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Las empresas agrícolas fueron incorporando más maquinaria, lo que favoreció la productividad de los cultivos. Sin embargo, dicho aumento tendió a moderarse conforme se extendió el área sembrada, lo que estuvo vinculado a la utilización de nuevos campos de menor rendimiento.
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Eso surge de un análisis sobre las inversiones en maquinaria agrícola y la productividad en el rubro elaborado por la consultora contable Carle & Andrioli, a partir de índices propios.
En la última década, la tasa anual de crecimiento de la productividad agrícola se ubica en el orden de 2,5% y constituye un factor que favorece la mitigación de los costos crecientes en dólares que enfrentó el rubro, señala en su informe.
En 2013, el área destinada a la agricultura se ubica en máximos históricos (dos millones de hectáreas), con más de la mitad de dicha superficie vinculada a la producción de soja. El segundo cultivo fue el trigo (450.000) y el tercero el arroz (173.000). El resto del área agrícola se dividió en cultivos de maíz y cebada —con algo más de 100.000 hectáreas cada uno— y el sorgo con 50.000, conforme con el análisis.
En 2003 se cultivaban 700.000 hectáreas, por lo que la expansión agrícola hizo triplicar el área en los últimos diez años y hoy ocupa el equivalente a la suma de las superficies totales de los departamentos de Colonia, Soriano y San José.
Carle & Andrioli elabora un índice de productividad ponderada agrícola que considera los rendimientos por hectárea de los principales cultivos del país (soja, trigo, arroz, maíz, cebada y sorgo). Las ponderaciones se realizan en función del área sembrada. El índice se construyó a través del método de medias móviles, considerando como base el promedio de las zafras 1999-2003.
“Las inversiones acumuladas y la innovación en la gestión de las empresas agrícolas contribuyen al incremento de la productividad”, afirma la consultora.
Más maquinaria
La inversión en maquinaria importada marcó un nuevo récord en el año que pasó, cuando se destinaron más de U$S 280 millones a la compra de ese tipo de equipamiento productivo para la agricultura. Ello implica un crecimiento de 14% en términos reales respecto a 2012, según Carle & Andrioli.
Luego de la caída de 2009 —debido a los efectos de la crisis económica internacional—, desde 2010 se dio un aumento sostenido de estas inversiones. En 2013 el aumento ocurrió en todos los bienes de capital que componen el índice que elabora dicha consultora contable.
Prácticamente la mitad de las importaciones fueron de tractores (casi U$S 140 millones) y, sumadas además las inversiones en sembradoras y cosechadoras, representaron alrededor de 3% del total de importaciones de 2013.
El índice de inversión en maquinaria agrícola se utiliza como una aproximación para evaluar la evolución de la inversión agrícola, y lo hace a través de la consideración de las importaciones en dólares constantes de tractores, sembradoras y cosechadoras sobre la base de información de la Dirección Nacional de Aduanas.
La maquinaria agrícola proviene mayoritariamente de Brasil y de Estados Unidos.
Dos empresas concentran el 36% del valor total de las importaciones, aunque en 2013 fueron 680 las que hicieron compras directas en el exterior de estas máquinas.
Rentabilidad e impuestos
“Debido al aumento de los costos productivos en dólares, por la incidencia del incremento de arrendamientos, combustibles y salarios, en la zafra 2013 disminuyó la rentabilidad del sector agropecuario”, señala la consultora contable.
Cita estudios elaborados por los grupos Crea, según los cuales las empresas agrícola-ganaderas redujeron algo más de 20% sus ingresos netos por hectárea respecto a la zafra 2012, donde habían sido particularmente altos. En 2013 fueron de U$S 276 por hectárea, representando 3,3% de rentabilidad sobre capital.
Otro factor reseñado en el informe refiere a la reimplantación del Impuesto al Patrimonio a las explotaciones agropecuarias que se había exonerado en 2001. Alcanzó a valores de activos que superen aproximadamente 1,5 millones de dólares y sustituyó al Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales, declarado inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia.