Germán Rama, una figura controvertida por su conducción, pero cuyas políticas y liderazgo marcaron la última reforma educativa

REDACCIÓN  

A fines de 1994 una modificación del régimen cambiario en Brasil sacudió la rentabilidad del campo uruguayo, que exigió al gobierno menos costos para aliviar su situación y recibió tiempo después del Ministerio de Economía la exoneración al Impuesto de Primaria. La medida enfureció a Germán Rama, entonces principal jerarca de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). En una de sus salidas habituales, cruda e irónica, dijo que, de haber estado en el Titanic, los productores agropecuarios se hubieran subido a los botes salvavidas antes que los niños y las mujeres. Su comparación dio paso a una serie de episodios conocidos como “la batalla del Titanic”, que incluyeron un intento de agresión de un productor rural a Rama y una minicrisis en el gobierno de Julio María Sanguinetti, al que se le abrió un flanco interno entre el campo y el hombre elegido por el presidente para revolucionar la educación uruguaya.

Esta nota es exclusiva para suscriptores de BÚSQUEDA y GALERÍA
Elegí tu plan y suscribite

Suscribite

¿Ya sos suscriptor? Iniciá sesión

Probá nuestro servicio, registrate y accedé a una nota gratuita por semana.