Según dijo a Búsqueda Rodrigo Díaz, director de la Dirección Nacional de Telecomunicaciones (Dinatel), al existir muchos más dispositivos que pueden ser vulnerados mediante esta tecnología y al haber numerosas tareas críticas que serán realizadas a través de ella, los requisitos de seguridad también aumentaron. En ese sentido, afirmó que desde el gobierno están haciendo especial énfasis en asegurar la disponibilidad de la red, de forma que no pueda cortarse la conexión, y en la confiabilidad de los datos que circulan en ella, para que no puedan ser espiados.
“La seguridad está asegurada por los enlaces, donde la información se encripta en una punta y llega encriptada a la otra. Además, se usan passwords públicos y privados para transportar la información. Es muy seguro”, afirmó Díaz.
Sin embargo, de acuerdo a los datos del Centro Nacional de Respuesta a Incidentes de Seguridad Informática, que funciona bajo la órbita de Agesic, en el primer semestre de 2018 se registraron 786 incidentes de seguridad informática en el país; 78% más de que en el mismo período del año anterior.
Igualmente, Díaz reconoció que nadie puede saber a priori si algún ciberdelincuente logrará vulnerar las barreras que se desarrollen, pero indicó que las instituciones están trabajando para que eso no suceda.
En ese sentido, el director regional de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones, Andrés Sastre, dijo a Búsqueda que si bien el 5G permite tener más capacidad de reproducción y velocidad, “los riesgos de ciberseguridad no son mayores que los que se pueda tener ahora mismo con la tecnología 4G o LTE”.
“No creo que represente ningún problema de seguridad en el sentido estricto. Sí es cierto que quien domine las redes 5G va a tener un montón de información, pero no es que la tecnología per se sea riesgosa”, opinó.
Sastre afirmó que hoy en día ya existen problemas graves de seguridad, pero opinó que es algo inherente a un mundo interconectado. Por eso, dijo, no considera que el 5G vaya a suponer llegar a situaciones de pánico y aseguró que incluso habiendo problemas, la capacidad de solucionarlos también será mayor.
“No comparto que el 5G sea algo creado para espiar nuestros datos”, opinó, en esa misma línea, el director nacional de Telecomunicaciones. “El 5G es una evolución natural y es reflejo de que se están usando nuevos recursos, inventos y potencialidades”, afirmó.
Díaz indicó que actualmente Uruguay ocupa el tercer lugar en América en cuanto a ciberseguridad. “En ese aspecto estamos mejor que todo el resto de Latinoamérica, solo nos superan Canadá y Estados Unidos. Eso muestra que estamos trabajando bien y avanzando. Nadie está libre de un ciberataque, pero cuanto más fuertes estemos más difícil será entrar”, agregó.
Los organismos públicos ya han comenzado a tomar recaudos. Por ejemplo, se adecuó el marco normativo para acompasar la protección de datos personales y cibercrimen y se creó el Centro Nacional de Operaciones de Ciberseguridad integrado por actores del sector público y privado, y la academia, informó Díaz.
De todas formas, los bits no reconocen fronteras. Es por eso que para Sastre es importante buscar una armonización regional en materia de privacidad y de protección de datos, así como de una regulación de flujo de transporte de datos. Eso, explicó, no significa que la información no pueda cruzar de un país a otro, sino que se debe garantizar la protección de los datos en las legislaciones de todos los destinos.
Búsqueda intentó comunicarse con representantes de Antel y de Agesic para consultarles sobre el tema, pero desde las instituciones no quisieron hacer comentarios.
Peligros a la salud
Otro de los aspectos que genera preocupación son los supuestos efectos que la radiación de las antenas de telecomunicaciones pueden producir en el cuerpo humano. La telefónica estatal anunció el lanzamiento de su red 5G el pasado abril, e instaló las primeras radiobases en Maldonado y Colonia. A principios de junio, un grupo de vecinos de La Barra se manifestó en la capital departamental solicitando que se retire la infraestructura hasta que se confirme que las mismas no son dañinas para la salud.
