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El especialista del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y director del Programa Nacional de Investigación de Arroz, Gonzalo Zorrilla, está convencido de que una de las soluciones para enfrentar los altos costos en la producción de este cereal está en rotarlo con otros cultivos, principalmente soja. Para ello es necesario realizar mejoras técnicas y tecnológicas, por lo que el INIA está enfocando sus energías en avanzar por este camino, contó Zorrilla en diálogo con Campo.
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“El arroz está trancado o bajando un poquito de área, mientras que otros cultivos, como la soja, siguen con exponencial para arriba”, señaló, y evaluó que “eso no es casualidad” y que “el sector arrocero está con dificultades económicas”. Por ese motivo es que los investigadores que trabajan con arroz “tenemos una presión mucho más grande” para encontrar soluciones “por el lado tecnológico”, explicó Zorrilla.
“El arroz es un cultivo muy particular, porque no puede irse para ningún lado. Tiene que quedarse ahí donde está instalado, donde están los ríos, los canales y los caminos; es decir, tiene áreas fijas, limitadas”, describió el especialista. Pero enseguida agregó que “lo que sí puede haber es la integración con otra agricultura”, y valoró que “por ese lado está una de las principales respuestas”.
Uno de los productos más atractivos para realizar esta rotación es la soja, cuyos precios internacionales se encuentran en un nivel histórico.
“Lo que se está viendo muchísimo es la rotación de soja al sistema, lo que no quiere decir que se reduzca el área de arroz, pero sí puede ser una de las grandes soluciones”, observó Zorrilla.
“La mayoría de los suelos arroceros, sobre todo los del este, no son demasiado buenos para la soja, pero cada día se desarrollan mejor las tecnologías para poder usarlos”, apuntó. No obstante, reconoció que todavía resta mucho para avanzar en investigación.
“La soja tiene un serio problema de exceso en los suelos bajos (arroceros), y no puede estar más de dos o tres días con agua porque se muere o queda un cultivo de muy baja posibilidad”, por lo que el drenaje, para plantar soja en esas áreas, es algo “indispensable”, destacó Zorrilla. Para sortear estas dificultades, “una de las posibilidades es utilizar otro tipo de camellones o sistemas que se hacen en otros países, en los cuales mejoran las condiciones para el cultivo que no es arroz”, precisó.
También “estamos probando variedades de soja que dicen que son más tolerantes a esas condiciones”, agregó, y mencionó que en este momento se encuentran testeando una nueva de esas variedades que fue desarrollada en Brasil, en suelos arroceros. “Parecería que tiene una tendencia a comportarse mejor en excesos de agua, pero todavía hay que demostrarlo”, aclaró.
Pero la idea del especialista es rotar las plantaciones de arroz no solo con soja, sino con otros cultivos.
“Estamos hablando de sistemas de producción en donde entra la soja, el sorgo, el maíz”, pero “hay que ver si esos sistemas son sostenibles en el tiempo, si no están erosionando el suelo” y otros puntos, por lo que “se necesita mucha instalación de tecnología”, insistió.
