A fines del 2021, al menos tres focos de incendios forestales afectaron más de 30.000 hectáreas de campo. A principios del 2022 lluvias intensas y de corta duración produjeron inundaciones en varias zonas de Montevideo y causaron daños, principalmente en vehículos. Más allá de esos eventos “atípicos” o “minicatastróficos”, que en algunos casos están cubiertos por pólizas, la siniestralidad en el mercado asegurador local viene reduciéndose en los últimos años.
Ello contribuyó a que el conjunto de las compañías registrara, en un contexto de crecimiento de las ventas de seguros, mayores ganancias a las obtenidas en 2020, surge de datos del mercado publicados por el Banco Central, analizados por Búsqueda, y la visión del Banco de Seguros del Estado (BSE) y de la gremial que nuclea a sus competidoras privadas (Audea).
Para el año que empieza, si bien comenzó “lento” para algunas compañías, proyectan que la actividad acompañe la expansión de la economía y se muestre más dinámica en algunos rubros —por ejemplo, porque las empresas y personas están retomando los viajes— y por el crecimiento de los negocios agropecuarios.
El BSE estima para este año un crecimiento de la venta de sus pólizas de 4% en términos reales (por encima de la inflación).
Más ventas y ganancias
El año pasado se emitieron pólizas por unos US$ 1.559 millones en total (considerando también las de accidentes de trabajo y vida previsional que son monopolio legal y de hecho del BSE). Eso, medido en pesos, fue un aumento de 5% real respecto al 2020.
La mayoría de las aseguradoras incrementaron sus ventas: el conjunto de las 14 privadas facturaron 6,3% más y en el BSE el crecimiento fue de 4,7%. La venta de seguros previsionales (renta vitalicia pagada a los pasivos del régimen de AFAP y seguros colectivos) aumentó 10,4% y representó más de la mitad (50,5%) de la facturación del BSE. A su vez, las pólizas de accidentes laborales, que se incrementaron 2,2%, significaron 21,5% de las ventas de la aseguradora estatal.
El gerente general del BSE, Raúl Onetto, comentó que las pólizas previsionales seguirán creciendo por la maduración del régimen de AFAP, pero no prevé lo mismo para las de accidentes de trabajo en el año en curso (aunque la ocupación promedio en 2022 probablemente sea mayor que el promedio de 2021). Explicó que, a pesar de ello, la facturación no aumentará debido a la rebaja de tarifas que la empresa estatal viene aplicando en los últimos años como un “lineamiento estratégico” y que se prevé complementar este año con una reducción de 9%, para alcanzar el 20% anunciado.
En tanto, en las ramas de seguros en competencia hubo crecimiento real en las ventas de pólizas de vehículos (5,3%), caución (21%), rurales (12%), responsabilidad civil (11,7%), incendio (3,2%), crédito (13%), entre otras. En contrapartida, disminuyó la venta en robo (2,7%), transporte (9,3%) e ingeniería (71%), entre otras.
En cuanto a los resultados del ejercicio 2021, casi todas las compañías registraron ganancias. El conjunto del sector ganó US$ 181,2 millones (US$ 59 millones más que en 2020), de los cuales US$ 143,4 millones fueron las utilidades del BSE y el resto (US$ 37,8 millones) correspondió a las aseguradoras privadas.
El director ejecutivo de la Audea, Alejandro Veiroj, destacó que el sector privado registró un superávit técnico de US$ 15,8 millones, similar a la cifra del 2020. Ello, dijo, “refleja la sustentabilidad financiera” del sector privado.
Para la empresa estatal fue la utilidad “más grande de la historia”, destacó Onetto. Explicó que ello fue por aspectos vinculados a la gestión, pero también por los “muy buenos” resultados financieros.
Renta previsional
Sin embargo, reconoció que el resultado técnico del BSE registró pérdidas al cierre del 2021, principalmente por el negocio previsional, en el cual es el único jugador del mercado. Para Onetto, será de los últimos ejercicios en los que esa rama arroje pérdidas operativas, porque con las últimas adecuaciones normativas los desequilibrios “quedaron resueltos”. Y añadió: “Mirando hacia el futuro, es un negocio que desde el punto de vista de los fundamentos técnicos está equilibrado, por lo que estarían dadas las condiciones para volver a tener competencia. El mercado lo dirá”.
Sin embargo, en el sector privado difieren. “Lo hemos analizado y todavía no están dadas las condiciones para que las compañías privadas terminen entrando”, afirmó el director ejecutivo de la Audea, Alejandro Veiroj. Apuntó que “hay mucha incertidumbre regulatoria y muchos riesgos muy difíciles de gestionar”. Aspiran a que la reforma previsional que prepara el Poder Ejecutivo mejore la regulación para el mercado de la renta vitalicia de quienes se jubilan por el régimen de AFAP. “Hay que ver hasta dónde se mejora y con qué nivel de sostenibilidad se hace, porque son negocios de muy largo plazo y hay niveles de riesgo complejos sobre los que no hemos visto por ahora una solución”, agregó.
Veiroj también aludió a que algunos cambios regulatorios que se han dado a lo largo del tiempo fueron “sorpresivos” y sin una justificación clara. Ello, alegó, “no generó en el sector privado el mejor clima”.
Menos siniestros
La cantidad de siniestros que debieron pagar las compañías en 2021 estuvo “relativamente controlada” en términos generales, analizó Veiroj.
El porcentaje de primas totales que el mercado abonó en siniestros fue 69% el año pasado, contra el 75% de 2020. Por tanto, la “siniestralidad pura” del mercado mejoró, afirmó.
Eso también se observó en la cartera de vehículos, que es en la que más compiten las compañías. En ese rubro, la siniestralidad pasó de 64% en 2019 a 60% en 2020 y a 58% en 2021, indicó el ejecutivo de la Audea.
El tener que hacer frente a una proporción menor de siniestros contribuyó a la mejora de los resultados de las aseguradoras. A pesar de esto, Veiroj consideró que el sector tiene como “desafío” aumentar la “cultura aseguradora” a través de la educación en general y lograr que los clientes tengan una percepción del riesgo más adecuada. Se refirió a que los eventos “minicatastróficos” o “atípicos” se darán de manera cada vez más frecuente y que no alcanza con una cobertura tradicional para el hogar o una póliza de auto de responsabilidad civil contra terceros, sino también de daños propios.
Al inicio de este 2022 las aseguradoras privadas debieron indemnizar con unos US$ 2,5 millones las pérdidas ocasionadas en unos 500 autos debido a las fuertes lluvias, informó Veiroj. El BSE recibió unas 300 denuncias, lo que equivale al nivel de “dos días” normales, comentó Onetto.
Accidentes laborales se incrementaron 5%