—Esta candidatura tiene una connotación especial. Surge desde las bases, desde el movimiento, una propuesta de compañeros independientes. La comisión de género asesora de mujeres de Maldonado propone el nombre y también lo hacen las bases del interior. Y creo también que el haber llegado al plenario sin apoyo de ningún sector político tiene un compromiso importante que quiero cumplir.
—¿Cuál sería ese compromiso?
—Primero, el hecho de que es la única candidata mujer. Estamos cumpliendo de alguna manera con la resolución del plenario anterior que marcaba que hubiera representación de género. No es el avance que esperaba la unidad, pero en este camino estamos iniciando una nueva modalidad. Esperemos que lo que aprobó el Congreso en torno a la paridad en los próximos tiempos esté saldado y se puedan ver candidaturas. Pero es un avance importante. Como se podían votar tres candidatos en la segunda votación, hubo un apoyo importantísimo de sectores a esta candidatura y me parece que es una construcción distinta. Es una construcción de movimiento y equilibrio de nuestra fuerza política, que nos compromete mucho a muchas personas que estamos visualizando un quehacer en el Frente Amplio con algunas acciones distintas.
—¿Por qué ve necesario firmar un documento en el que los candidatos se comprometan a conformar una dirección paritaria?
—No es que se firme un documento solo con ese punto. Hay ejes que los candidatos debemos de tener muy claros de cumplir, porque el control social y político de nosotros son las bases y los sectores, la institucionalidad propia del Frente Amplio. El tema de la paridad se fue mejorando notoriamente por el Congreso. Tenemos que desarrollar, por un tema de equilibrios, la mirada de jóvenes y de mujeres. En realidad lo que queremos es compartir el poder. Cincuenta años del Frente Amplio y, si sacamos los años de la dictadura, una sola mujer presidió el Frente Amplio.
—Y tampoco pudo llevar adelante con tranquilidad su mandato…
—Tampoco pudo llevar muy tranquila su mandato. Se le exigieron a esa presidencia y al equipo tener la dedicación total al Frente Amplio. Cuando deja Mónica Xavier la presidencia nos retiramos todo el equipo con ella, porque era lo que correspondía. En un mundo como el que tenemos es importante respetar la institucionalidad del FA.
—¿En ese caso le parecieron bien esas exigencias o eran trabas por el hecho de ser una presidenta?
—Creo que hay una mezcla de varias cosas en ese hecho. Que trabas hubieron, hubieron (sic). El mecanismo no fue el mejor y se podría haber aplicado a posteriori, porque uno se presentó bajo determinadas características. Cuando uno está con unas reglas de juego, juega con esas reglas y cambiarlas en medio del partido no me parece que haya sido bueno.
—Mencionaba el hecho de llegar al Congreso sin que la impulse ningún sector. Fue electa senadora en su momento por el Movimiento de Participación Popular, que hoy respalda la candidatura de Pereira. ¿Con qué sector o corriente se identifica?
—En el partido Frente Amplio. Me siento representada totalmente en el FA, no sectorizada. Me permite un abordaje a la interna del Frente Amplio distinto. Los famosos independientes que muchas veces fueron las bases de la construcción del Frente Amplio, me siento ahí y me siento muy cómoda.
—En un documento base de su propuesta escribió: “Estamos para ocupar los espacios que políticamente nos corresponden”.
—Y bueno… hay una candidata mujer. ¿Cuántos sectores apoyan? Y hay mujeres en todos los sectores. O sea, cuando me refiero a esa frase, es ocupar precisamente esos lugares políticos que de alguna manera no están. Y no están también porque no tenemos las oportunidades. Ese es el tema de fondo. Las oportunidades de los hombres y las mujeres no son las mismas. Imaginate una mujer, jefa de hogar con sus hijos, trabajando ocho y 10 horas, qué oportunidad tiene para militar, para salir, para estudiar.
—En una charla en un comité de El Pinar dijo que hubo mujeres que no fueron al último Congreso porque el Frente Amplio no preparó espacios donde pudieran dejar a sus hijos durante el encuentro.
—Exacto. Esas son algunas de las oportunidades que precisamos. El compartir. La cultura, la familia, van cambiando. Hoy por suerte nuestros hijos comparten con sus parejas la crianza de los pibes, no es mayoritario pero estamos yendo hacia ese cambio que no es menor. Pero el otro día estaba en un comité en Parque del Plata y una compañera, relativamente joven, dice que ahora puede militar porque sus hijos están grandes. Y cuando, por otro lado, escucho que piden mujeres jóvenes para militar. ¿Y qué hacemos con aquellas que ahora salen a militar? El cambio generacional es un cambio que va acompañado con experiencia y futuro.
