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Dos de los programas que impulsa el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) para facilitar la integración tienen problemas para lograr que las personas accedan al mercado formal de trabajo, según un estudio encargado por la secretaría de Estado a la Facultad de Ciencias Sociales. Para el director de Evaluación y Monitoreo del Mides, Juan Pablo Labat, este trabajo deja en claro que “no se les puede pedir a las políticas sociales que hagan magia”.
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“Las trayectorias de inclusión como estrategias de integración social” es una investigación del Departamento de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales. Las autoras del trabajo, Sandra Leopold, Carolina González, Ximena Baráibar y Laura Paulo, analizaron dos programas del Mides: “Cercanías” y “Jóvenes en Red”.
“Cercanías” es un programa que busca “mejorar la eficiencia de las intervenciones del Estado” ante las situaciones de “extrema vulnerabilidad social” de la familia. A través de programas especiales, se busca que las familias tengan un acceso “rápido y eficiente a las prestaciones sociales básicas existentes”. Según la Memoria Anual del Mides, en 2015 “Cercanías” atendió a 2.581 familias (unas 15.600 personas).
“Jóvenes en Red” es un programa para personas de entre 14 y 24 años desvinculados del sistema educativo y del mercado de trabajo. Se busca mejorar los conocimientos básicos y habilidades y se trabaja con ellos en proyectos de inserción laboral. En 2015, 5.445 jóvenes fueron atendidos directamente por “Jóvenes en Red”, de los cuales el 67,4% realizó algún tipo de inserción educativa para la totalidad del período y el 46,1% de los beneficiarios se vinculó en algún momento al mercado de empleo.
“Los programas ‘Cercanías’ y ‘Jóvenes en Red’ constituyen iniciativas orientadas a impactar en un sector poblacional identificado como un ‘núcleo duro’ de pobreza y extrema vulnerabilidad social caracterizado —entre otros aspectos— por una débil e informal inserción en el mercado laboral y una débil vinculación y accesibilidad a los servicios esenciales”, evaluaron las autoras del informe, que lo presentaron el martes 14 junto a autoridades del Mides.
Este tipo de programas son concebidos como “puentes” que permitirían a los usuarios llegar a “dispositivos de carácter universal” y al trabajo “formalizado”, afirmaron.
Pero las autoras de la investigación advirtieron que la literatura especializada en este tipo de temas identifica “dificultades en este pasaje”.
En cuanto al programa “Cercanías”, el acceso a un empleo formal “resulta una dificultad importante para los usuarios”.
“Las vinculaciones que el programa establece con el mundo del trabajo son generalmente mediante la oferta de empleo protegido, por tiempo limitado, en el programa ‘Uruguay Trabaja’, para algunos integrantes del grupo familiar”, indicaron las autoras del trabajo.
“El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social no parecería ofrecer alternativas estables de trabajo para esta población más allá de cursos específicos de capacitación y reconversión laboral. En este sentido cabría interrogarse acerca de la perspectiva ministerial en relación a este sector poblacional y sus vías de acceso al mercado de trabajo formal”.
En el documento, se evaluó que “si bien la política asistencial se ha desarrollado y ampliado su cobertura, no parece estar claramente articulada ni con los dispositivos universales ni con el mercado formal de trabajo. Por lo tanto la evidencia empírica de este estudio expone notorias dificultades en el tránsito o pasaje de los usuarios de los dispositivos asistenciales a los universales, específicos y el trabajo formal”.
“De esta manera, parecería reafirmarse el riesgo de duplicación en el tratamiento de las problemáticas socioeconómicas que se materializa en la separación entre un componente de asistencia social, financiado por rentas generales, y otro de bienestar, fundamentalmente contributivo y vinculado al empleo. De no establecerse niveles de efectiva conexión y complementariedad entre ambas esferas, se ve incrementado el peligro de profundizar la fragmentación de la propuesta de bienestar”.
Las investigadoras advirtieron que “cuando circulan expresiones que califican a los usuarios de los programas ‘Cercanías’ y ‘Jóvenes en Red’ de ‘población Mides’, no solo se construyen estereotipos sociales, también se reduce la problemática de este segmento de población a materia exclusiva de un Ministerio y a una propuesta: la asistencial”.
“Estas observaciones colocan interrogantes acerca del alcance y la eficacia con la que operan los acuerdos intersectoriales en ambos programas”, concluyeron.
En nombre del Mides, Labat valoró el trabajo. El jerarca dijo a Búsqueda que queda claro con la investigación que no se les puede pedir a las políticas sociales que “hagan magia”.
“Tenemos que pensar cómo seguir. Reflexionar sobre los fundamentos de las políticas sociales y hablar de la dimensión social de las políticas para universalizar los derechos”, dijo Labat, según consignó “Brecha” el viernes 17.
El sociólogo Denis Merklen —que participó en la presentación del documento— dijo que el Mides no puede incidir en el área mercado de trabajo. Explicó que su tarea es contribuir al acceso de los sectores vulnerables a las instituciones.
Al hablar el jueves 16 en radio Uruguay, dijo que programas como “Jóvenes en Red” o “Cercanías” tienen resultados menos importantes de lo que se quisiera. “Probablemente eso pasa porque hay expectativas demasiado altas de lo que el dispositivo puede hacer”, dijo.
“El Estado está haciendo un esfuerzo indudable, está experimentando, está probando“, sostuvo Merklen.