El presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale) realizó una encendida defensa del modelo cooperativo en la lechería y criticó duramente a las empresas extranjeras que se instalaron en el país: “Son los chulos de la lechería mundial”.
El presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale) realizó una encendida defensa del modelo cooperativo en la lechería y criticó duramente a las empresas extranjeras que se instalaron en el país: “Son los chulos de la lechería mundial”.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEstas afirmaciones fueron vertidas por Ricardo de Izaguirre en el marco de una comparecencia en la Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca de la Cámara de Diputados el pasado 12 de agosto, a la que concurrió acompañado del gerente de la institución, Gabriel Bagnato.
La comisión que preside Alfredo Fratti, ex presidente de Inac y ex candidato a la Intendencia Municipal de Cerro Largo, invitó a los jerarcas del Inale para interiorizarse de la situación de la empresa Indulacsa y los motivos por los cuales está pagando un valor que no alcanza los $ 4,50 por litro de leche. Además, durante la sesión se consideró el hecho de que esa industria no fue tenida en cuenta para integrar el negocio pactado de gobierno a gobierno entre Uruguay y Venezuela.
De Izaguirre justificó la decisión de otorgar cupos solamente a Conaprole en leche en polvo y a Calcar, Claldy y Pili en la colocación de quesos y afirmó que hasta esa fecha no había “ninguna carta de crédito firmada” por Venezuela para concretar la operación.
Pero prácticamente ya sobre el final de su comparecencia en la Comisión, De Izaguirre señaló: “Ahora voy a hablar como viejo lechero”.
En ese contexto expresó que la lechería en Uruguay transitó por “el lado privado o (por el) cooperativo” y que personalmente se consideraba un cooperativista, que siempre se mantuvo dentro del sistema más allá de que los precios fueran buenos o malos. Relató que comenzó su actividad con el ordeñe de 13 vacas; que llegó a ordeñar más de mil animales, y que “nunca” se le hizo una “diferenciación” en función del volumen remitido. “Para mí esto es sagrado: que a uno no lo tachen porque remite poca leche”, señaló.
El presidente del Inale se refirió a las empresas multinacionales que han venido a instalarse en Uruguay en competencia con Conaprole, y en modo genérico dijo que estas “señalan” al productor y lo eligen en función del volumen de leche que remite, priorizando a los de mayor porte y despreciando a los más chicos. Resumió en forma sintética que la forma de operar es con la premisa de “a vos sí, porque mandás mucha leche”, mientras que si otro es “un desgraciado” no le compran la leche ni aunque sea vecino. Inmediatamente pidió disculpas a los legisladores por expresarse en esos términos, y se justificó en que esa forma de accionar de las empresas le ha causado mucho dolor. “Perdonen que hable así; todo esto nos ha dolido mucho”, señaló y agregó en seguida que “la fortaleza la hemos encontrado en las gremiales, porque a los chicos ningún intermediario les va a arar ni trabajar”.
De Izaguirre les contó a los diputados que por el cargo que ocupa tuvo la oportunidad de recorrer otros países y que eso le permitió observar la “riqueza que tienen los productores unidos”. Señaló que “en ningún otro lado los productores dicen: cóbreme un poco más a mí que remito más leche, para que el más chico tenga un ingreso”. Reflexionó que es “bienvenido” y está “bárbaro” si el gobierno adopta una decisión de esas características, pero que en el caso de los productores, “nosotros no pedimos que nos regalen nada”.
Recordó la oportunidad en que “unos vecinos” le dijeron que dejaban la cooperativa porque cierta empresa les pagaba más por su leche y le expresaron que le deseaban que le fuera bien, porque de esa manera ellos cobrarían un porcentaje por encima de lo que él recibiera, es decir que sobre el precio que pagara Conaprole, ellos iban a obtener un “sobreprecio”.
De Izaguirre mencionó que “cuando estas empresas vienen y se van” no se alegra, pero alertó: “Tengamos cuidado porque todo el cascarriaje que nos quedamos para mantener el sistema, no quedamos aplaudiendo a capitales que vinieron, hicieron la suya y se van, porque estoy temblando todos los días y con la razonable razón al decir que no me dan los números”.
Comentó además que “los paisanos que estamos aquí, que hicimos la cooperativa, no nos vamos; estamos todo el día al pie del cañón, ordeñando cada doce horas y peleándonos por hacer la carretera, la escuela y la extensión. Estas empresas no generan cuenca”.
Luego de una breve intervención del diputado Guillermo Besozzi para que no se confundiera empresa con productor, De Izaguirre continuó con su exposición.
“Creo que como buen uruguayo no debemos esperar nada sino de nosotros mismos”, dijo enseguida y agregó que la frase “está vigente hoy”.
El presidente del Instituto Nacional de la Leche afirmó que “cuando una empresa internacional pide que le demos una ayuda...¡paah! Ta, bárbaro, porque así a los productores nos dan alguna limosna”. Volvió a pedir disculpas a los legisladores por su forma de expresarse y señaló que los productores tienen que seguir “organizándose” para “ser dueños” de su propio destino, y que la lechería “por suerte” tiene la “riqueza” del cooperativismo. Dijo que las cooperativas existen a escala mundial para enfrentar la fragilidad de los productores. Como ejemplo señaló que “si tengo un litro de leche y Conaprole, Claldy y nuestras cooperativas no lo quieren, entonces el tipo paga lo que quiere” y agregó que “las empresas que vienen a instalarse en el país no son estúpidas; son los chulos de la lechería mundial y saben si esa leche la tienen que mantener o no”.
Dijo que “cuando no hay competencia y a la gente le dicen que no le pueden recibir ni un litro más, le pagan lo que quieren” y que después utilizan argumentos que son “fáciles”.
Les contó a los legisladores que le “tocó” negociar con Ecolat: “Me arrodillé pidiéndoles” dijo, y que también negoció con Schreiber Foods, pero afirmó que “ellos no mandan”, sino que “los que acá vienen a negociar con nosotros nos dicen que se van porque en las oficinas en Francia (les) dijeron: pagales a estos paisanos esto y punto”. Frente a eso relató que les dijo a “los pobres muchachos” que representan a la firma en Uruguay, “bueno, está bien, andate, porque no te voy a agarrar a trompadas”.
Señaló que situaciones como esa no pasan cuando los dueños de la empresa “están viviendo a la vuelta de mi casa y pertenecen al mismo cuadro de fútbol”. Dijo creer que la industria nacional como Claldy, que aclaró que no es una cooperativa pero que está muy arraigada con los productores o Calcar, “es la que hoy está bancando la situación” y agregó que “por supuesto que Indulacsa cumple su función”.
No obstante, sostuvo que “hoy yo estoy más preocupado en qué les va a pasar a Claldy y a Pili, que ayer me llamaron y me dijeron que van nuevamente al Banco de la República, pues están en una situación bien embromada”.
De Izaguirre reflexionó que son los propios productores “nuestros” los que “tienen la firma” detrás de esas empresas, y que una vez que estas funcionan, “lo demás viene solo”. Se mostró esperanzado en que no queden “muy “sumergidas”, porque de lo contrario, “el que venga se va a hacer la América, como sucedió en su momento”. Dijo que “cuando la leche valía U$S 5.000 la tonelada, la embolsaron”, mientras que las empresas nacionales trataron de hacer reservas para los tiempos como el actual, y fueron apoyadas por los productores, lo que les permite obtener los actuales precios, “porque no se la embolsaron, no se la llevaron, la mantuvieron acá”.