La interna blanca mira a 2024 entre la consolidación de Delgado, la sombra de Lema, la prisa de Raffo y el wilsonismo disperso

escribe Federico Castillo 

En aquella reunión en Anchorena, cuando a principios de junio el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, convocó a los principales dirigentes del Partido Nacional a un “retiro espiritual” en la estancia presidencial, se hablaron muchos temas. Se conversó sobre asuntos de coyuntura, urgencias del gobierno, cuestiones básicas de gestión. Pero también hubo espacio para la política partidaria y para mirar por encima de la agenda. Para proyectarse. El presidente estaba en un círculo de extrema confianza, con figuras representativas de las listas del sector oficialista Todos, ese gran paraguas que abrió Lacalle Pou para incluir distintas corrientes que impulsaron su candidatura y sirvieron como primer eslabón de un complejo engranaje de alianzas que lo llevó al piso 11 de la Torre Ejecutiva. Entonces, ese fin de semana en la estancia, fue inevitable hablar de lo que se está haciendo y lo que hay que hacer para seguir en el poder. Ese objetivo tan esquivo para los blancos que es gobernar por más de un período seguido.

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