A través de la historia de un personaje infantil que reivindica la igualdad de género, la diversidad sexual y de roles sociales, el libro dirigido a escolares Basta de cuentos: las aventuras de Ruli, presentado recientemente por el colectivo Geduca, busca convertirse en un “material de apoyo” para que docentes y padres eduquen a los niños por fuera de los cánones “hegemónicos” y “patriarcales”.
Ruli, la protagonista de la historieta, es una muñeca sin dueño, de pelo violeta y enrulado, a partir de cuyas anécdotas y preguntas los autores plantean trabajar los temas de “género y diversidad” en los centros educativos públicos, apuntando a “la deconstrucción de estereotipos y roles de género”, “relaciones libres de violencia” y al “empoderamiento de la niñez”, explicó Ximena García, una de las fundadoras del colectivo Geduca y coautora del libro.
El libro insumió más de un año y medio de trabajo voluntario y obtuvo el apoyo del fondo Fortalecidas, de la Asesoría para la Igualdad de Género de la comuna capitalina; eso permitió una primera impresión de 200 ejemplares distribuidos entre padres y docentes.
La intendencia también prestó sus instalaciones para presentar la obra el 14 de marzo, según informó la diaria. Ahora se imprimirá una nueva partida de 500 textos, con juegos y una “cartilla docente” para su venta en librerías.
La historieta también se difunde vía web y se distribuye en algunas dependencias del Instituto del Niño y del Adolescente (INAU) y en varios Centros MEC del país.
El fondo Fortalecidas es un instrumento creado en 2017 para “construir igualdad de género” y está dirigido a todos los colectivos interesados en desarrollar proyectos y acciones que promuevan “el empoderamiento de las mujeres”.
Solana Quesada, de la Asesoría para la Igualdad de Género de la IM, consideró que el proyecto de Geduca es “muy potente” y útil para trabajar en las aulas sobre los “estereotipos de género”, que, aunque cambien su modalidad, aún persisten en la sociedad.
“No es lo mismo pero al revés”
Dámaris Barragán, guionista de la historia, y Stefanía Yoshimoto, a cargo de las ilustraciones, explicaron durante la presentación del libro que su objetivo es “cuestionar” la forma hegemónica de educar y servir como “disparador” para que los adultos hablen con los niños sobre estos temas. Yoshimoto y Barragán son educadoras y auspician que el texto sea utilizado en centros de enseñanza de todo el país.
Las autoras aspiran a que cada capítulo “sea una oportunidad para dialogar” y trabajar a partir de metodologías de taller, de participación y lúdicas. Así, en un apartado se abordan los colores y en otros las familias, los juegos, las relaciones, las identidades, las expresiones de género y la diversidad.
Además, la historia de Ruli va acompañada de una cartilla con una guía de actividades dirigida a madres, padres y educadores, por lo que “es más que un libro didáctico o de historietas”, dijo Ximena García, también responsable de la cartilla.
La guía incluye un glosario elaborado por el colectivo con base en lecturas teóricas y discusiones colectivas, en el que, por ejemplo, se define el género como “el conjunto de actitudes, gustos, actividades, formas de vestir que se asignan a las personas según si son/se sienten niñas o niños” y sostiene que “estas asignaciones son producto de la cultura”.
En la cartilla, las autoras definen al sexo como “las diferencias biológicas y naturales entre hombres y mujeres” y señalan que, además de la existencia de los sexos masculino y femenino, “también se encuentra la intersexualidad como una posibilidad más de sexo biológico”.
Por lo tanto, agregan, esto “demuestra que el sexo biológico es un continuo y no únicamente dos posiciones biológicas, fijas e inmutables”.
Otros conceptos detallados en el glosario refieren a “persona trans”, “orientación sexual”, “homosexual”, “diversidad”, “estereotipos”, “familia”, “patriarcado”, “heteronormatividad” y “expresión e identidad de género”.
Asimismo, las autoras explican que “machismo y feminismo no es lo mismo pero al revés”, puesto que “mientras que el feminismo es la búsqueda de la igualdad entre los géneros, el machismo supone la preponderancia del varón”.
El patriarcado es definido como “una forma de organización social que se basa en la autoridad de los hombres sobre las mujeres y los/as niños/as”; y “un sistema de dominación que, a través de la construcción de un orden simbólico determinado, logra legitimar y naturalizar estas relaciones desiguales de poder, apelando también a la coerción y a la violencia”.
La heteronormatividad “implica entender la heterosexualidad como la norma” y “naturalizar e institucionalizar este hecho en la sociedad, suponiendo la heterosexualidad de todos los miembros de esta, asignándole además un valor moral positivo”. A su vez “produce la estigmatización, discriminación y marginalización de quienes no se identifiquen con esta orientación sexual”.
“Degeneradas”
Aunque los autores del libro recibieron muchos comentarios elogiosos en las redes sociales, también hubo insultos dirigidos al colectivo. Usuarios de Facebook acusaron a Geduca de propagar ideas “degeneradas” y de pretender que los niños “crezcan trastornados”, contó a Búsqueda Eduardo Soto, coautor, encargado de editar y maquetar la historieta.
Según Soto, persiste en la sociedad un “dogma religioso” que desconoce los cambios culturales, que incluyen una educación más integral, “basada en la identidad de cada uno y de cada una”. Aseguró que “ese dogma generalizado se basa en un modelo que solo concibe un tipo de familia tradicional, de sexualidad binaria y de identidad patriarcal”.
No obstante, dijo, “incluso dentro del cristianismo hay quienes reconocen la diversidad de género, el matrimonio igualitario y hasta apoyan la despenalización del aborto”.
“Hoy vivimos un proceso de cambio social —continuó—, que va desde los movimientos feministas hasta la posición del Estado de reconocer que no existe un modelo de familia tipo, binario; y creemos que ese modelo tampoco tiene por qué dominar el ámbito educativo formal. Por eso es necesario trabajar desde el aula para deconstruir esos dogmas y alentar el pensamiento crítico, respetar otras identidades, otros tipos de familia, otra forma de ser, de expresarse y de amar”.
“Parte de la Iglesia lo ve como la imposición de una ‘ideología’, cuando en realidad se trata de revindicar derechos de igualdad entre hombres y mujeres, sin imposición ni censura”, dijo.
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