Para Díaz, las quejas no tienen fundamento alguno. Según indicó, las potencias que se usan en 5G son 100 veces más bajas que las exigidas por los organismos internacionales, por lo que no hay posibilidad de que ocurran problemas con la radiación.
En ese sentido, la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicaciones (Ursec) trabaja actualmente en la elaboración de un reglamento “para supervisar la seguridad ambiental respecto a las radiaciones no ionizantes en todos los sistemas de telecomunicaciones”, dijo el jerarca.
“Valido totalmente la preocupación de algún ambientalista que cree que esto lo puede afectar, pero como técnico y al ver nuestra legislación, veo que no es factible”, agregó.
Sastre estuvo de acuerdo con ese punto y opinó que se trata de una leyenda urbana. “La realidad es que la heladera de tu casa emite más radiación que una antena de esas. De hecho, no hay ninguna evidencia de que eso realmente haya afectado a los ciudadanos”, opinó. Es importante tenerlo presente, agregó, porque la implementación de la tecnología 5G exigirá un nivel de capilaridad mucho mayor, que combinará redes fijas con redes móviles, lo que necesariamente va a implicar el desarrollo de más radiobases de las que existen actualmente.
“Todos los países de América Latina cumplen con las recomendaciones de la OMS y no ha habido ni habrá evidencia alguna de que las antenas produzcan ningún tipo de radiación”, aseguró.
Despliegue de 5G
El desarrollo de los servicios de quinta generación móvil supondrá el despliegue masivo de nuevas infraestructuras de red en el país. “La cobertura de los celulares se hace a través de radiobases que cubren las zonas donde se brinda el servicio. Para las velocidades que va a necesitar el 5G la red tiene que tener radiobases muy cercanas, tal vez a nivel de barrios. La ventaja que eso tiene es que al tratarse de distancias cortas, el gasto energético va a ser muy bajo”, aseguró Díaz.
Una parte importante de los despliegues de estas nuevas redes se producirá en las ciudades y la Dinatel estima que será “todo un desafío” facilitarles a los operadores telefónicos la instalación de la infraestructura para los servicios 5G. “Ese es un tema que tenemos que resolver en los próximos cinco años porque, por ejemplo, para las empresas de celulares es muy complicado conseguir los permisos arriba de los edificios con las intendencias”, aclaró Díaz.
Si bien no determinó dónde exactamente van a estar instaladas, porque eso “va a depender del plan de despliegue” de las empresas, sí confirmó que el desarrollo de esta nueva tecnología va a requerir “mucho más tendido de fibra óptica” para conectar las radiobases de 5G. “Se van a precisar altísimas velocidades para asegurar el tiempo de respuesta al enviar o recibir datos, lo que llamamos la latencia. Por eso, cada radiobase va a tener que estar conectada por fibra óptica”, aseguró.
Antel espera tener prácticamente el 100% del territorio nacional cubierto con 5G a 2025. Para el director general de la empresa consultora 5G Américas, José Otero, “cinco años para una cobertura de cualquier tecnología inalámbrica de más del 80% de la población en un país latinoamericano es bastante bueno. Miramos el resto de los países de la región que tiene cinco, seis y siete años con el LTE y no te llegan a ese número”, explicó. La telefónica estatal ofrece servicio fijo inalámbrico, que es lo único que se está brindando 5G a escala mundial hasta el momento.
Si bien nadie de Antel accedió a hablar con Búsqueda, su presidente, Andrés Tolosa, aseguró a la agencia informativa DPL news que en los próximos meses la telefónica estatal va a desplegar radiobases en algunos sitios de Montevideo y en zonas cercanas, en Canelones y en algunas zonas rurales donde se necesita una mejor cobertura que la que se tiene ahora con el 4G.
Información Nacional
2019-07-04T00:00:00
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