—¿Qué acciones se podrían implementar si es electa?
—La articulación y la participación va a ser fundamental. Acá hay que hablar mucho y hacer. Las dos cosas. Hay que salir a todo el país. Precisamos complementarnos entre todos y todas, con sus características y sus formas de organización. Esto quiere decir que para que militen mujeres, militen varones jóvenes, militen adultos mayores tenemos que darles las oportunidades. Recorriendo encontramos comités de base que tenían salones de juegos para que los niños tuvieran un lugar donde estar y que no dejaran de participar los padres. Esto mismo lo podríamos haber hecho para el Congreso, porque efectivamente existieron mujeres que no vinieron por no tener dónde dejar a sus hijos. Precisamos una cabeza muy abierta y cambiar nuestra cultura.
—No pareciera ser un tema económico…
—¿Cuántas maestras militantes tenés que puedan ayudar en la atención de niñas y niños? Miles tenés.
—¿Y entonces por qué falta este reflejo en la dirigencia?
—Porque nosotros pensamos en cambios económicos, sociales y culturales para la gente, y está bien. Se hicieron y fueron muchísimos en 15 años. El tema es que nos tenemos que cuestionar si los hicimos con la gente. Y yo creo que nos costó mucho más esa otra parte. No alcanza con hacer leyes. Todo lo que veías en el volante cuando eras dirigente sindical lo votaste, es ley. ¿Cuándo lo hacés ley con la gente? Cuando la gente se apropia. Y si vos no salís al lugar para ir a hablar con el trabajador rural o con las trabajadoras domésticas… Se gobierna para la gente, lo que tenemos que profundizar fuertemente es que sea con la gente.
—Otro de los puntos que destaca es la llegada, como usted los define, a “los interiores”. ¿Qué pasó para que el Frente Amplio perdiera pisada allí siendo que llegó a gobernar ocho departamentos?
—No podemos seguir haciendo autocrítica cada cinco o seis años, no puede ser un período de gobierno. La autocrítica tiene que ser: yo tengo una propuesta a corto, mediano y largo plazo, y esas propuestas que son la plataforma de gobierno tienen que ser evaluadas permanentemente. Primero porque los tiempos políticos en cinco años pueden variar mucho y tenemos que evaluar si lo que estamos haciendo está corriendo para, en todo caso, moverlo, cambiarlo. ¿Espero cinco años para hacerlo? La fuerza política no estuvo en el interior de forma permanente. Porque el gobierno tiene que gobernar, ahora, el partido tiene que mirar la marcha de ese gobierno y estar con la gente.
—Por momentos se escuchó como explicación que pasar al gobierno implicó “vaciar” a la fuerza política.
—Eso es parte, es un problema del que debemos aprender para tener una mayor formación y capacitación, justamente para cuando te llevás dirigentes políticos de tu fuerza, que son referentes, porque los precisa el gobierno pero también el partido. Muchas veces hay situaciones de fricción entre el partido y el gobierno. Y está bien que pase. Lo que no está bien es que el partido no opine. Y después tenemos las organizaciones sociales que también tienen sus tiempos. Esta trilogía partido, gobierno y organizaciones sociales, esa articulación es sumamente importante para el éxito final. Y a nosotros nos faltó en los últimos años esa articulación.
—¿En qué lo veía en el interior? Porque, por ejemplo, se llevó la Mesa Política a recorrer los departamentos, incluso acompañada por ministros del gobierno.
—La permanencia, la permanencia. Eso tiene que ser permanente. No puede ser un empuje y después por x motivo no está. Nosotros proponemos descentralizar para que no pasen esas cosas. Necesitamos un Frente Amplio que resuelva en los territorios su estructura y su forma de organizarse, porque quién más que quien vive en el territorio para saber cómo referirse a los temas, cómo puede afectarle una ley que toque temas de ese territorio. Y no podemos tener un Frente Amplio que siga centralizado en Montevideo. Ya está. Porque para mí fue un error haber sacado la Comisión del Interior de la estructura y colocarla en una comisión mucho más amplia, porque desde Montevideo no podemos pensar lo que pasa en Tomás Gomensoro. Entonces, si descentralizamos y formamos las regionales que resuelvan y ayudamos a la mirada general departamental, y así vamos construyendo en territorio.
—El sociólogo Agustín Canzani dijo en una entrevista con Búsqueda que el Frente Amplio perdió la “capacidad de ir leyendo la realidad” y como ejemplo planteó que el surgimiento de Un Solo Uruguay era algo demasiado grande como para no advertirlo antes.
