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La invasión rusa a Ucrania llevaba ya cinco meses cuando el presidente de la Comisión de Asuntos y Relaciones Internacionales del Frente Amplio (Carifa), Ariel Bergamino, participó, el 25 de agosto, en el Día del Comité de Base. El conflicto bélico y la falta de consenso en la coalición de izquierda al respecto estuvieron en los temas de ese día. “A veces pretender una posición única en la Carifa es como pretender enjaular al viento”, describió.
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Las diferencias son tantas que Carifa abandonó sus esfuerzos de alcanzar un acuerdo y elaborar un documento común, un pedido de la Mesa Política del Frente Amplio en febrero.
El presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, dijo a Búsqueda que “no es cierto” que la coalición de izquierda “no se haya expresado acerca de la guerra”. El exdirigente sindical mencionó una declaración de la fuerza política del 24 de febrero, fecha en que empezó la invasión rusa, y a dos declaraciones votadas en ambas cámaras del Parlamento, que el Frente Amplio votó, donde se condena la invasión y se insta a las partes a solucionar sus diferencias por vías diplomáticas.
Consultado acerca del proceso inconcluso de la Carifa, Pereira sostuvo que lo que se busca es “entender un poco más el contexto geopolítico de la región”, cuáles fueron las causas de la guerra y qué tácticas implican los actores involucrados.
En junio, El Observador informó acerca de “diferencias irreconciliables” en la comisión sobre el eje del conflicto. La Carifa no pudo enviar un solo documento, sino tres distintos: hubo uno en mayoría firmado por la mayoría de los sectores, y luego otro redactado por el sector Fuerza Renovadora, opuesto en muchas opiniones al mayoritario, y un tercero del Partido Obrero Revolucionario (POR).
Cuando la Mesa Política analizó los informes el 7 de junio, le devolvió los informes a la Carifa para que buscara realizar una “síntesis” de los aportes, en consenso. El pedido se hizo especialmente a consideración del secretario general del Partido Comunista, Juan Castillo, quien pidió aunar esfuerzos, dijeron fuentes a Búsqueda.
Bergamino intentó, sin éxito, consensuar un nuevo documento sobre la guerra. Elaboró un cuarto texto que puso a consideración al resto de los integrantes de la comisión. Allí admitía que dentro de la fuerza política existían “opiniones y posiciones diferentes cuya naturaleza y magnitud dificultan la elaboración y aprobación de un documento de consenso”, y barajaba como posibles alternativas “elaborar y aprobar un documento para salir del paso” o aprobar uno con mayorías y minorías.
El texto sostenía que era “imposible” justificar o aceptar el uso de la fuerza militar para solucionar diferendos, y que la invasión de Rusia a Ucrania debía rechazarse como respuesta a los “problemas” entre ambos países. Entre ellos, identificaba “el progresivo avance de OTAN hacia el este europeo y las políticas antirrusas y de militarización en Ucrania”; la “situación de la población ucraniana de origen ruso” y la “definición del status definitivo de la península de Crimea”, anexada a Rusia en 2014. Según este documento, la opción militar se impuso porque “fracasó la vía política/diplomática” y fue “consecuencia de la acción de los gobiernos de Ucrania y Rusia en primer lugar”.
Pero tras un par de reuniones de la Carifa, los representantes del Partido Comunista, Mateo Grille, y de Fuerza Renovadora, Fernando López D’Alesandro, sostuvieron que las diferencias entre sus posturas hacían inviable llegar a un acuerdo, por lo que el tema no volvió a ser tratado.
Uno de los integrantes del grupo, Darío Mendiondo, dijo a Búsqueda que “se intentó llegar a un acuerdo pero no fue posible articularlo”. Su sector, el Nuevo Espacio, aún tiene disposición para alcanzar un documento común.
El tema, dijeron fuentes de la comisión, incluso fue discutido a nivel de las bases del Frente Amplio, donde se invitó a los dirigentes de los sectores políticos con opiniones divergentes, pero este debate tampoco precipitó un acuerdo.
Las diferencias
El documento acordado por la mayoría de los sectores del Frente Amplio tiene varias diferencias con el de Fuerza Renovadora, sobre todo respecto al rol de Estados Unidos y Rusia en el conflicto.
“La responsabilidad del fracaso de la solución política no solo corresponde a Rusia, también a otros actores del escenario regional y global, entre ellos al gobierno de Ucrania y a la OTAN y particularmente al gobierno de EE.UU., en tanto país que hegemoniza las decisiones de la OTAN, condicionando a los gobiernos europeos”, dice el documento firmado por la mayoría de los sectores del FA. A su vez, sostiene que los países de la OTAN, “lejos de impulsar la negociación político-diplomática que ponga fin a las acciones bélicas, han estado potenciando lo que venían haciendo desde antes del estallido del conflicto, que ha sido aportar armamento de distintos tipos al gobierno de Ucrania”.
El documento de Fuerza Renovadora, en cambio, refiere al régimen de Vladimir Putin como una “autocracia”, con una propuesta de “democracia orgánica” que está “basada en las concepciones de la nueva derecha radical europea”, con una “raíz paneslavista” proclamada desde el poder que “trae recuerdos penosos de los viejos fascismos y, principalmente, del nacionalismo católico de Falange española”. A su juicio, “la reconstrucción euroasiática promovida por Putin tuvo en ‘detener la expansión de la OTAN’ la excusa perfecta”, ya que en el fondo “la intención del Kremlin de recomponer su poder global y su espacio euroasiático es la razón que precipitó la guerra, en un escenario mundial de competencia interimperialista”. Por tanto, “Rusia invade Ucrania, es el país agresor y, en consecuencia, el principal responsable de la guerra”.
El documento incluye una crítica a la alianza estratégica entre Rusia y China, que apela a “sistemas no democráticos, diferentes a la democracia y sociedad que aspiramos a construir como lo entendemos en Uruguay”. Del otro lado están “los Estados Unidos recomponiendo sus alianzas con la Unión Europea”; ambos representan “sistemas más o menos abiertos, pluralistas, donde los derechos humanos valen en la interna de los países occidentales”.
El documento del POR apoya a Rusia y su “operación especial”, como define el gobierno de Putin a la invasión.