Prevén crecimiento del área de maíz de primera por menor siembra de colza y pronóstico de año Niño

Opinó que “eso permitirá un aumento del área de maíz de primera, que había caído a niveles históricamente bajos desde que tenemos registro. El año pasado ocupó un 30% del total mientras que el 70% fueron siembras de segunda y ahora vemos que la proporción de primera se puede estar acercando al 40% del total”.

Señaló que “históricamente esos maíces tempranos son los que tienen la posibilidad de capitalizar buenos valores” y agregó que “vamos a llegar con cierta escasez de granos hacia principios del año 2024”.

A propósito, indicó que “Argentina es el que ha sufrido el mayor impacto de la seca. Brasil y Paraguay tienen maíz. En Uruguay es muy baja la oferta de maíz local y la calidad hace que se valorice mejor”. Pero dijo que más adelante se espera que entre maíz de Argentina y quizás el precio del maíz de segunda “tenga una presión a la baja”.

Ahora en Uruguay “es muy baja la oferta de maíz local”, pero dijo que más adelantado el año 2024 se espera que entre maíz de Argentina y quizás el precio del maíz de segunda “tenga una presión a la baja”. Brasil y Paraguay tienen maíz, pero la calidad del cereal uruguayo hace que se valorice mejor”.

Crece el área bajo riego

Reynoso comentó que según el relevamiento que realizó Agroterra, el año pasado el área total se ubicó entre las 160.000 y 170.000 hectáreas. La superficie bajo riego viene incrementándose todos los años, “lo que pasa que todavía es una proporción relativamente chica respecto al área total. Estamos hablando de unas 20.000 a 23.000 hectáreas de maíz”, señaló.

Agregó que “obviamente este año también el riego se vió muy impactado, porque sufrió las consecuencias de la seca y no se lograron completar las represas. De todas maneras es una tecnología que está sosteniendo el cultivo”, reconoció.

Reynoso destacó que el riego le está dando interanualmente un “un salto enorme en el rendimiento y la estabilidad” a las empresas con respecto al clima. “¡Es fabuloso! Seguimos viendo tasas de crecimiento importantes, como en estos años, pero estamos en un proceso relativamente chico donde todavía hay muchísimo para crecer”.

Señaló que la productividad de maíz bajo riego estuvo “en torno de los 11.000 kilos por hectárea en los últimos años”, con una dispersión relacionada con la posibilidad de regar que tienen las distintas empresas”.

Sobre los modelos de riego, dijo que son diferentes. Hay pivot móviles, que “no tienen la eficiencia de un riego que está siempre en el mismo lugar. También tiene que ver toda la acumulación de agua en las cuencas, en la captación de agua para poder regar”.

Planteó que “todas estas cosas, incluido el manejo en sí, hacen que esta tecnología tenga una dispersión”. Igualmente sostuvo que los resultados son “interesantes” y que las empresas de punta alcanzan los 14.000 o 15.000 kilos” por hectárea, aunque “la media está en torno de 11.000 kilos”.

Sobre la productividad de maíz en secano, comentó que, “exceptuando esta campaña que pasó, que le pegó tan fuerte al maíz como a la soja, estamos viendo pisos de rendimiento que están en los 4.000 kilos (por hectárea) en la mayoría de las situaciones, tanto para primera como para segunda”.

En el otro extremo, “los picos de rendimiento llegan hasta 10.000 kilos”, y la media se ubica entre “6.200 y 6.300 kilos”. A nivel nacional, sin embargo, la información oficial indica que el rendimiento promedio del cultivo está en 5.800 kilos. “Lo que estamos viendo ahora es un crecimiento en los últimos años, que se viene dando en gran medida por el avance de la biotecnología”.

El avance de la biotecnología

Reynoso valoró que el cereal ya no es un cultivo inestable desde el punto de vista productivo, “sino que tiene una estabilidad muy importante y lo vemos reflejado en comparación con la soja”.

Añadió que estos avances “han permitido poner una plataforma distinta para que la genética se exprese sobre esa protección que brindan las biotecnologías”. Además, se ha incorporado “mucha tecnología de manejo, donde cada híbrido se maneja con su población, con su nivel de nitrógeno en función del rendimiento”.

También destacó que “hay una inversión muy importante en maquinaria. El productor realmente está invirtiendo en niveles de vanguardia mundial en lo que refiere a adquisición de tecnologías, sobre todo de siembra, que impacta muchísimo en el rendimiento del cultivo. Todo eso ha ido llevando a que el maíz se venga consolidando en superficie y a su vez creciendo en rendimiento, salvo en un año como el último donde la magnitud de la sequía golpeó muy duro a las diferentes producciones y cultivos”.

Sostuvo que el cereal “ya no es un cultivo inestable desde el punto de vista productivo, sino que tiene una estabilidad muy importante y lo vemos reflejado en los últimos años al compararlo con la soja”.

Dijo que cuando la productividad del maíz cae “también cae muy fuerte la de la soja”. Pero además remarcó “la posibilidad que tiene el maíz de triplicar o cuadruplicar el rendimiento en los años Niño, con una respuesta extraordinaria al agua”.