—No tengo la menor duda. El interior es un entretejido que lo tenés que hacer de forma permanente porque tiene muchos interiores. Y a todos los tenés que atender, porque aparte son los más complejos, a los que te cuesta llegar. Si me decís qué me imagino para el 6 de diciembre, no importa en el lugar en el que esté, agarro dos micros y nos vamos al interior a hablar con absolutamente todo el mundo. Quizá hay lugares que todavía no pasamos después que perdimos y hay gente que está esperando.
—¿Por qué no surgen liderazgos desde el interior? En una entrevista con Búsqueda el intendente de Salto, Andrés Lima, decía que si algún dirigente cobraba relevancia la estructura no lo dejaba crecer.
—Porque la estructura es dura, la estructura tiene que tener mayor apertura. Pensá algo más lógico. Si yo no tengo una comisión del interior funcionando, ¿cómo muestro a mis dirigentes a nivel país? Ahora, eso es de ida y vuelta, porque también los dirigentes territoriales tienen que estar presentes donde tienen que estar.
—En el espacio socialdemócrata hay más de una decena de sectores y en los últimos años se han creado varios. ¿Hay una proliferación de sectores?
—Lo mío capaz que es un sentimiento… la aparición de varias agrupaciones surge, muchas veces, porque hubo una discusión dentro del sector político. Y fundamentalmente se abren dos o tres, pero no hay una diferencia sustancial con el partido. Eso hace a la formación ideológica y política, que es otro punto importante en la fuerza política. Debemos tener una Mesa Política que hable de política y que forme ideológicamente, porque esas son debilidades.
—Plantea hacer autocríticas más cortas en el tiempo. ¿En qué momentos tuvo la sensación de que faltó actuar más rápido? ¿Cuando Tabaré Vázquez declaró la esencialidad en la educación? ¿Con la demora en la renuncia del exvicepresidente Raúl Sendic?
—La esencialidad no es lo mejor que nos pasó. Y ahí nos faltó lo que habíamos trabajado fuertemente en el primer gobierno del Frente Amplio: nos faltó un mayor relacionamiento con las organizaciones sociales. En ese diálogo, que no fue el mejor, y la resolución, que tampoco lo fue, es donde debe estar la fuerza política. Esa es la función del partido y lo que lo fortalece. La esencialidad se podría haber evitado y nos hubiéramos evitado una lesión, que se subsanó, con las fuerzas sociales de la educación. A veces, ante la presión que tiene el gobierno, el partido juega un rol fundamental.
En el caso de Sendic me parece que el Frente Amplio actuó con los tiempos que tenía de su propio partido político. Y que poco se ha visto en la historia que un vicepresidente de la República haya renunciado. Eso es lo que levanta al Frente Amplio frente a una actitud muy compleja y muy dura. Pero el resultado final para mí es lo más importante.

—¿Cómo se compite con una candidatura como la de Pereira, que por el apoyo de sectores pareciera ser la favorita?
—Yo no compito, estoy caminando. Es muy diferente. La candidatura esta capaz que a la larga va a haber que estudiarla. Yo por lo menos la siento con muchísima cercanía. El hecho de tener un pensamiento que es contigo, estás haciendo la construcción de un paraguas mucho más amplio. Tenemos improntas distintas los tres, pero no hay temas centrales que nos vayan a separar porque primero están las resoluciones del Frente Amplio. Le vamos a poner nuestra improntas. Yo le voy a poner toda la fuerza al interior, le voy a poner todo para descentralizar, para la participación, para la paridad. Ese es mi objetivo, llenar esta casa de gente, que los jóvenes participen de la forma en que se les ocurra.
—¿El Frente Amplio debería ser más combativo con el gobierno?
—No es contestar combativamente, es contestar en el plano de las ideas y del proyecto. Nosotros tenemos una idea de proyecto que va hacia la gente y con la gente. Pero eso no nos puede inhibir de que exista un relacionamiento como fuerza política. Lo que no puede haber es una ausencia de parte del gobierno a ese diálogo de ida y vuelta.
—¿La recolección de firmas fue un parate al gobierno?
—De eso no tengo la menor duda. El ejemplo corrido de eso es que casualmente 800.000 firmas tienen el valor de que no nos estén aumentando los combustibles estos meses. No le pongo otro motivo que ese, eso es un parate. Y la gente tendría que ponerlo arriba de la mesa. Fue un parate importante, desde abajo y donde la fuerza política Frente Amplio crece como tal.
Información Nacional
2021-11-11T00:25:00
2021-11-11T00:25:00