Maldonado busca convertirse en una ciudad “segura para las mujeres” con adaptaciones urbanas que prevengan el riesgo

escribe Lucía Cuberos 

Cuando volvía a su casa en un ómnibus lleno, Valentina notó que el guarda la miraba fijamente a través del espejo retrovisor. Otra tarde, un joven la arrinconó murmurando “hola, bebé” cuando caminaba hacia su trabajo. Y al hacer ejercicio una mañana notó que un hombre la seguía, hasta que entró a un comercio y esperó que desapareciera. “Mirá que no te voy a hacer nada”, alcanzó a escuchar que le decía entre risas.

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