—Vino a Uruguay a presentar un proyecto de Naciones Unidas para aumentar la presencia de mujeres militares en los contingentes de misiones de paz. ¿Cuál es el objetivo concreto?
—Es un objetivo muy importante porque en general Naciones Unidas tiene como prioridad promover el papel de la mujer en todas las áreas y nosotros en las operaciones de paz queremos contribuir con esos esfuerzos. Además, nosotros sabemos que cuando hay más mujeres en nuestras operaciones de paz tenemos operaciones que son más eficaces.
—¿A qué se refiere con “más eficaces”?
—A que las mujeres pueden desempeñar las mismas misiones que los hombres desempeñan, pero además de eso son más capaces de construir una relación de confianza con las poblaciones que nosotros protegemos, porque en esa operación hay mujeres y familias vulnerables, quienes, cuando ven hombres con armas, se les hace muy difícil relacionarse. Por eso el papel de las mujeres en nuestras operaciones es muy importante, ya que contribuyen a realizar un relacionamiento muy fuerte en las comunidades que servimos.
—¿Tienen algún porcentaje determinado de mujeres que pretenden alcanzar en las misiones?
—Nosotros tenemos objetivos que hemos cumplido en áreas como de oficiales militares individuales y de policías. Es más difícil en lo que se refiere a los contingentes militares porque allí hay un problema de recursos, aunque igual las cifras de mujeres en los contingentes siguen aumentando. De todas maneras, además de aumentar las cifras, debemos hacer más esfuerzos para crear un ambiente de trabajo acorde, un entorno que sea favorable a que las mujeres se sientan bienvenidas en nuestras operaciones.
—¿Hay muchos prejuicios en los militares hombres?
—Todavía hay barreras que tienen que ver con prejuicios y con actitudes, pero también hay barreras respecto a la organización de nuestros campos, a aspectos de infraestructura física que debemos enfrentar.
Lacroix reunido con el ministro de Defensa, Javier García. Foto: @MDN_Uruguay
—Usted mencionó que más mujeres ayudarán a las misiones de paz a mejorar su relación con las comunidades locales. ¿También pueden ayudar a prevenir los abusos sexuales de los cascos azules?
—No es el único, pero uno de los aspectos de sumar mujeres es mejorar nuestros esfuerzos en la prevención de los abusos sexuales. Es verdad que cuando tenemos más mujeres en nuestras operaciones esto contribuye muy fuertemente a la prevención de abusos sexuales: a la prevención desde el punto de vista del personal de operaciones de paz, pero también desde el punto de vista de informar a la población sobre estos riesgos, porque las comunidades tienen que saber más sobre los riesgos y las mujeres pueden comunicarlo mejor.
—¿Son los abusos sexuales el principal problema de las misiones de paz de la ONU?
—Es un tema muy importante y un fenómeno que tiene que combatirse no solo en las misiones de paz sino en todo el sistema de Naciones Unidas. Es sumamente importante implementar una política de tolerancia cero porque los abusos sexuales dañan mucho a las víctimas. Además de que estos casos de abusos sexuales pueden destruir totalmente el buen trabajo que hacen nuestras misiones, destruir la reputación de Naciones Unidas, destruir la relación de confianza con las comunidades e impedir que se continúe el trabajo de manera normal. Para nosotros es una prioridad número uno, pero también es un asunto donde necesitamos la cooperación de los Estados miembros. Necesitamos que trabajen en el tema de prevención con cursos y también que hagan rendir cuentas a los responsables de dichos actos con la legislación adecuada y con las sanciones adecuadas. Es un trabajo conjunto.
—Militares uruguayos han sido denunciados por abuso sexual durante sus despliegues en misiones de paz, especialmente en Haití. ¿Cómo analiza esta situación?
—Uruguay es un país modelo porque realmente ha hecho mucho en la prevención del abuso sexual, en el tema de conducta y disciplina, hemos logrado generar una cooperación muy positiva con Uruguay. Incluso estamos trabajando para tratar de adelantar el procesamiento de algunos casos antiguos pendientes de paternidad. Sé que Uruguay está haciendo el esfuerzo, son pocos casos realmente, pero el panorama general es realmente positivo porque el país está haciendo mucho para conseguir que no haya ningún problema con sus tropas desplegadas. Es un trabajo que debe continuarse permanentemente porque hay despliegues rotativos cada año, o sea que cada nueva misión debe tener una conciencia de la importancia de la política de tolerancia cero.
—Usted habló con el ministro de Defensa Nacional, Javier García, sobre la prevención de casos de abuso sexual. ¿En qué otros temas acordaron trabajar?
—Uruguay nos ayuda mucho también en todos los esfuerzos para mejorar la eficacia y el impacto de nuestras operaciones de paz. Hemos avanzado en iniciativas para aumentar el rol de las mujeres, mejorar la conducta y la disciplina, aumentar el nivel tecnológico de las operaciones, mejorar el equipamiento, el entrenamiento y la lucha contra la desinformación.
