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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáUna de las características geográficas de Uruguay es su riqueza de recursos hídricos. En el plano de servicios públicos, logró convertir esa abundancia en una cobertura de suministro de agua potable muy cercana al 100%. Entre esas fortalezas, sin embargo, se esconde un punto débil. El sistema de la cuenca del Santa Lucía del que se abastece la zona metropolitana —donde vive más de la mitad de la población— tiene “fragilidades” de cantidad y calidad de agua.
Para el presidente de OSE, Raúl Montero, darle una solución a ese tema es una prioridad. En principio, pensaba seguir la orientación de la administración anterior, que había definido la construcción de una represa y un embalse en el arroyo Casupá que permitiera un mejor manejo de la cantidad y la calidad del agua de la cuenca del Santa Lucía. De hecho, incluyó ese proyecto estratégico en el presupuesto quinquenal.
Montero dijo a Búsqueda que a esa solución, que se perfilaba como el camino a seguir, le surgieron algunos competidores. Una comisión especial con representantes de OSE, y el Ministerio de Ambiente está analizando las alternativas para tomar una definición. A ese grupo de trabajo pretenden que se sume la Oficina de Planeamiento y Presupuesto.
Una de las nuevas posibilidades es traer agua del Río de la Plata, para lo que hay, a su vez, distintos caminos. El punto del que se tomaría el agua bruta está casi definido, sería en el límite de los departamentos de Colonia y San José, a la altura de Bocas del Cufré o Arazatí, porque ahí se registran niveles muy bajos de salinidad. Dentro de esa solución, las variantes son: trasladar agua bruta hacia la planta de Aguas Corrientes para tratarla o construir una usina en esa zona del interior y trasladar el agua ya tratada hacia Montevideo.
Por otro lado, la comisión estudia una propuesta de iniciativa privada para colocar una desalinizadora cerca de Montevideo.
Al comparar las distintas posibilidades, Montero comenta algunas de sus conclusiones preliminares. Los costos de la represa en el arroyo Casupá y los de las obras necesarias para tomar agua del Río de la Plata y trasladarla a Aguas Corrientes son similares. Estima que están en el entorno de los US$ 120 millones.
Desde esa base, considera que Casupá tiene la ventaja de ser un proyecto ya diseñado desde hace años y que fortalece un sistema que ya está funcionando. Su debilidad es que el suministro del área metropolitana, aunque en mejores condiciones, seguiría dependiendo de la cuenca del Santa Lucía.
Esa es justamente la fortaleza de las otras alternativas. Tanto si se toma agua bruta del Río de la Plata, entre San José y Colonia, como con una planta desalinizadora cerca de Montevideo, la zona metropolitana se independizaría de la cuenca del Santa Lucía y accedería a una fuente de agua casi ilimitada. “El Río de la Plata tiene el atractivo de la fuente infinita”, asegura Montero.
La desalinización comparte esos atractivos pero igualmentge corre un poco de atrás en la comparación, al menos en el análisis del presidente de OSE. Considera difícil e ilógico que la comisión llegue a la conclusión de que es esa la solución más conveniente, cuando a pocos kilómetros pueden tomar agua del Río de la Plata con muy baja salinidad.
Aunque el proyecto de la represa de Casupá está incluido en el presupuesto quinquenal, OSE no tiene fondos propios para realizarlo. Montero aclara que será necesario obtener una partida extra y, por ende, con respaldo del Poder Ejecutivo. Ante la consulta de si lo obtendrá, en medio de un panorama de restricción del gasto, se muestra muy convencido.
“Es un tema muy importante para el Poder Ejecutivo y para el presidente de la República. Es fundamental y cuenta con el respaldo; nosotros contamos con ese respaldo para concretar la obra. Vamos a necesitar respaldo financiero para realizarla y estamos seguros de que lo vamos a tener”.
La comisión especial no se fijó un plazo para decidirse por una solución. Montero aspira a que no se extienda más allá de febrero de 2021. Si optaran por la represa en Casupá, cree que en el mejor de los casos la obra podría empezar en 2022.