Horror para todo público

escribe Fernando Santullo 

Se habla mucho, y con razón, del carácter “nostalgioso” de la serie Stranger Things (Netflix). Es común que se señale que ese elemento de nostalgia esté representado tanto por la ambientación en los años 80 como por su cuidada reconstrucción del “espíritu de época” de entonces. Sin embargo, si la serie no funcionara como el mecanismo bien aceitado que es, capaz de enganchar al espectador con sus desvíos, subtramas y sucesivos cliffhangers al final de cada capítulo, nada de eso importaría y sería simplemente un bodrio.

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