La lista de impedidos de ingresar a espectáculos deportivos: un registro dominado por el fútbol y que aumenta todos los años

Juan Francisco Pittaluga  

En el verano de 2020 Peñarol se preparaba para un debut exótico. Por primera vez en su historia iba a jugar un partido de rugby. El Estadio Charrúa sería testigo de su partido amistoso con Corinthians, de Brasil, previo a competir oficialmente en un torneo organizado por Sudamérica Rugby. Lo que en el club se miraba con alegría, en otros lados era objeto de cierta preocupación: las autoridades policiales y del deporte tendrían en sus manos una nueva disciplina a la cual atender en su lucha contra la violencia. Las agresiones entre hinchas ya habían pasado del fútbol profesional a las divisiones juveniles, luego al fútbol sala e incluso al fútbol femenino. “Al rugby ha ingresado Peñarol y tal vez, dentro de poco, lo haga Nacional. Los clásicos también se van a jugar en el rugby y pueden generar violencia”, explicó Sebastián Bauzá, secretario nacional de Deporte, en el Parlamento.

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