Las directrices para mascotas, banderas, riego y minutos de entretiempo que regirán el fútbol de Primera División

“El detonante es esa imagen de los jugadores teniendo que tirarse a la fosa y poniendo en riesgo su estado físico con alcanza pelotas que no estaban cumpliendo el rol que tenían que cumplir”, afirmó Gastón Tealdi, consejero de la institución, el miércoles 23 entrevistado en 100% deporte de Radio Sport 890.

La iniciativa propone definir el funcionamiento de los partidos y las atribuciones del equipo local, de los oficiales de la AUF y del personal que actúa antes, durante y después de los partidos oficiales de la Liga Profesional de Primera División. Incluye aspectos propios del juego y otros satelitales como la publicidad, las acreditaciones de prensa, la ubicación de los fotógrafos y las cámaras de televisión y el despliegue de banderas y pancartas. Incorpora además la figura de delegado del partido, que pasa a ser la máxima autoridad en el campo de juego con el cometido de que se implementen las normas del manual.

Otras directrices suponen un cambio brusco para el fútbol uruguayo. En 17 puntos se define con precisión cuándo deben llegar los árbitros y los equipos al escenario, la entrega de las planillas de futbolistas, el inicio del calentamiento previo, la entrada de suplentes y cuerpos técnicos, el saludo FIFA entre equipos, las fotos oficiales, la salida al segundo tiempo y el comienzo del segundo tiempo.

También fija un protocolo de riego que ordena dos tipos de riegos aplicados en función de factores climáticos, índice de humedad y el estado del césped: “Se debe regar el campo de manera homogénea, no solo un sector específico, estando prohibido regar solo la mitad del campo para donde ataca el club local”, especifica.

Por último, permite la entrada de una mascota de hasta 11 años por jugador —actualmente ingresan decenas de todas las edades— y que el equipo local disponga de hasta ocho alcanza pelotas que deberán ser jugadores de sus divisiones juveniles —masculinas o femeninas—, de entre 13 y 15 años de edad, con conocimiento básico reglamentario y uniforme o chalecos distintivos. Los nombres y la posición en la cancha donde se ubicarán tienen que ser entregados previamente al cuarto árbitro para que les indique cómo trabajar durante el partido.

Cuando el manual fue elevado para la votación de los clubes, los cuestionamientos fueron inmediatos. Una de las críticas fue la creación del delegado de partido y las potestades que su rol le otorga a la Mesa Ejecutiva de la AUF, el órgano encargado de gestionar el campeonato. El delegado tiene la obligación de informar a la Mesa Ejecutiva de los incumplimientos que el club local haga del manual durante un partido, para que luego se derive a la Comisión Disciplinaria que dicta las sanciones.

“A quien se designe se le va a dar determinada responsabilidad y después va a haber sanciones: apercibimientos, multas, informes, etcétera. Entonces quiero que se tenga especial cuidado en cuanto a las designaciones. Para mí tendría que ser compartida porque, si no, es un cheque en blanco”, afirmó Ernesto Dehl, presidente de Cerro Largo, según consta en el acta de la reunión de julio a la que accedió Búsqueda.

Rivero respondió que los propios clubes, la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales y el Colegio de Árbitros elaborarán una lista de candidatos. “¡Seguimos dándole poder a la Mutual! ¡Seguimos dándole poder a los árbitros! ¿Hasta dónde vamos a llegar? ¿Vamos a entregarles el fútbol y vamos a sentarnos del otro lado? ¿Vamos a pasar a ser gremialistas en vez de ser los dueños del espectáculo? ¿A la Comisión de Derechos Humanos también le vamos a dar participación? En el Uruguay se les da participación a todos y siempre aparece la Comisión de Derechos Humanos —con mucho respeto lo digo—, y acá aparece la Mutual y aparece el Colegio de Árbitros”, volvió a quejarse Dehl.

Su posición se sustentó en un trasfondo político. Cuando Ignacio Alonso, presidente de la AUF, fue reelecto en el cargo en febrero, un grupo de clubes no sufragó en desacuerdo con lo que creen un exceso de poder del Consejo Ejecutivo de la AUF, ingresos mal distribuidos para los clubes de Primera División y más decisión para los gremios de futbolistas y de jueces. Cerro Largo, Cerro, Danubio, Defensor Sporting, Fénix, Liverpool, Peñarol, River Plate y Montevideo Wanderers formaron ese bando y Dehl remarcó esas diferencias en la discusión del Manual de Competiciones.

“La AUF se ha transformado en un organismo político en un cien por ciento. Designo a aquel porque me va a servir para después. ¡Vamos a hablar claro! Ustedes saben que hoy estamos divididos. Decir que no es una mentira. Ustedes representan una voluntad y nosotros representamos otra voluntad. Creo en la honorabilidad de ustedes, pero tal como está el tema político en la Asociación Uruguaya de Fútbol esto es algo que me preocupa”, planteó a Rivero.

También Danubio y Liverpool mostraron su oposición. El documento señalaba que los bancos de suplentes debían estar del mismo lado de la cancha, un punto que fue modificado ante el reclamo del presidente de Liverpool, José Luis Palma. “Eso en nuestra cancha es un problema porque atenta contra la seguridad. Nuestros hinchas van a tener a un metro el blanco para agredirlo y es imposible contenerlos. Es una tentación a la violencia. Los hinchas insultan a los técnicos del rival que están a 100 metros. Si se los pone ahí, es una incitación a la agresión. Evitémoslo”, sostuvo. Agregó que “hay técnicos que son un poco irritantes por sus declaraciones, que no son deseados por las hinchadas”, por lo cual “una cosa es tenerlos a 100 metros y otra es tenerlos a mano”.

“Insultos, agresiones, monedas no es lo que uno promueve, pero es lo que va a pasar y es lo que pasa en nuestras canchas. ¿Cuál es la ventaja de esto?”, opinó.

Palma también objetó la regulación de publicidad en los estadios. El manual dice que los escenarios en los que se disputarán los partidos tienen que estar totalmente limpios de cualquier tipo de publicidad, ya sea en muros, paredes y localidades, así como de avisos publicitarios difundidos a través de todo tipo de carteles o a través de pantallas LED. Algunos de estos elementos ya están incluidos en los contratos de televisión y no se cumplen. “Hace 20 años que estamos violando esto. Nosotros convivimos con el incumplimiento porque eso es un beneficio económico para los clubes. ¿De qué lado están ustedes?”, concluyó.