Afirmó que hay “productos que están habilitados para la medicina humana o veterinaria que se utilizan en la agricultura, y que en forma irregular se aplican”.
Avizoró un panorama complejo para la lechería, ya que con los actuales valores internacionales “no es posible producir leche” y que en esta relación de precios, que es “muy mala”, se puede “repetir” el cierre de tambos.
Sobre la creciente participación de empresas de Brasil en la industria cárnica, Mattos señaló que Marfrig y Minerva “ya vienen de un proceso de concentración que no ha tenido efectos negativos sobre la formación del precio del ganado”.
Ante cuestionamientos, ¿el MGAP dará marcha atrás en algunos artículos del proyecto de ley de la Rendición de Cuentas vinculados a las inspecciones de la Dirección de Servicios Agrícolas?
Estamos abiertos al diálogo, a una redacción alternativa. El Parlamento tiene independencia de hacer las modificaciones o no votar los artículos.
Muchas veces se magnifica, porque la mayor parte de los artículos de Servicios Agrícolas hablan de cuestiones que ya están vigentes.
Por ejemplo, cuando se habla que tiene que haber un técnico responsable de la aplicación de agroquímicos con equipos aéreos y terrestres, algo que ya está vigente para servicios tercerizados, la norma establece que la misma obligatoriedad que tiene un contratado la va a tener el que tiene un uso propio. Eso no es un cambio radical que va a modificar el status quo.
Sería una asimetría importante o una injusticia que un productor que tiene un equipo propio pueda libremente, sin ningún asesoramiento técnico, aplicar en 4.000, 5.000 o 6.000 hectáreas; y el pequeño productor que contrata un servicio para aplicar en 100 hectáreas sí tienga que tener un asesoramiento técnico. Todos sabemos que los agroquímicos deben ser regulados y controlados, porque pueden generar derivas, problemas con otros productores, intoxicaciones y en el ambiente.No puede estar al libre albedrío y uso de cualquier usuario.
El artículo que más polémica genera es el que refiere a la capacidad inspectiva que pueden o no tener los Servicios Agrícolas. Esto se planteó porque ha habido algunos casos, porque en general tenemos una relación amistosa con nuestros usuarios, en los que está la negativa del productor a ejercer un control. Cuando hay una denuncia o una intoxicación tampoco podemos permitir que haya un ocultamiento deliberado de las pruebas.
Recibí a apicultores que vinieron afectados por aplicaciones que indirectamente han realizado productores agropecuarios, que terminan damnificando a los polinizadores, con muerte de colmenas. No tenemos habilitación para ingresar al predio para poder verificar y tomar una muestra, ni para confirmar, ni para desmentir que el hecho ocasionado haya sido o no por la aplicación de un químico.
No nos interesa ser un organismo policíaco, ni tener derechos que avasallen las libertades individuales, pero la libertad individual termina cuando empieza el derecho de otro. Tampoco podemos permitir que se utilicen algunos productos que muchas veces pueden no estar registrados. Productos que están habilitados para la medicina humana o veterinaria que se utilizan en la agricultura, y que en forma irregular se aplican. Esos desvíos pueden ocurrir en la producción y manejar situaciones que amenacen la salud humana.
Están los ultraliberales que no quieren ningún control y están aquellos que dicen: qué han hecho para evitar todo este mal que afecta a la sociedad.
¿Cómo ve la situación financiera en la lechería, especialmente de las cooperativas de mediano y pequeño porte, y la baja en el precio de la leche al productor, como en el caso de la firma Alimentos Fray Bentos?
Hay muchas dificultades, por los costos de producción que tuvo el productor para mantener la productividad. La sequía dispuso que en la primavera pasada se produjera menos leche y al mismo tiempo se pudiera cosechar poco forraje, que es la base fundamental para suplementar los sistemas productivos en el invierno.
Todo esto fue una cadena de altísimo costo y el productor tuvo que apelar a los concentrados, lo que requirió de un gran esfuerzo del productor, de las cooperativas para financiar una comida que se tuvo que traer de la región y con los precios al alza.
