las nuevas tecnologías y en ciertas actividades hasta pionero en su incorporación, que llevaron a transformaciones en las labores que tradicionalmente se realizaban a mano y con recorridas personales en las chacras.
Actualmente, el empresario agrícola pasó a utilizar con más frecuencia algunos dispositivos y equipos que permiten monitorear los cultivos a distancia e incluso realizar aplicaciones de productos para combatir plagas o enfermedades mediante el uso de drones.
Hay tecnologías que “hace tres o cuatro años no estaban”, como un “tractor de última generación” que tiene la posibilidad de que “el mecánico se conecte con una computadora de esa máquina por vía remota para regularlo”, contó Rodríguez, a modo de ejemplo. Eso mismo puede emplearse en cosechadoras u otros equipos que precisen hacer algún ajuste sin necesidad de ir hasta el campo.
Destacó también la “mejora en la eficiencia en el uso de agroquímicos”, mediante “tecnologías de precisión para bajar las dosis e ir hacia productos más biológicos”. Ahora “con lo que valen los productos” del agro, tanto granos como carne, el productor “se anima a invertir en tecnología que antes le resultaba cara”, indicó.
Graficó que “esto es como una carrera de autos, el que gana es porque tiene toda la tecnología disponible dentro de reglamento pero además porque maneja bien”.
“Las categorías van avanzando en el tiempo y en un momento la tecnología se va derramando”, dijo el titular de la ARS, en el entendido de que los productores de punta llevan la delantera pero otros también empiezan a seguirlos de cerca.
Por eso, la Expo Activa se constituye en una fuente de alternativas de soluciones tecnológicas para los productores del agro donde se muestra una amplia gama de equipos, maquinarias, semillas, sistemas de riego, entre otros artículos.
Uno de los principales atractivos que podrá observarse en el predio de la exposición es un equipo de riego monitoreado a distancia y con el uso de 100% de energía solar.
Otro es un dron para hacer una aplicación en el lugar preciso, donde hay una maleza en la chacra, para evitar el uso de agroquímicos en toda una hectárea y más bien limitarse a los metros específicos que invadió el yuyo. Rodríguez dijo que “es muy fácil decir: ‘Que se usen productos biológicos en lugar de agroquímicos’, pero en la agricultura extensiva no es fácil, aunque se avanzó mucho”.
Certificar lo sustentable
“Al que decide incursionar” en el agro, sea el rubro que sea, agrícola, ganadero, forestal u otro, así como “aquel que por curiosidad echa una mirada al sector, una de las cosas que le cuesta entender es toda la inversión que hay en tecnología del conocimiento y en la certificación de los procesos” productivos, porque “es necesario ser más inocuos, tener más calidad y demostrar que la producción es sustentable”.
Así lo señaló el titular de la ARS al referirse a la visión que se tiene desde fuera de la actividad agropecuaria y lo que puede llegar a ver en una muestra como la Expo Activa.
Un ejemplo del trabajo de certificación y control de los procesos es lo que sucede con la cadena granelera para dar cumplimiento a protocolos sanitarios que incluyen una serie de requisitos para la exportación de soja a China o de colza a Europa.
Gracias a eso es que el sector agrícola pudo acceder a los precios de punta que registró la colza en el mercado europeo en 2021, cercano a los US$ 700 por tonelada.
El área sembrada de colza fue de unas 160.000 hectáreas en la zafra 2021-2022, lo que representó 42% más que en la anterior, para obtener una producción total de casi 300.000 toneladas, según la Diea.
En el sector agrícola la proyección estimada para la próxima siembra de ese grano oleaginoso es de unas 200.000 hectáreas.
Con el atractivo escenario de precios en el mercado de granos, la apuesta del productor es a crecer e invertir, además del interés que despierta incluso en potenciales inversores que llegan a ese negocio.
A diferencia de algún otro momento de boom agrícola, en la actualidad hay una mayor dificultad de acceder a un campo para producir, según operadores del mercado de tierras consultados por Búsqueda, quienes indicaron que el obstáculo para arrendar un predio no está solamente en el precio, sino que no hay casi oferta de inmuebles rurales que se adecúen a lo que busca el nuevo inversor.
Entre los productores uruguayos está instalada la convicción de que, tras la salida de fondos de inversiones y grupos de siembra de origen argentino, fueron en gran medida los empresarios del agro locales quienes pasaron a explotar los campos dejados por esos inversores.
En el marco de la Expo Activa es notable que también desde el Estado se recuperó el interés en apostar al campo, ya que en esta edición son varios los ministerios y empresas públicas que participarán de la muestra.
En ediciones anteriores, durante el gobierno del Frente Amplio, la presencia de la Dirección Nacional de Medio Ambiente en esa exposición no era considerada probable. En esta ocasión los ministerios de Ambiente y de Ganadería decidieron tener un stand en conjunto en el predio ferial como una señal de coordinación de las políticas oficiales en esas áreas hacia el campo local.
Parecería ser que la idea es romper con la imagen de que hay un ministerio que apoya al productor agropecuario, como es el de Ganadería, y otro que está para controlarlo y sancionarlo, como el de Ambiente.