Aunque para los montevideanos pueda ser una característica familiar, e incluso hasta molesta por momentos, lo cierto es que la cantidad de árboles que cubren las calles de Montevideo la convierten en una de las ciudades más verdes de América Latina, a la par de otras urbes del mundo como París y Barcelona.
Montevideo tiene unos 400.000 árboles, de los cuales más de la mitad —unos 215.000— están en las veredas de la ciudad. El resto forma parte de plazas y parques.
“Montevideo es una de las ciudades verdes del mundo”, dijo la directora de Acondicionamiento Urbano de la Intendencia de Montevideo (IMM), Eleonora Bianchi. Según información de la Intendencia, la mitad de la zona urbana de Montevideo está ocupada por verde, lo que la convierte en la ciudad con más áreas verdes de América Latina.
En la capital uruguaya “hay muchísimas especies, tanto americanas como europeas y asiáticas”, informó Bianchi. También hay especies autóctonas, como los ceibos.
Entre árboles y arbustos hay más de 300 variedades. Principalmente la ciudad tiene paraísos y fresnos, que representan casi la mitad del arbolado. También hay plátanos, jacarandás, tipas, palmeras y varias especies de eucaliptos.
Los 215.000 árboles que están a los lados de las calles están inventariados, y cada uno tiene una ficha técnica particular, en la que se registran el estado del árbol y las intervenciones.
La política de la Intendencia establece que cada vez que se retira un árbol, se planta otro, explicó Bianchi. Además, se están realizando recambios en zonas puntuales donde los árboles son añejos.
Actualmente muchos de los árboles de la ciudad están sobre el fin de su vida útil, y por eso la Intendencia está realizando el cambio de ejemplares en algunos barrios de la ciudad, como el Prado, Carrasco, Pocitos, y otras zonas en coordinación con los municipios.
En general la edad de los árboles está relacionada con la edad del barrio. En el caso de Carrasco, los árboles tienen entre 60 y 80 años. Los árboles del Prado, que es más antiguo, tienen en el entorno de 100 y 120 años.
“Atraso”.
Respecto al mantenimiento del arbolado, la Intendencia enfrenta una dificultad heredada de años anteriores. “Arrastramos una deuda referida a una decisión política que se tomó durante la crisis de 2002, cuando se definió que el presupuesto del arbolado de la ciudad iba a estar destinado a las políticas sociales”, explicó la directora de Acondicionamiento Urbano.
La actual administración se propuso terminar con esa deuda y duplicó los recursos destinados al área. Si bien mantuvo el presupuesto de $ 20 millones para el servicio central, repartió un monto equivalente entre los ocho municipios. Además destinó un dinero extra para atender las emergencias ocasionadas por acontecimientos climáticos y algunos accidentes, por lo que el monto ascendió a $ 50 millones en 2011 y otro tanto en 2012.
En la actualidad los municipios han logrado ponerse “prácticamente al día” con la poda, afirmó Bianchi. “En este período vamos a terminar con el atraso”, aseguró.
Por otra parte, la administración está trabajando en la “elaboración de un plan director de arbolado”, informó la jerarca, en el que participan ingenieros agrónomos de varias dependencias de la Intendencia.
Árboles añejos.
Un accidente ocurrido en enero del año pasado en Carrasco —cuando un árbol de 100 años cayó encima de un auto y provocó la muerte de una mujer— generó preocupación en la población y en las autoridades por el estado de los árboles de la ciudad.
Según informó Bianchi a “El Observador” poco después del accidente, Montevideo tiene 22.000 árboles en mal estado. Los problemas provienen de raíces secas o cortadas, troncos enfermos, madera afectada por temporales, o por el paso del tiempo.
Carrasco es uno de los barrios donde se están retirando los árboles más viejos y sustituyéndose por nuevos, tarea que se realiza en conjunto con el club deportivo Carrasco Lawn Tennis, que como contrapartida por la explotación del predio municipal debe ocuparse del mantenimiento de los árboles de la zona.
En el Prado se está realizando un trabajo similar con la extracción de eucaliptos en la calle Buschental. “Fue una decisión muy drástica pero necesaria. Esos árboles eran aun más añejos” que los de Carrasco, explicó.
Los ejemplares tenían entre 100 y 130 años y al inspeccionarlos se detectó “que un porcentaje mayor al 80% estaba en condiciones de riesgo”, indicó. Por esa razón se tomó la decisión de extraerlos, y luego de una “fuerte discusión” sobre qué especie plantar, se resolvió “conservar la imagen del barrio” y plantar el mismo árbol.
“Pero vamos a tener que dejar registro en algún lado de que a los 60 años conviene cambiarlos”, comentó.
Ciertos ejemplares tienen estatus de patrimonial, explicó la jerarca. Esos árboles no pueden ser extraídos, y se les debe proporcionar un cuidado específico. Cuando están en predios privados, estos árboles aparecen en los planos y los propietarios no pueden retirarlos.
También las palmeras son patrimoniales y no pueden ser cortadas, contó Bianchi. Cuando es necesario que un ejemplar se retire del lugar, este es trasplantado en otro predio.
“Valor fundamental”.
“Hay que hacerle ver a la gente, que no lo ve porque es algo muy cotidiano, que Montevideo tiene una herencia y una presencia del arbolado en todas las calles de la ciudad como pocas otras ciudades en el mundo”, dijo a Búsqueda el profesor e integrante del Instituto de Urbanismo de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República Pablo Ligrone.
Entre los beneficios del arbolado mencionó el “microclima” que se forma en la ciudad, gracias a que los árboles regulan la temperatura. Además “embellecen” la ciudad, “tapan las malas arquitecturas” y “acompasan el paisaje de arquitecturas muy diversas”, explicó.
“Es un valor muy especial, que hay que mantener. Pero no lo veo particularmente potenciado. Se han hecho algunos recambios pero no con el ritmo que lo hacen otras ciudades. Es necesaria una permanente renovación”, afirmó.