Estado y mercado: tras haber crecido hasta los años 70, el peso de la administración pública se estabilizó en mínimos

escribe Ismael Grau 

Desde Buenos Aires o Nueva York, donde analistas de bancos internacionales y calificadoras de riesgo monitorean a Uruguay, sus radares apenas captan las oscilaciones políticas, incluso aquellas en apariencia tectónicas como la llegada al poder de una coalición pentapartidaria de centro-derecha tras 15 años de frenteamplismo; alguno hasta se aburre un poco leyendo estadísticas y noticias con bajo vuelo comparadas con las que generan argentinos y brasileños, en particular en días convulsos como los actuales. Con los empresarios e inversores de afuera pasa lo mismo: ven al país con una trayectoria de estabilidad en las reglas y en las grandes políticas, más allá de matices y estilos del elenco de turno. Visualizan, también, que las reformas son lentas, sin sorpresas.

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