La lechería es uno de los sectores tradicionales de la producción agropecuaria uruguaya y se caracteriza por el perfil de industrias cooperativas, que reciben la leche producida por los tambos integrantes de esas empresas.
La lechería es uno de los sectores tradicionales de la producción agropecuaria uruguaya y se caracteriza por el perfil de industrias cooperativas, que reciben la leche producida por los tambos integrantes de esas empresas.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl sector lechero registró una serie de problemas de endeudamiento y pérdida de rentabilidad en los últimos años, que derivaron en el cierre de plantas industriales y salida de inversores.
Una señal de esa situación es el caso de la compañía Olam Internacional, de Indonesia, que decidió retirarse de Uruguay y vender los campos, según publicó el sitio Blasina y Asociados el lunes 18.
Ese portal indicó que la firma opera con 20 tambos, de los que remite unos 100 millones de litros de leche a la Cooperativa Nacional de Productores de Leche (Conaprole).
Más allá de ese tema puntual, este año la situación muestra algunas señales de recuperación, principalmente de las exportaciones de lácteos, con la creciente demanda de China, que se sumó a otros mercados compradores de esos productos uruguayos.
Pero al mismo tiempo, empresarios y productores del rubro advierten sobre dificultades para seguir en actividad, tanto de algunas industrias de porte mediano y pequeño así como de los tambos.
Uno de los factores de preocupación es la falta de seguridad en el abastecimiento de leche para su procesamiento en las fábricas de lácteos, como el caso del emprendimiento Alimentos Fray Bentos, conformado por las firmas La Sibila, de Argentina, y Claldy, de Uruguay.
Para continuar en actividad, esa industria ubicada en Río Negro requirió de la cesión temporal de un volumen de leche de Conaprole, de unos 400.000 litros diarios.
Está previsto que esa medida finalice en noviembre, por lo que a Alimentos Fray Bentos le volverá a faltar materia prima para operar.
Es que Conaprole prevé tener operativa la planta industrial de Villa Rodríguez, San José, por lo que precisará de ese volumen de leche.
Empresarios del sector consultados por Búsqueda señalaron que un tema de interés para el futuro de la lechería local y que debería ser evaluado por el gobierno es la flexibilización en las condiciones de los contratos de los tamberos, que remiten su producción a las industrias.
El objetivo es que el productor tenga la libertad de vender la leche a diferentes empresas y no quedar limitado a una sola firma, como sucede en el caso de Conaprole, dijeron.
Comentaron que esa medida fue planteada a parlamentarios e intendentes departamentales, específicamente a los que tienen cuencas lecheras e industrias lácteas en el territorio.
Para destacar la importancia de la necesidad de romper con ese esquema de estar atado a una única industria, las fuentes afirmaron que hay grupos de inversores extranjeros interesados en reflotar empresas, como el caso de Pili de Paysandú, pero condicionaron esa posibilidad a contar con abastecimiento seguro de leche.
Olam está invirtiendo en Nueva Zelanda y continúa con sus proyectos en varios países y lo hace con éxito, entonces ¿por qué se va de Uruguay?, advirtió uno de los empresarios consultados.
Contó que los campos de esa firma están siendo vendidos a diferentes actores del agro, que en su mayoría no van a producir leche en esos predios, si no que están más bien vinculados a la producción de granos y de carne, entre otros rubros.
El cierre de tambos es un problema que hace años genera preocupación en el sector lechero, que las medidas de financiamiento y otros apoyos del Poder Ejecutivo no alcanzaron para dar solución.
Fueron 124 los productores que abandonaron la lechería en 2020 y en los últimos ocho años la cantidad de tamberos remitentes a plantas industrias se redujo de 2.995 a 2.408, por lo que se perdieron 587, según datos de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (Diea).
Muestran que la mayoría de los tambos cerrados son de porte menor o mediano, ya que pertenecen a la escala de hasta 50 hectáreas y de entre 50 y 199 hectáreas.
Este año las exportaciones de lácteos llegaron a US$ 530 millones y aumentaron 15% en el acumulado de enero a setiembre, en comparación a igual período de 2020, según datos del instituto Uruguay XXI.
Las cifras muestran que la caída más significativa (60%) en setiembre se registró en las ventas a Brasil, que bajaron de US$ 28 millones a US$ 11 millones, pero en el acumulado anual hay un incremento de 15%.
El aumento de las exportaciones de lácteos en setiembre hacia otros destinos como Argelia (44% superior), China (24%) y México (87%) compensaron la disminución registrada en ese mes al mercado brasileño, indican.
Destacan la manteca y el suero de manteca, y la leche y la nata entre los productos con mayor incidencia positiva en el noveno mes del año; mientras que los quesos y el lactosuero tuvieron una incidencia negativa.
Uno de los datos resaltantes es el crecimiento de China como destino de los lácteos uruguayos en 2021, ya que el monto de las exportaciones aumentó 171% respecto al año pasado, y así el mercado chino alcanzó una participación de 23%, según Uruguay XXI.
Ese instituto indica que Argelia abarca 24% de participación en los destinos de exportaciones lácteas, pese a la baja de 20% en el monto de esos negocios.
Brasil, que históricamente fue el principal mercado de la producción lechera uruguaya llegando al 61% de participación en 2016, en lo que va de 2021 tiene 22% en el total de las ventas, señala.