El presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale), Ricardo de Izaguirre, en diálogo con Campo valoró positivamente la herramienta. “El instrumento creemos que es válido, fundamentalmente para cubrir el endeudamiento que generó el sector”, dijo, pero aclaró que para mejorar la situación sustancialmente deberá corregirse la relación entre el precio de la leche y los costos, en tanto que proyectó que los valores de la materia prima no mejorará en el corto plazo.
El martes 21, antes de ser aprobado el proyecto, durante su discusión en la Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca del Senado, el presidente de la sociedad de Productores de Leche de Florida, Alfredo Morales, dijo que el monto de U$S 84 millones que implica el fondo es “paliativo de acuerdo con la situación del mercado internacional y todo el entorno va a resultar insuficiente para reconstruir el daño hasta ahora ocasionado”.
Por otro lado, señaló que la tasa de interés del 5% que se les exige a los productores es “demasiado alta”. “Entendemos que debería ser sensiblemente menor por la facilidad y la seguridad de cobro que tiene este instrumento, es decir, a través de la industria y de las remisiones de los productores”.
A la vez, también discrepó con las modalidades de pago contenidas en el proyecto, que establece que la entrega del dinero a los productores sea realizada en tres pagos cuatrimestrales. “A nuestro juicio debe hacerse en una sola vez —la Sociedad de Productores de Leche lo ha hecho público— porque ya se ha desfinanciado demasiado”, opinó Morales, y argumentó: “Hemos tomado todos los créditos habidos y por haber y tenemos que pagarlos cuantos antes”. “Con el resto no tenemos objeciones para hacer”, concluyó el dirigente gremial.
El presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche, Rodolfo Braga, coincidió con ese planteo. “Aun cuando la realidad es muy complicada, dudamos mucho de que el sector desaparezca; vamos a seguir produciendo leche y no hay duda de que el que invierta en esto va a cobrar. Habrá que mejorar las condiciones internas de producción, esperar que haya más mercados y que el sector aumente su competitividad, pero hoy existe seguridad de cobro”, enfatizó el dirigente gremial respecto a la tasa de interés contenida en el proyecto.
Agregó que creía conveniente que el doble voto del presidente de la Comisión Administradora Honoraria del fondo lechero, que es la encargada de dirigirlo, sea sustituido por el voto de un representante más.
El artículo 1º del proyecto establece que el fondo lechero sea administrado por una comisión integrada por representantes de los Ministerios de Ganadería, Agricultura y Pesca, de Economía y Finanzas y de Industria, Energía y Minería. Además de esos tres miembros del gobierno, el proyecto establece que la comisión esté integrada por el presidente del Inale, dos representantes de los productores y un delegado de la industria.
Por otro lado, Braga cuestionó el plazo de devolución del dinero que fija el proyecto, y que indica que sea en un plazo de seis y siete años que comienza a partir de la primavera de 2016. “Si bien puede ser viable, en realidad compromete un poco la deuda” y aunque “falta mucho para ello, teniendo en consideración las cuentas de la lechería y que el panorama internacional está muy turbulento, dudamos que haya una buena capacidad de pago” en ese fecha, argumentó. “Nos parece más interesante tomar un `plazo mayor con una amortización menor, por lo menos al inicio, y que la Comisión (Administradora) tenga la capacidad de analizar la amortización y los montos cada seis meses”, dijo Braga.
Esa última opción fue sugerida por el proyecto presentado por el senador nacionalista Álvaro Delgado, pero no fue contemplada a la hora de votar el proyecto, que fue aprobado el miércoles 22. Dirigentes de las gremiales de productores dijeron a Campo que esperan que sus sugerencias sean tomadas en cuenta en la Cámara de Diputados e incluidas en el proyecto de ley. Si a la iniciativa le introducen cambios, el proyecto deberá volver a la Cámara Alta para que sea votado nuevamente.
Problemas del sector
En los últimos meses los precios internacionales de la leche se desplomaron, lo que repercutió en el dinero que la industria paga a los productores. Algunas industrias anunciaron que pagarán algo más de $ 4 por litro.
A la caída de los precios se sumó la sequía, que golpeó a todo el sector agropecuario. En algunos lugares del país hace siete meses que no se registran precipitaciones. “Si bien ha empezado a llover en distintas zonas, la sequía continúa en el corazón de la cuenca lechera. Quiere decir que la situación se sigue agravando y se está gastando por encima de lo normal para mantener el sistema productivo armado”, advirtió Braga en la Comisión de Ganadería del Senado. “Eso significa un gran esfuerzo del productor, que tiene un mayor gasto básicamente en comida para mantener la máquina”, explicó.
Además de la sequía y la caída de los precios, el sector lechero tiene altos costos de producción. “Las altas tasas de crecimiento y los muy buenos resultados económicos alentaron formas de inversión y de aumento de la productividad que van un poco más allá de la producción pastoril, que es la producción estratégica del Uruguay. En consecuencia, uno de los grandes problemas del sector es el alto costo de producción, ya sea por haber invertido como por utilizar tecnología que aumenta los costos”, explicó el senador del Frente Amplio Ernesto Agazzi durante su intervención en el Parlamento, el día en que se votó el fondo lechero.
Según las cifras oficiales, el sector lechero registró pérdidas de U$S 85 millones. Ese total se explica por pérdidas de U$S 27 millones generados por los sobrecostos de alimentación debido a la sequía y U$S 58 millones por la caída de los precios.
Dejando de lado los grandes emprendimientos, las deudas del sector según el Banco Central giran en torno a los U$S 180 millones. Si se toman en cuenta las iniciativas de gran envergadura, las deudas ascienden a los U$S 249 millones. De ser aprobado el fondo lechero, a esta cifra se le sumarían U$S 85 millones.
“Nosotros estamos planteando al sector tener la mayor prolijidad en gastos” de forma de “tener el mayor equilibrio en los resultados”, aunque “hay algunos rubros, como el de la alimentación, en los que hay que seguir invirtiendo”, dijo a Campo De Izaguirre.
Debido a la situación que atraviesa el sector lechero, a principios de año cerró la empresa láctea Ecolat. Unos meses después la empresa láctea estadounidense Schreiber Foods siguió sus pasos y también se fue del país.
Crecimiento
En los últimos años el sector lechero experimentó un crecimiento importante. Desde 1995 hasta el corriente la remisión de leche a las plantas tuvo un incremento promedio de 8 % anual. En las últimas dos décadas la productividad de leche por hectárea se duplicó y actualmente gira en torno a los 4.000 litros.
Casi el 70 % de la leche producida es destinada a la exportación, mientras que el resto es colocada en el mercado local. Los principales mercados son países que están enfrentando dificultades: Venezuela, China, Argelia, Rusia, Brasil y China.
El 6 de julio, el presidente Tabaré Vázquez anunció que Uruguay acordó con Venezuela vender U$S 300 millones en alimentos para este año, lo que incluye leche en polvo y quesos. A su vez, ese tratado implicó que el país caribeño pague su deuda de U$S 38 millones. Parte de ese monto será destinado a saldar la deuda que Venezuela mantiene con Conaprole.
El 27 de julio, el ministro de Relaciones Exteriores, Nin Novoa, dijo que el gobierno uruguayo tiene la intención de ampliar ese acuerdo comercial en los próximos años y vender alimentos por U$S 1.000 millones en 2016.