“Ninguno de los participantes se fue contento, las preocupaciones persisten y en ese sentido lo que mostró el ministro de Ganadería (Tabaré Aguerre) no fue suficiente, ni en su explicación ni en las garantías ofrecidas”.
“Ninguno de los participantes se fue contento, las preocupaciones persisten y en ese sentido lo que mostró el ministro de Ganadería (Tabaré Aguerre) no fue suficiente, ni en su explicación ni en las garantías ofrecidas”.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáCon esas palabras, un empresario del sector agrícola resumió a Campo lo que fue el resultado del encuentro realizado el martes 28 de marzo en el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) entre las autoridades de esa cartera de Estado y algo más de 30 representantes de compañías graneleras, gremiales de productores y cooperativas agropecuarias.
En esa reunión el tema central fue el protocolo de requisitos fiosanitarios para la exportación de soja de Uruguay a China, que fue firmado en Beijing el 18 de octubre de 2016 por Aguerre y la Administración para la Supervisión de la Calidad, Inspección y Cuarentena de China (Aqsiq, por su sigla en inglés).
Los exportadores “eva-luaron como positivo el compromiso y disposición” del ministro de Ganadería a “colaborar si existe un problema” cuando la soja llegue a China, dijeron a Campo participantes en el encuentro.
Aclararon que eso “puede ser bueno para la soja ya vendida y que aún no se embarcó, pero quizás no sea suficiente garantía para que se realicen nuevas ventas”.
La implementación de los controles y otras exigencias del protocolo “genera mayores costos a la cadena, en chacra, en planta, en fletes, en las plantas y en los puertos”, coincidieron.
Señalaron que “el precio al productor ya está sufriendo un descuento y si esto no cambia, la falta de liquidez por ausencia de compradores también provocará otro deterioro” en el valor que recibe el agricultor.
En esa situación comenzaron por estos días las primeras trillas en los campos sojeros.
El alcance de algunos aspectos del protocolo, como que “si se llegara a encontrar cualquier plaga cuarentenaria, solamente se autorizará el ingreso del envío después de realizarse un tratamiento efectivo” y en caso de que esto no se concrete, el embarque “será devuelto o destruido y el costo será pagado por el exportador” (ver Campo Nº 84).
Establece además que “si el problema es lo suficientemente serio, el exportador y elevador de Uruguay, e incluso toda la soja uruguaya, serán suspendidos inmediatamente hasta que se adopten las medidas correctivas”.
Eso generó preocupación entre los empresarios del sector, como lo transmitió la Asociación de Comerciantes de Granos en un comunicado divulgado el 20 de marzo. Aguerre salió al paso de los cuestionamientos al hablar en algunos medios y el MGAP respondió a las graneleras con un comunicado.
“Llama la atención que la Asociación de Comerciantes de Granos exprese recién ahora, a 20 días de iniciar la zafra, su preocupación por el tema, siendo que fue informada de la negociación por el protocolo en agosto de 2015”, sostuvo esa Secretaría de Estado.
Indicó que en 2016 las autoridades del MGAP se reunieron con la comisión directiva de la Cámara Mercantil de Productos del País, con agenda propuesta por la propia gremial. “En ninguna de las cinco reuniones realizadas entre julio y setiembre se recibió ningún planteo con respecto al protocolo que fuera entregado en agosto de 2015”, precisó.
Recordó que el 27 de agosto de 2015 se celebró una reunión de la Mesa de Granos, ámbito regular de negociación donde se discute con el sector privado el acceso a mercado y las dificultades comerciales. En ese encuentro participaron: Victoria Carballo (Asociación Comerciantes de Granos), José Palma (Louis Dreyfus Company) y Carolina Balestra (Mesa Tecnológica de Oleaginosos), detalló.
Destacó que en esa oportunidad se presentó a los participantes el borrador de protocolo que fue mostrado al sector privado en una reunión celebrada en el MGAP.
El 31 de agosto de 2015 se remitió mail con minuta de la reunión antedicha, propuesta final de protocolo fitosanitario para soja y maíz y la notificación de China acerca de la actualización de la norma de entrada y salida de granos, entre otros, a los siguientes destinatarios: Victoria Carballo (Asociación Comerciantes de Granos), José Palma (LDC), Carolina Balestra (Mesa Tecnológica de Oleaginosos), Carola Píriz (Garmet) y Roberto Verdera (Calmer), según el comunicado.
Aguerre pretendió trasladar la responsabilidad de la comunicación sobre el proceso de negociación y firma del protocolo con China a los empresarios del sector. El viernes 24 de marzo en Radio Rural, el ministro reconoció que “tal vez” faltó comunicación del MGAP hacia los productores agrícolas. “No juguemos a pasarnos la responsabilidad de unos a otros”, expresó.
Al justificar la firma del protocolo, Aguerre recordó que en mayo de 2011 hubo “una nota formal y muy firme” de China en la que planteó a Uruguay formalizar ese acuerdo.
Un barco con “problemas de granos contaminados que fueron coloreados con curasemillas por sorgo de Aleppo”, que es una de las malezas más difundidas en el campo, y “algunos episodios de 2008 y que se reiteraron el 9 de mayo y el 24 de setiembre de 2011”, fueron los antecedentes mencionados por el ministro de Ganadería en cuanto a situaciones denunciadas por los chinos en embarques de soja.
El año pasado hubo “tres barcos con problemas de calidad, que no fueron rechazados por gestiones del MGAP”, contó.
Participantes en el encuentro realizado el martes 28 de marzo aseguraron a Campo que Aguerre les comentó que el protocolo fue “una imposición” del gobierno chino.
El mismo día en que el ministro de Ganadería firmó el documento en cuestión, el sitio web de la Presidencia informó que los presidentes Tabaré Vázquez, de Uruguay, y Xi Jinping, de China, acordaron iniciar cuanto antes el proceso de negociaciones de un tratado de libre comercio (TLC) bilateral.