El grado de penetración del seguro de índice por exceso hídrico para el sector hortícola pasó de 20%, en 2012, a 80%, en 2014, indicó el investigador del Ifpri, Miguel Robles.
Informó que esa herramienta de cobertura de cultivos abarcó zonas de Canelones y Montevideo y el próximo objetivo es Salto.
Otra de las prioridades es establecer un seguro de índice de vegetación para pasturas y ampliar el sistema a las cosechas agrícolas de cultivos de maíz y sorgo, en Soriano, Colonia y Río Negro, comentó.
El Ifpri es un organismo creado en 1975 para brindar soluciones de política que ayuden a reducir la pobreza en países en vías de desarrollo, logren seguridad alimentaria sostenible, mejoren la salud y la nutrición y promuevan un crecimiento agrícola amigable con el medioambiente.
Costo y subsidio
El costo del seguro por exceso hídrico depende de si se trata de un evento extremo o muy fuerte y el nivel de cobertura del subsidio estatal, que puede ser del 35% al 90%, según el tamaño del predio explotado por el productor.
Los granjeros que plantan hasta 8 hectáreas pueden tener un 90% de subsidio, si plantan entre 8 y 15 hectáreas la cobertura es de 70% y si el área es mayor a 15 hectáreas puede tener 35%. Los subsidios son pagados por el Ministerio de Ganadería con recursos del Fondo de Fomento de la Granja, que se financia entre otras fuentes, de hasta el 30% de la recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a las frutas, verduras y flores.
El precio del cupón de seguro va de entre U$S 3,75 y U$S 23,20 para casos de evento extremo, y entre U$S 10,72 y U$S 69,65 para el muy fuerte. Si no contaran con subsidio, el costo sería de U$S 35,70 para el primer caso y de U$S 107,15 en el segundo, según datos del BSE.
Para el cálculo del índice de precipitación se recurre al registro de lluvias acumuladas durante 10 días consecutivos dentro del mes de cobertura. Se considera que hubo exceso hídrico cuando ese índice es mayor o igual a un determinado valor en milímetros, que es el disparador del pago al asegurado.
Los productores pueden comprar hasta cuatro cupones y cada cupón paga U$S 500 al asegurado.
La medición de las precipitaciones está a cargo del Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) a partir de la información recabada en estaciones meteorológicas ubicadas en Progreso, Tala, San Jacinto, San Juan Bautista, Chacra Policial (Ruta 5, km 50), Aeropuerto Internacional de Carrasco y Estación del INIA Las Brujas.
Memoria reciente
“En el primer año del proyecto, que no tuvo casi adhesión de los productores, hubo un exceso hídrico muy intenso que fue el mayor de los últimos 40 años”, señaló el técnico de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa), Domingo Quintans.
Indicó que debido a esa situación climática “se dispararon todos los cupones en todos los meses pero la contratación (del seguro) fue testimonial”. “Casi nadie compró seguro”, dijo.
Un factor que destacó ese funcionario para el abordaje de este tema es que en Uruguay “la variabilidad climática interanual es extraordinariamente alta, que a un año extremadamente seco le sigue otro extremadamente húmedo y que no hay año promedio” en cuanto a las características del clima.
Y lo que ocurrió en el proceso de implementación de ese nuevo sistema de cobertura en el país demostró esa variabilidad.
Luego de un primer año casi sin cobertura de seguros y con abundantes precipitaciones, en un segundo año “el clima en un principio fue lluvioso, había pronósticos que indicaban que se repetía el exceso hídrico pero evolucionó a seco y muy seco”, explicó.
Consideró que en ese momento la contratación “fue buena, llegó a 15% del total de productores y 10% del área agrícola” de la zona. Comparando con proyectos similares en India, en Etiopía y otros lugares esos porcentajes “son mejores”, valoró.
Al igual que en otros órdenes de la vida la gente se acuerda de tomar ciertas medidas preventivas cuando le sucede algún episodio que la perjudica. Por eso, ese técnico de Opypa sostuvo que “es un tema de memoria reciente de los productores”.
“Cuando Santa Bárbara truena nos acordamos que hay un seguro”, acotó.
Respecto al futuro del sistema en cuestión, Quintans planteó que “la continuación o los nuevos seguros de índice deberán estar basados en ventajas comparativas respecto al seguro tradicional” y “diseñarlos en consenso con las empresas aseguradoras”.
La posibilidad de contar con productos de teledetección para complementar las estaciones meteorológicas fue otra de las recomendaciones analizadas.
Los meses de mayor contratación del seguro fueron marzo y abril, en el otoño, dijo el supervisor del BSE, Jorge Muzante. Destacó que “500 hectáreas de cobertura de seguro para un producto nuevo, de difícil comprensión, es un buen número”.
Ese servicio fue contratado por 150 productores que compraron más de 1.000 cupones.
Muzante comentó que el directorio del banco estatal decidió adquirir dos estaciones meteorológicas que serán instaladas en Salto, donde hay una zona de producción hortícola, y en San José, con productores que no están incluidos en el sistema.
Por el lado de los productores, el representante de la Comisión Nacional de Fomento Rural, Fernando López, planteó la necesidad de alcanzar una mayor difusión de los seguros en la producción hortícola y tener en cuenta la diferencia de los costos de producción que tiene cada rubro para ajustar los precios de los cupones.
Durante el seminario los técnicos destacaron la labor del Inumet y del INIA en la provisión de datos actualizados sobre el monitoreo del clima y los pronósticos.
Otro factor que generó dificultades para la implementación del seguro climático fueron los trámites de autorización del Banco Central, según Muzante.
Indicó que en el estudio de ese producto en el BSE también “hubo una serie de impedimentos”. “No cualquier producto llega a la fase de comercialización dentro del banco”, advirtió.
Ese funcionario habló de las reuniones con productores en el proceso de creación del seguro para exceso hídrico. En esos encuentros los granjeros plantearon dudas respecto a los beneficios y los costos vinculados al sistema de cobertura de las plantaciones; además dejaron en evidencia la falta de cultura aseguradora.