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El Frente Amplio sigue siendo el conglomerado político de mayor respaldo electoral en Uruguay, según las principales consultoras de opinión pública, aunque no todo se mantiene igual que antes. Hace 22 años que gobierna Montevideo, pero los dos últimos intendentes electos —Ricardo Ehrlich (58,47%) y Ana Olivera (45,9%)— disminuyeron el “porcentaje récord” de votos obtenidos por Mariano Arana en su reelección en mayo del 2000, que superó el 60%. En octubre del 2004 ganó por primera vez la Presidencia de la República con Tabaré Vázquez con mayoría parlamentaria y lo repitió en el 2009 con José Mujica, pero con menor cantidad de sufragios y en segunda vuelta. Además, en 2010 pasó de gobernar nueve intendencias a hacerlo en cinco. Y ese “desgaste” por el ejercicio del poder —asumido por la dirigencia frentista como un dato de la realidad— es una de las razones esgrimidas en el partido de gobierno para explicar una caída de unos 50.000 votos en la elección interna que realizó el viernes 27 para elegir a su presidente.
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“Apenas se inició la campaña nos pusimos la meta de igualar los votos del 2006, que fueron 220.000, pero rápidamente nos dimos cuenta de que había cierta frialdad y que el momento político era otro. Por tanto resultó obvio que nos pusimos un objetivo exagerado”, reconoció a Búsqueda un dirigente del MPP que de todos modos opinó que “lo logrado fue un éxito”. El “drama” hubiera sido obtener menos de 100.000 votos, coincidieron en reconocer dirigentes de los principales sectores del oficialismo.
La elección a padrón abierto para nominar al presidente del Frente Amplio surgió de una propuesta del Movimiento de Participación Popular (MPP) en el primer semestre del 2010 y fue oficializada luego por la senadora Lucía Topolansky en un acto realizado en setiembre del 2011 en el Parque Rodó de Montevideo. La idea prosperó y el Plenario Nacional del Frente realizado en marzo habilitó las candidaturas a la Presidencia de Mónica Xavier, Ernesto Agazzi, Juan Castillo y Enrique Rubio, el postulante que originalmente contó con el respaldo del presidente Mujica. Se trató además de una elección múltiple, puesto que se definía el presidente de la coalición a nivel nacional, los presidentes de las departamentales, los integrantes por listas de los sectores al Plenario Nacional y a los Plenarios Departamentales y los delegados de bases a ambos niveles de dirección. Además el resultado definitivo dirimirá la nueva integración de la Mesa Política, constituida por 15 cargos para los grupos políticos, 12 para las bases, más el presidente.
Catorce horas después de cerrados los circuitos, el lunes 28, el actual presidente del Frente Amplio. Jorge Brovetto, informó que sufragaron 170.770 personas. Fueron 78.776 en Montevideo, 23.016 en Canelones, 68.446 en los restantes 17 departamentos y unos 2.500 del exterior. A partir de hoy jueves se instalarán siete mesas con delegados para empezar el escrutinio de votos, alojados en unas 1.300 urnas. Conocer los resultados finales que determinarán las nuevas autoridades frentistas y la futura correlación de fuerzas en la coalición de gobierno demandará entre una semana y diez días.
En 1997 participaron en la elección interna del Frente Amplio 143.575 votantes, en el 2002 lo hicieron 195.702, cuatro años después 222.795 y el domingo 27 votaron 170.770 personas. En los dos primeros comicios la coalición de izquierda era oposición y en los dos últimos gobierno.
El rol de los medios.
Los resultados fueron motivo de interpretación y debate en la interna del oficialismo. En ese marco los cuestionamientos, como ocurre en habitualmente, llegaron al rol de los medios de comunicación.
“Instalamos el tema de las elecciones en un tiempo récord de 47 días” y “en los medios del interior fue más fácil porque son más accesibles. Pudimos coordinar notas de una forma más fácil”, dijo la senadora Topolansky, según consignó el martes 29 el diario “UNoticias”. Pero en cambio señaló que “en Montevideo, para acceder a un medio se tiene que pagar o depender de la estructuración que hagan los periodistas”. Consideró que eso ayudó a la merma de votos en Montevideo. Consideró que “en política se debe tener en cuenta la contextualización, y cada cosa tuvo puntos de partida diferentes, con circunstancias de diferentes características”.
Su colega de Senado, el comunista Eduardo Lorier tiene otra visión. “Hubo una gran propaganda, no tanto del FA central, sino de los sectores. Tanto nosotros como Juan Castillo casi que ni contratamos televisión, hasta el final apenitas en algún partido apareció el nombre de Juan”, señaló el senador comunista, según publicó ayer miércoles “El País”. Lorier opinó que “si fuera por la difusión en la prensa no habría problemas, porque la difusión que se hizo por parte de los sectores fue masiva”.
En cuanto al interior uruguayo, señaló que el Frente Amplio tuvo “que remontar una situación de cero, de que la gente no sabía que habían elecciones una semana antes de que se hagan actos electorales”.
Por otra parte, el director de Opinión Pública de la empresa Equipos, Ignacio Zuasnábar, dijo al diario “El País” el martes 29, que la elección del domingo 27 tiene una lectura “ambivalente”. Explicó que si se compara con el electorado del Frente Amplio es posible evaluar la elección como una “movilización importante”. En tanto, si se toma en cuenta las cifras de las elecciones de 2006, “hay una disminución importante del electorado”.
“No se puede alentar visiones catastróficas, pero tampoco se puede negar el descenso y esto tiene que significar un nivel de alerta para el Frente Amplio”, opinó Zuasnábar.
