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Antes de que los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas asumieran sus cargos, el ministro de Defensa, Javier García, preocupado por el avance del crimen organizado y la inseguridad, les comunicó que profundizarán las medidas de precaución en las dependencias del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea. Con el telón de fondo de ataques que para ese momento habían recibido policías, el ministro buscaba impedir agresiones a la institución militar, que además estaba próxima a comenzar a mediados de marzo un patrullaje fronterizo a escala nacional enfocado principalmente contra el narcotráfico.
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Aunque ciertas medidas de seguridad se tomaron, el asesinato de tres infantes de marina ocurrido en mayo obligó a repensar la estrategia. El hecho ocasionó cambios jerárquicos en la Armada, nuevas órdenes para quienes cumplen las guardias y ahora la posibilidad de que la tecnología reemplace al personal militar durante los controles. “Muchas veces se habla de cámaras de vigilancia, nocturnas, de iluminación, todo eso requiere recursos, y los recursos no siempre están disponibles. Pero se están haciendo las pruebas a los efectos de analizar si se puede hacer una guardia mediante videocámaras de lo que suceda en ese lugar y en algunos otros. La idea es que no esté el personal en forma permanente”, dijo a Búsqueda Jorge Wilson, comandante en jefe de la Armada.
El lugar del triple homicidio es un predio de la Intendencia de Montevideo cedido en comodato a la Armada y ubicado en la ladera del Cerro de Montevideo, a unos 500 o 600 metros del área naval del Cerro donde funciona el Comando de Infantería, la Escuela de Especialidades y el Servicio de Construcciones, Reparaciones y Armamento de la Armada. Es custodiado para proteger antenas de la cadena de radares de la Armada que permiten vigilar la línea de costa y estaciones de Antel y Movistar que brindan cobertura móvil. “El tema de dejar eso sin atención es que pueden ocupar el lugar, o robar las antenas o robar la fuente de poder de los sistemas”, indicó Wilson.
Para proveer a ese predio de un sistema de videovigilancia se usarán cámaras cuyo uso estaba destinado a otras unidades y funciones dentro de la Armada. La fuerza ya cuenta con experiencia en el manejo de este tipo de tecnología: en 2018 se presentó un sistema de cámaras para las playas de Montevideo monitoreadas por el Comando de Prefectura de Trouville a través de un convenio con el Ministerio del Interior.
Contradictorio
La forma en que se realizan las guardias militares y los protocolos que se siguen estaban en debate desde antes del asesinato de los infantes de marina, cometido por un desertor de la Armada para robarles las armas a sus excompañeros. En ese predio del Cerro, donde está instalada una pequeña cabaña para el personal, las medidas se venían escalando: en un inicio había un solo guardia que de manera casi permanente vigilaba el lugar; luego la custodia se le asignó a la Escuela de Especialidades, que enviaba aprendices que rotaban en la función; pasó más tarde a la Unidad de Apoyo de la Prefectura Nacional Naval (Unapo) y, cuando la Unapo se unificó con el Cuerpo de Fusileros Navales (Fusna) para formar el actual Comando de Infantería de Marina, la guardia recayó en infantes de marina que la realizaban de a tres, con dos despiertos y uno en descanso.
El crimen de mayo desembocó en una investigación urgente solicitada por García acerca de los protocolos de seguridad que la Armada hace en sus diferentes puestos de control en todo el país. Según la investigación, entre las 20.00 del sábado, hora en que los marinos ingresaron a la guardia, y las 8.00 del domingo, cuando se hallaron sus cuerpos, no hubo comunicaciones radiales ni físicas desde la Base Naval del Cerro para cerciorar que la guardia estuviera funcionando bien. A partir de los resultados, el ministro relevó al comandante de Infantería de Marina, Marcos Saralegui, y ordenó una investigación administrativa. García aseguró que hubo una “falla notoria” por parte de la Armada en lo sucedido en el Cerro. “Los protocolos de seguridad existen, pero hay que cumplirlos. De nada sirve el mejor protocolo de seguridad si no se cumple. Hay que cumplir con lo que está dispuesto”, señaló.
Más allá de la instalación de cámaras de videovigilancia en ese y otros sitios de custodia de la Armada, el ministro ordenó a los tres comandantes de las Fuerzas Armadas que se prohíba el uso de celulares durante las guaridas, luego de comprobarse que durante el triple homicidio estos dispositivos pudieron distraer a los infantes de marina de su función. “Es incompatible, es contradictorio estar de guardia y, al mismo tiempo, estar con la cabeza baja chateando, navegando en el celular. Es un enorme peligro, en primer lugar, para la persona, y también para la unidad o el bien que custodia. El celular tiene que quedar en el cuarto de guardia y el momento de descanso puede ser utilizado para alimentarse, distraerse o navegar en celular. Pero mientras está de guardia debe estar atento, por el bien de quien está de guardia y por la misión que está cumpliendo”, dijo en junio durante una sesión en el Parlamento.