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El movimiento matutino de la Oficina Penal Centralizada (Opec) del Poder Judicial, ubicada en la calle Juan Carlos Gómez, en la Ciudad Vieja, contrasta mucho con el que hay las primeras horas del vespertino. En cuatro pisos del edificio funcionan los 16 juzgados letrados de Montevideo de la materia penal, por donde pasan quienes cometen diversos delitos, en su mayoría hurtos, rapiñas, violencia doméstica y de género o estafas. En esas sedes se realizan los controles de detención, las audiencias de formalización, los acuerdos abreviados y los juicios orales para condenar a quienes son hallados culpables.
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La semana pasada, entre el 15 y el 19 de abril, mientras que por las mañanas cada uno de los jueces que estaba de turno tuvo tres audiencias, en promedio, en la tarde fueron seis, según un relevamiento realizado por Búsqueda con los datos publicados en la página web del Poder Judicial. Esa diferencia ocurre porque la cantidad de instancias es mayor después del mediodía, pero la cantidad de magistrados es la misma en todos los horarios: hay cuatro en actividad, con turnos semanales.
Esta disparidad se arrastra desde que comenzó a funcionar la Opec —con la entrada en vigencia del Código del Proceso Penal en 2017—, pero hasta el momento no se promovieron cambios sustantivos. La nueva directora de Servicios Administrativos del Poder Judicial, Adriana Berezán, adelantó a Búsqueda que va a proponer modificar el funcionamiento, porque son necesarios para lograr una mayor eficiencia. Considera que es una problemática que afecta el trabajo de los jueces, los fiscales y los defensores, y en eso coinciden varios gremios de trabajadores consultados.
“Hay algunas horas” que quedan “en banda” y “hay gente que está esperando para trabajar”, aseguró la jerarca que dirige la oficina encargada de administrar los recursos del Poder Judicial. Y agregó: “No tenemos tantos recursos como para que al final del mes se saque la cuenta y se diga: ‘Este juez estuvo sentado tantas horas en la sede judicial de brazos cruzados esperando para trabajar’”.
Para solucionar la situación en la Opec, una de las alternativas que maneja la Corte es reducir la cantidad de juzgados que están de turno de mañana, para que haya más disponibles al horario de mayor actividad en la tarde. No obstante, la propuesta será “dialogada y acordada” con la Fiscalía General de la Nación previo a su modificación, por ser el “espejo” del Poder Judicial en la administración de la justicia. En el sistema, el juez “es un expectante” del trabajo de los fiscales, que son quienes deciden cuándo pedir las audiencias, señaló la directora del Poder Judicial. Luego de solicitadas, el sistema informático les adjudica un horario y juzgado, para lo cual tiene en cuenta la urgencia, porque la indagatoria preliminar tiene que finalizar en un plazo máximo de 24 horas, o de lo contrario la persona debe ser liberada.
Responsabilidad compartida
Según los datos disponibles en la página del Poder Judicial, de las 63 audiencias que hubo la semana pasada en el horario matutino, solo 16 fueron en las primeras dos horas, entre las 8 y las 10. En tanto, de las 114 audiencias del turno vespertino, solo 17 fueron entre las 18 y las 20.
Los motivos detrás de la acumulación de audiencias en las primeras horas de la tarde —entre las 12 y las 18 horas— son diversos. Por un lado, están las dificultades para el traslado de los detenidos o personas privadas de libertad hacia los juzgados cuando tienen que presentarse a una audiencia, que es competencia del Ministerio del Interior, cuyas jerarquías lo adjudican a la falta de vehículos. También sucede que en ocasiones falta personal policial para custodiar a los detenidos en las instancias, lo que puede ser un impedimento para realizarlas.
Otra de las razones por las que la mayoría de las audiencias se concretan en horas de la tarde responde a las dinámicas de trabajo de los fiscales, que previo a resolver si avanzan hacia la formalización de una investigación deben analizar la información disponible en la carpeta, tomarles declaración a testigos o analizar imágenes obtenidas a través de cámaras de seguridad, en algunos casos.
“Los cuellos de botella son multicausales, y todos tenemos una justificación de por qué son”, señaló el presidente de la Asociación de Magistrados Fiscales del Uruguay, Willian Rosa, para quien “las razones varían, pero las demoras están” y “es tiempo muerto” que “trastoca la dinámica de trabajo”.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Magistrados del Uruguay, Leonardo Méndez, consideró que la Opec tiene un sistema que “está bien diseñado”, pero “está mal usado”, porque si bien hay jueces disponibles entre las 8 y las 20 horas, “en los hechos está restringido el horario”, debido a que la mayoría de las audiencias se realizan a partir de las 10 de la mañana y, por tanto, “se subutiliza la primera hora”.
Méndez indicó que “desde el punto de vista de los jueces no han planteado necesidad de cambio”, ya que están “conformes y disponibles” y que las “falencias” son consecuencia de otros operadores, como la Fiscalía y el Ministerio del Interior, porque en los juzgados penales de Montevideo “no hay deficiencia de recursos humanos de magistrados”.
Sin embargo, Berezán señaló que para evitar que “haya una hora con un cuello de botella importante” —como sucede— empezarán a trabajar “con las opiniones de todos los actores”, para que “todos trabajen más cómodos y que a la hora que se aprieta el cuello de botella haya más gente disponible para trabajar”.