—¿Desinformación contra quién?
—En los países donde nuestras operaciones están desplegadas hay muchos que no tienen interés en nuestro éxito y muchas veces se aprovechan del caos para sus intereses. Ellos son quienes usan la desinformación para hacer nuestro trabajo más complicado y muchas veces hay mensajes en las redes sociales que son totalmente locos. Por ejemplo, somos acusados de apoyar a los grupos armados o de entregarles armas a los grupos armados, cosas que son locas, pero que es posible que haya gente que las crea. Luchar con este tipo de desinformación es un tema que hemos discutido en Uruguay. Nosotros creemos que la mejor respuesta es la comunicación proactiva sobre las cosas buenas que las misiones hacen en el terreno, como la protección de civiles. La desinformación es una amenaza muy seria contra Naciones Unidas y contra la población local. Cuando los mensajes de desinformación ya están diseminados es demasiado tarde, por lo cual es mejor anticiparse y comunicar nosotros.
—El gobierno uruguayo ha manifestado interés en sumarse a más misiones, además de las del Congo, India y Pakistán. ¿Es eso posible?
—Estamos siempre conversando sobre la posibilidad de desplegar más capacidades. Nosotros somos muy agradecidos a Uruguay porque el año pasado, en la reunión ministerial sobre misiones de paz que se hizo en Seúl, se comprometió a preparar algunas capacidades para posibles despliegues. Es un tema que seguimos conversando. Hay todo un proceso de preparación de esas capacidades y después depende de las oportunidades. En última instancia, es siempre una decisión soberana de los países de desplegar o no un contingente en un nuevo lugar.
—Teniendo en cuenta que Uruguay ya manifestó ese interés, ¿habló con el gobierno de algún destino concreto como Malí o la República Centroafricana?
—Malí y la República Centroafricana son operaciones, pero hay otras, en las que posiblemente haya oportunidades de nuevos despliegues. Cada dos o tres años hacemos evaluaciones estratégicas de las misiones y de sus capacidades militares y policiales para asegurar que las capacidades son las que la misión necesita para responder a las amenazas. Vamos a ver si hay algunas oportunidades que puedan interesar a Uruguay para más despliegues. Ahora no hay un destino concreto porque estamos en proceso de preparación y hay algunas misiones donde es posible que haya oportunidades de despliegue, pero es demasiado temprano para decir cuáles pueden ser.
Cascos azules de Uruguay. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS
—El gobierno anterior eligió no participar en misiones de paz en Malí y la República Centroafricana al argumentar que Naciones Unidas requería a Uruguay militares más preparados para la lucha y no tanto para el mantenimiento de la paz. ¿Ha cambiado esa posición?
—Ahora tenemos lo que llamamos un mantenimiento de la paz robusto. En nuestra protección de civiles hay amenazas de grupos armados que atacan a la población, por lo que tenemos que ser robustos. El mantenimiento de la paz tiene que ser robusto cuando hay este tipo de amenaza y a veces las tropas tienen que ser proactivas para impedir amenazas contra la población, pero creo que es importante insistir en que no se trata de guerra ni de combate en el sentido de ganar. Es distinto, es diferente a la guerra. Es importante resaltar que hay límites al mantenimiento de la paz. El objetivo del mantenimiento de la paz no es ganar una guerra, es siempre proteger a los civiles y contribuir a las condiciones para que se puedan adelantar los esfuerzos políticos para conseguir soluciones políticas en esos lugares. Ni Uruguay ni otros países van a ser involucrados en una guerra a través de la operación de misiones de paz.
—La mayoría de los contingentes uruguayos están desplegados en el Congo. ¿Se ha tornado más violento el conflicto en ese país?
—Sí, es más complejo, porque en el Congo tenemos una combinación de conflictos locales, nacionales y también una situación de tensión regional, entre los países de la región, que hace que la misión del Congo sea una de las más complicadas. Además de esto, hay varios factores que influyen sobre el conflicto: tensiones de naturaleza étnica, competencia por el acceso a recursos naturales y mucha exportación ilegal de esos recursos. Y también mucha desinformación, mucha manipulación que utiliza la frustración de la población para criticar a Naciones Unidas. Esto es una situación difícil, pero al mismo tiempo, dado que la población sufre mucho, es importante continuar el esfuerzo.
—¿Cómo llegan a su fin estos conflictos tan complejos y largos?
—Nosotros nos enfocamos en la protección de civiles, pero resaltamos siempre la importancia de los esfuerzos políticos. Solamente hay soluciones políticas para estos países, por eso debemos apoyar los esfuerzos que existen entre los países de la región. Nosotros nos dedicamos no solamente a nuestros esfuerzos sino a alentar a otros países y actores para que se involucren políticamente.