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Para la opinión pública, el funcionamiento de Ancap mejoró en los últimos años si se compara la visión que la sociedad tenía del ente en el anterior período de gobierno. Sin embargo, la percepción de la empresa estatal viene oscilando de acuerdo a lo que sucede con el precio de los combustibles: cuando suben las tarifas la evaluación empeora, y a la inversa si bajan.
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“Cuando suben los precios, la popularidad de Ancap se desploma”, reconoció el presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic. Pero, dejando de lado el valor de la nafta en el surtidor y pensando en la gestión general de Ancap, casi seis de cada 10 personas consideraron que en los últimos tiempos se implementaron cambios (importantes o menores) en la empresa pública; cerca de 29% cree que “mejorarán” la gestión y un quinto considera que la “empeorarán”. Esa visión surge de una encuesta de Equipos Consultores que realiza periódicamente para conocer la evaluación que hace la sociedad sobre algunas empresas y algunos organismos públicos. En el caso de Ancap, los resultados a los que accedió Búsqueda corresponden a octubre del 2022.
Al contestar “cuál es la primera palabra que se le viene a la mente cuando piensa en Ancap”, los conceptos que aparecen también están ligados a la opinión sobre las tarifas: “Combustible”, “caro”, “mala” “nafta”, “suba” y “precio”, entre otras, son las más mencionadas. En la “nube” de palabras asociadas al ente también aparecieron en la medición de octubre “bien”, “robo”, “gas”, “Sendic”, “servicio” y “desastre”.
Algunos años atrás, esa nube de conceptos era algo más tormentosa. Entonces, la marca de Ancap se vinculaba con el “caso Sendic” y la “corrupción”, señalaron a Búsqueda desde la Gerencia de Comunicación de la empresa pública, y aludieron a la afectación de los gastos indebidos y las inversiones realizadas durante la gestión de Raúl Sendic como presidente del ente y la capitalización que requirió en 2015.
Medición
La percepción sobre la gestión de Ancap había repuntado desde el 28% que la consideraba positiva en octubre de 2016 a 34% en marzo de 2019 y a 42% en noviembre de ese año. En febrero de 2020, antes del cambio de administración, era de 45%.
Desde entonces, lo que muestra el relevamiento de Equipos Consultores es que la aprobación siguió mejorando durante el 2020 hasta mayo de 2021, cuando llegó a 58% de personas que evaluaban de manera positiva el funcionamiento del ente (“muy bien/bien”); otro 19% dijo “ni bien ni mal”, 16% expresó “muy mal/mal” y 7% no contestó o respondió que no sabe.
Pero, en la siguiente medición, en agosto de ese año la aprobación cayó a 33% (mientras otro 33% la calificó negativamente, 21% dio una opinión neutra y el resto no se pronunció). Esa desmejora coincide con los primeros aumentos del precio de los combustibles resueltos por el Poder Ejecutivo en aplicación del nuevo mecanismo de fijación de tarifas en junio y julio de 2021.
Desde entonces la evaluación siguió recuperándose, con altibajos, y la aprobación subió a 49% en octubre de 2022, la mayor de ese año y el menor nivel de descontento (19%) desde mayo de 2021.
A su vez, la medición sobre la evaluación de los encuestados del funcionamiento de Ancap respecto al año anterior mostró que la mayoría (55%) consideró que estaba “igual”, 19% lo juzgó “mucho mejor/mejor”, 15%, “peor/mucho peor”, y el restante 11% no contestó o dijo no saber.
En cuanto al conocimiento de los cambios implementados en la gestión, excluyendo el tema del precio de los combustibles, 57% de los encuestados contestó que en los últimos tiempos hubo cambios (33% “importantes” y 24% “menores”). El resto se distribuyó entre casi un tercio que opinó que no hubo modificaciones significativas en la gestión y 12% que no contestó.
Sobre el impacto futuro de los cambios, 29% opinó que “mejorarán” la gestión, 21% dijo que “empeorarán” y 5%, que serán neutros.
Si se analizan las respuestas en una línea de tiempo, se observa que aumentó de 15% a 29% —entre octubre de 2017 y el mismo mes de 2022— los que piensan que los cambios mejorarían la gestión del ente a futuro. Pero también se incrementó (de 3% a 21%) quienes visualizaban que las decisiones de cambio tendrán un impacto negativo. Eso si se considera que en 2017 seis de cada 10 personas no identificaba cambios en la gestión.
En el ejercicio 2022 el grupo de empresas de Ancap registró utilidades por US$ 163 millones. En ello contribuyó la ganancia obtenida en los negocios no monopólicos (US$ 97 millones), el resultado financiero positivo (US$ 53 millones) como consecuencia, más que nada, de la apreciación del peso frente al dólar y las utilidades de las empresas vinculadas en conjunto (US$ 14 millones).
En tanto, el mercado monopólico arrojó una pérdida de US$ 10 millones, lo que para Stipanicic es un resultado de “equilibrio”, ya que el ente resignó US$ 236 millones de ingresos al vender los combustibles en plaza por debajo de la paridad de importación, dijo el martes 11 en una presentación ante periodistas.
Entre los resultados de las sociedades vinculadas, en 2022 se destacó la ganancia de Ducsa (US$ 29,5 millones) y la pérdida (US$ 25 millones) en el negocio del cemento y la cal debida a la caída en la participación de mercado.