En algunos hogares de la periferia de Montevideo y de otros nueve departamentos, una vez por semana reciben una llamada telefónica de los técnicos que trabajan en la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP). En esa conversación los especialistas chequean si el jefe o jefa de hogar llevó a sus hijos a vacunarse, si finalmente tienen cédula o si una madre embarazada se realizó los controles necesarios.
Pero además de esa llamada, estos técnicos también van hasta esos hogares por lo menos una vez al mes para conversar con las familias sobre cuál es el estado de la madre embarazada o de los niños menores de cuatro años.
Estas familias integran el programa Uruguay Crece Contigo, que funciona en la órbita de la OPP. Desde setiembre del 2012, el gobierno trabaja con 2.500 familias distribuidas en diez departamentos que fueron seleccionados por tener los peores índices de pobreza.
El objetivo general de este plan es “consolidar un sistema de protección integral a la primera infancia a través de una política pública que garantice los cuidados y protección adecuados de las mujeres embarazadas y el desarrollo de niños y niñas menores de 4 años”, se explica en el documento de presentación de la iniciativa.
Pese al trabajo realizado por dependencias estatales como el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y el Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU), los integrantes de Uruguay Crece Contigo encontraron en estos cuatro meses de trabajo varios problemas. Por ejemplo, niños que salieron del hospital Pereira Rossell sin número de cédula o con “patologías graves”, anemia, sin vacunas, o embarazadas que no se hicieron ningún control, relató la directora del programa Cristina Lustemberg.
Desde la OPP, el programa realiza una coordinación interinstitucional con el Mides, el INAU, el Ministerio de Salud Pública y la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) para la atención de la población. La idea es asegurar que las personas accedan a los servicios que da el Estado y tomar medidas necesarias para que, por ejemplo, un niño no tenga problemas de alimentación.
Lustemberg señaló que los objetivos del programa deben ser una “política de Estado”, y por eso anunció que este año se elaborará un proyecto de ley para evitar que quede atado a una administración en particular. “Queremos que se mantenga un sistema de protección integral a la primera infancia”, dijo Lustemberg a Búsqueda. Explicó que se trata de fijar recursos e instalar un sistema de evaluación y monitoreo permanente para saber “cómo impactan” las políticas aplicadas.
“No daremos un salto de calidad si no hay un acuerdo entre todos. El gobierno tiene la voluntad clara de que esta es una prioridad”, añadió.
En el debe.
“Pese a lo avanzado en estos últimos siete, ocho años en la disminución de la pobreza, la mortalidad infantil —aunque ahora hay un estancamiento—, a la influencia de la nueva ley de asignaciones familiares, el acceso al Sistema Nacional Integrado de Salud, la ampliación de los centros CAIF (destinados a la atención de niños y sus familias), todavía el país tiene un debe en la primera infancia”, señaló Lustemberg.
Según los datos oficiales de 2010 y 2011 —los que maneja el programa—, el 26,1% de los menores de seis años vive en la pobreza. La mortalidad infantil en 2011 fue de 7,7 (número de muertes de niños menores de un año por cada 1.000 nacidos en un año determinado).
En cuanto a la mortalidad neonatal, más del 60% de los casos eran potencialmente evitables, mientras que esa cifra crece al 70% en las situaciones de muerte post neonatal. A su vez, el 27,2% de los embarazos no tienen el mínimo de controles necesarios, el 2,6% de niños nacen con sífilis, el 31,55% con anemia infantil y 10,9% de los menores de dos años muestra retraso en la talla.
“Hay que empezar a aumentar nuestra inversión donde el país tiene un debe. En ninguna crisis que tuvo el Uruguay se protegió a los niños”, dijo Lustemberg, y recordó que en 2004, después de la crisis de 2002, la pobreza entre niños menores de 6 años superaba el 60%.
“En Colombia nacen 700.000 niños por año, ¿y cómo un país como el nuestro que tiene la trazabilidad de sus 11 millones de vacas y 8 millones de ovinos, no puede cuidar de sus 47.000 niños que nacen por año? ¿Cómo los distintos servicios no tienen la coordinación para cuidarlos? Por eso Uruguay debe apostar sus baterías a esta situación y tiene que consolidar un sistema de protección integral”, afirmó.
El programa tiene cuatro componentes. El primero es de “acompañamiento familiar y trabajo de cercanía” y tiene como objetivo disminuir la prevalencia de anemia en el embarazo y en los niños menores de 4 años. También plantea reducir la incidencia de sífilis gestacional y mejorar la calidad de los controles. Además, prevé atenuar la incidencia de niños con bajo peso y talla para su edad y garantizar el acceso a las prestaciones sociales como la asignación familiar.
El segundo componente es socio-educativo. Apunta a realizar campañas de sensibilización a la opinión pública sobre la importancia de la primera infancia y los cuidados de la mujer embarazada. Además, se entregará un set de materiales de apoyo a las familias vinculados a la crianza y el conocimiento de derechos básicos de las familias.
El programa Uruguay Crece Contigo tiene una faceta que implica la generación de conocimiento. En este caso se trata de fortalecer los sistemas de información sobre la población y elaborar estudios sobre el estado nutricional y el desarrollo psicomotor de la primera infancia.
El último componente busca mejorar las capacidades institucionales, para lo que se comprará equipamiento y se construirán pequeñas obras de infraestructura en centros de salud y servicios de atención a niños.
A partir de setiembre los equipos del programa —integrados por técnicos del área social y de la salud— comenzaron a trabajar en Montevideo, Canelones, San José, Maldonado, Cerro Largo, Tacuarembó, Rivera, Paysandú, Salto y Artigas. Este año complementarán el resto de los departamentos.
Hasta el momento se está trabajando con 2.500 hogares que son visitados periódicamente. “Esta intervención no es invasiva”, sostuvo Lustemberg, y a modo de ejemplo destacó que ninguna familia rechazó las visitas que han realizado los técnicos.
El programa se basó en dos experiencias: una internacional, Chile Crece Contigo, y otra nacional, Canelones Crece Contigo. En el caso del programa de Canelones se atendieron 1.376 hogares entre 2009 y 2010, realizándose más de cinco visitas durante el embarazo y cinco visitas después que el niño nació. Según los resultados, disminuyó el déficit de talla para la edad del 21,1% a 9,2%, el bajo peso al nacer descendió de 10,5% a 8,6% y la prematurez de los niños recién nacidos cayó de 9,2% a 6,9%.
La encargada del programa sostuvo que no se trata de “asistencialismo” a las personas. “Nosotros lo que hacemos es fortalecer a esas familias en sus propias capacidades. Se trata de favorecerles el acceso a las prestaciones sociales a las que tienen derecho”.
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2013-01-24T00:00:00
2013-01-24T00:00:00