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Cuando Mariano Palamidessi renunció a la dirección ejecutiva del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) a fines de 2018 presentó a sus autoridades un documento en el que expresó que el organismo se enfrentaba a su “segunda gran crisis interna”, tras la salida de su antecesor, Pedro Ravella, en diciembre de 2014.
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En su informe, titulado Propuestas de reestructuración institucional –al que accedió Búsqueda —, Palamidessi afirmó que “las tensiones y el clima de desconfianza, desautorización y discordia” interna “vuelven a repetirse”, como sucedió entre 2014 y 2015, y apuntó a “un núcleo de conflicto” que debe ser analizado “en profundidad” si se quiere evitar otra “historia amarga de defecciones y pérdidas”.
La historia se repitió en estas semanas con la renuncia del comisionado Pablo Cayota, casi en paralelo a la salida de la directora ejecutiva Gisselle Tur Porres.
Cayota alegó que su renuncia se debió a “tensiones” en el equilibrio entre la independencia técnica y el compromiso político del instituto de evaluación creado en 2012. Tras esas afirmaciones, el consejero designado por la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Límber Santos, dijo a Búsqueda que contaría “las verdaderas razones de la renuncia de Cayota”, y denunció algunas “escenas violentas” durante las sesiones de la directiva, además de situaciones de “extrema agresividad” protagonizadas por el comisionado (Nº 2.050).
Sin entrar “en el barro de las descalificaciones personales”, Palamidessi dijo a Búsqueda que “el problema de fondo sigue siendo la influencia política en el análisis de la evidencia” que produce el Ineed.
“El problema es si queremos que la gente se quede tranquilita y no piense que Uruguay tiene dificultades serias; que el país tiene una de las tasas más bajas de egreso en educación media de América Latina, y ese es un problema serio”, afirmó.
Palamidessi —quien ocupó la dirección ejecutiva del Ineed entre 2015 y 2018— planteó en su informe “lineamientos básicos” para una reestructuración de los mecanismos de gobierno, del cronograma institucional y de la estructura de cargos. Así pretendió desatar, sin suerte, dijo, los “nudos” que operan en el gobierno y en la gestión del Ineed.
La institución “no es una agencia de burocracia estatal ni de producción universitaria” y tampoco debe dar recomendaciones ni evaluar la implementación de las políticas educativas porque “eso trasciende sus cometidos y mandatos legales”, sostuvo Palamidessi, en respuesta al reclamo del presidente de la ANEP, Wilson Netto. El jerarca planteó semanas atrás que el organismo debía concentrarse más en realizar recomendaciones que en hacer diagnósticos (Búsqueda Nº 2.049).
Palamidessi reconoció que hay un progreso educativo en Uruguay: “Sí lo hay, el problema es que es muy lento”.
Terrenos técnicos
Entre los principales problemas, Palamidessi señaló en su informe una estructura gerencial con un “exceso de categorías y niveles” que no se corresponde con las necesidades de asignación y gestión de personal de una institución pequeña.
También cuestionó que los mecanismos de deliberación técnica y coordinación estén subordinados al ejercicio cotidiano de la autoridad política, y destacó que “esa gestión ejecutiva paralela corroe la autoridad”, “vacía de funciones a la gerencia” del organismo y “genera tensiones y conflictos permanentes”.
Esas “tensiones” del gobierno institucional, según Palamidessi, generaron en la breve historia del instituto varios “conflictos, renuncias y mecanismos de expulsión que de ningún modo pueden ser naturalizados”, ni sus motivos atribuidos a las características de las personas que decidieron abandonar el Ineed.
“A algunas autoridades no les gustan las radiografías del Ineed”, afirmó Palamidessi, al ser consultado sobre los motivos de su salida del instituto. “Además hubo razones personales y claramente presiones políticas, sutiles, con el estilo propio del Uruguay”, indicó.
En su opinión, el gobierno que asuma en marzo de 2020 deberá renovar a las autoridades con una nueva presidencia y repensar “de manera desapasionada” el rol del instituto.