Se pagó el maíz hasta US$ 370 por tonelada, lo que representó unos US$ 150 por encima del precio medio que se paga habitualmente.
Esa situación se mantuvo prácticamente en todo el invierno, siendo que la producción total de leche bajará apenas entre 1% y 1,5% al cierre del año.
Hoy Brasil está poniendo trabas al comercio y estamos en diálogo con las autoridades brasileñas para destrabar esto. Y un fuerte lobby del sector productivo y político parlamentario que está anunciando, incluso en la voz del propio ministro de Agricultura brasileño revisar las licencias de importación de lácteos.
Esto podría ser violatorio de las normas del Mercosur. Además hemos tenido dificultades de análisis de cargas en frontera, donde hay una ralentización del ingreso de camiones que normalmente estaban uno o dos días en frontera y ahora están hasta 10 días en promedio, sin ningún motivo sanitario.
Sectores más radicales de Brasil pretenden instalar la idea de que Uruguay triangula leche, subsidia la producción y ejerce un dumping en el precio. Y no es nada de eso, solamente que la lechería uruguaya es más competitiva en términos promedio que el productor brasileño.
No es fácil la situación para la lechería. Este sobrecosto de producción por la falta de forraje generó una necesidad de asumir ciertas obligaciones de endeudamiento, muchas de ellas dentro de la estructura de la cooperativa, donde se financió el mantenimiento de la producción.
Hoy el mercado internacional demanda menos, especialmente de China, y todo el mundo está con cierto sobrestock de leche. Ese es el panorama que nos podemos encontrar en la próxima primavera, podemos tener mucha producción de leche si se consolida el efecto climático de las lluvias previstas, entonces va a haber mucha leche pero poca colocación.
Analistas internacionales aseguran que con estos niveles de precios de Fonterra no es posible producir leche, aun los países más competitivos, como puede ser Uruguay. Esto lo que va a ocasionar radicalmente es una reducción de la producción, porque se desactivan los procesos productivos.
Si el tambero no le da de comer a la vaca eso hace caer el valor y se puede repetir en Uruguay algo muy dramático, como es el hecho de cerrar un tambo, por esta relación de precios que es muy mala.
Las alternativas que tenemos son muy pocas si Brasil tranca. En Argelia hubo participación de industrias uruguayas en las licitaciones para la compra de leche en polvo, otro mercado era Rusia, donde también hay dificultades de colocación, y otra opción sería Méjico para los quesos.
Frente a un escenario de incremento de la producción de leche en la primavera, nos enfrentamos a un panorama complejo.
Ya veníamos de una estructura complicada de varias cooperativas, como el caso de Claldy, Coleme y Calcar, que tienen cierto grado de dificultad con distintas características. A esos efectos el Ministerio de Ganadería remitió al Parlamento un proyecto de ley referido al Fondo de Reconversión de la Industria Láctea, con US$ 9 millones.
Estamos trabajando en un plan de reconversión para cambiar el plan de negocios, pero cada empresa tiene una fórmula que la propia ley obliga a que esté consensuada con los gremios de trabajadores. Estas industrias muchas veces tienen una gama de productos que las hace poco eficientes, porque hace años se vienen descapitalizando y algunas tienen una estructura muy pesada.
La Federación Rural adelantó que suspender por seis meses la importación de lanas bajo el régimen de admisión temporaria tendrá un efecto nulo, ¿qué opina?
No visualizamos otra solución que sea la apertura de más mercados. Hay un sobrestock de lanas que no tiene demanda mundial, y es el mismo problema que tienen en Argentina, Chile, Brasil, Nueva Zelanda y Reino Unido. El mercado que consume ese tipo de lanas es la industria textil de China, que está paralizada. Esto está asociado a la demanda de la economía china, que está más lenta.
Pero también es cierto que Uruguay viene corriendo de atrás en lo que es el afinamiento de lanas, algo de lo que se viene hablando hace 25 años. No hay fórmulas mágicas, y llegó el momento en el que no hay más demanda y esto se viene anunciando desde hace larga data.
En el mercado de las lanas se siguen comercializando las lanas finas, para prendas de calidad y de alto valor, pero las lanas gruesas no tienen colocación.
Esta medida la conversamos con la industria y es voluntaria. No es necesario que nos digan que tendrá un efecto neutro, porque nadie está diciendo esto va a cambiar la situación. Ante la versión de que la admisión temporaria tiene un efecto nocivo en la formación de precios, una vez que está suspendida y que no hay mucho stock de esas lanas en el mercado, se verá que las lanas de más de 26 micras son las que menos se importan. Entonces no hay un sobrestock que esté utilizando la industria en estos meses.
Esto desactiva la posibilidad de que la incidencia de la admisión temporaria de las lanas sea un factor que impide que se compren lanas de Uruguay. No tiene ningún sentido, porque la industria uruguaya vivió, vive y vivirá de la lana, fundamentalmente producida en Uruguay. Y la admisión temporaria es un instrumento que todos deberíamos defender con más dedicación, por la permanencia de una industria de lavado y peinado de lanas que es de las mejores del mundo. El problema es que la producción lanera de hoy no es la que pide el mercado.
Hay que apurar y acelerar el mejoramiento genético y el cruzamiento para tener un afinamiento mucho más rápido del que se ha procesado en la majada nacional.
En el lanzamiento de la zafra ovina dije a la gente, cuántos usan ropas de lana. Ni los que viven de la lana, usan lana, porque hay otras fibras más baratas, prácticas, que las ponés en el lavarropas y no se deforman, y que abrigan.
El producto lana, que es natural y de alto valor, deberá adaptarse a la demanda internacional para poder competir con otras fibras que ocuparon su lugar y que hay un nuevo tiempo a considerar.
No es cuestión de acusarse recíprocamente, acá hay una cuestión de mercados, porque cambiaron los hábitos de uso y de consumo, a la gente no le gusta cargar con abrigos pesados en el ómnibus, en el metro y en los trenes.
La compra de Minerva a BPU
¿Qué opina de la resolución de la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia, que habilitó la compra del frigorífico BPU por parte del grupo brasileño Minerva?, considerando la preocupación de los ganaderos por la concentración de la faena.
La Comisión de Defensa de la Competencia es un órgano independiente, que falló sin ningún tipo de influencia y en forma objetiva, respecto a los efectos que esta operación podría tener sobre la formación de los precios (del ganado) e inclusive de la eventual concentración.
Tanto Marfrig como Minerva son actores globales, de origen brasileño, y es muy positivo que empresas de este porte tengan interés en venir a Uruguay y por algo es que quieren aumentar sus inversiones aquí.
Esa es la visión positiva de la situación, y lamentamos que la empresa NH Foods de Japón se retire del mercado, lo que nos obliga a hacer algún tipo de lectura. No es una compañía que está vinculada directamente con la carne, sino que es más fuerte en la logística, la distribución y los alimentos en el mercado japonés, pero no es del palo de la carne.
Comparto la preocupación por los efectos que esto puede generar en la concentración. Defensa de la Competencia falló que esto no generaría una distorsión en el mercado uruguayo.
Si sumamos a los dos grupos brasileños serían ocho plantas industriales que conforman poco más del 50% de la faena, y otros países que son actores relevantes de la industria frigorífica mundial tienen concentraciones aún mayores y eso no ha sido obstáculo para que existan factores de competencia entre sí, que aseguren la formación de los precios.
Son dos compañías de capital abierto, que están sometidas al control de los accionistas y a la comisión de valores, seguramente serían mucho más castigadas si se comprobara que hay algún tipo de acuerdo de precios porque sería violar las normas básicas de transparencia.
Estas empresas ya vienen de un proceso de concentración que no ha tenido efectos negativos sobre la formación del precio del ganado en Uruguay. Esto está perfectamente comprobado, porque si se hace una comparación, el precio promedio del ganado en el mercado uruguayo se paga más que en la mayor parte de los mercados.
