—Viene de una larga campaña electoral por las elecciones nacionales. ¿Se tuvo que empapar en los temas de Montevideo de apuro?
—El organigrama de la Intendencia es un infierno, es casi un gobierno en paralelo. La Intendencia es mucho más que Adeom y la basura, como dice el trillo de los medios.
—¿Planea simplificar ese organigrama?
—Sí. Hasta donde se puede simplificar, no lo puedo contestar en este momento. Cultura, por ejemplo, es un departamento enorme tiene 1.100 funcionarios y una cantidad de funciones, algunas que son paradigmáticas, como la Comedia Nacional, que es municipal. Es el grupo teatral más importante que tiene el país y nos tendríamos que hacer la pregunta de si debería seguir estando ahí o tendría que ser un organismo nacional.
—¿Cuál sería el eje de su eventual gobierno municipal?
—Quiero poner el centro y el énfasis en los municipios, en el gobernante territorial. Esto debe ser una orquesta compuesta por los instrumentos, que son los municipios, y el encargado de que las cosas se afinen es el intendente. Hay que pensar qué funciones todavía están centralizadas y que pueden estar en los municipios. Me gustaría que los 8 municipios pensaran el desarrollo del municipio para el quinquenio y lo enviaran al departamento de Recursos Financieros de la Intendencia para armar el presupuesto que se manda a la Junta.
—¿Se puede achicar el tamaño de la Intendencia de Montevideo?
—Comparto el lema que dice “tanto Estado como sea necesario”. Montevideo es la intendencia que al ciudadano le sale más barata. Dividís el presupuesto por la cantidad de habitantes y te da que cualquier intendencia del interior es más cara que Montevideo. Ese es un primer dato que no se comenta. Respondiendo la pregunta, lo que hay que hacer es optimizar. Ya se ha hecho muchísimo, ¡se puede hacer más! Tengo algunas ideas generales que pueden optimizar los costos municipales. Por ejemplo, Montevideo no está utilizando energía alternativa, cuando en realidad tiene la posibilidad de utilizar molinos de viento.
—¿Cuál es el principal problema de Montevideo?
El problema más difícil que tiene Montevideo es el transporte, mucho más que la basura. El transporte es el problema que tienen todas las ciudades modernas. El tema de la limpieza ha tenido mucho marketing y mucho IVA. Pero ha habido en estos meses un avance enorme y eso lo conoce hasta el más estrafalario.
—¿Cree que la limpieza de la ciudad está bien?
—La limpieza es un tema complejo y no basta decir, como planteó algún candidato de la oposición, que es un tema sencillo: para tener limpio hay que limpiar. No basta, porque también puedo ensuciar menos. Tiene dos patitas: cómo limpio y cómo ensucio menos. Puedo tener el óptimo sistema de recolección, pero si el vecino no ayuda... Esto no es nuevo en Montevideo. El primer gobernador de la ciudad, Bruno Mauricio de Zabala, sacó un edicto contra la mugre porque los vecinos carneaban y tiraban la basura a la calle. Los obligó a barrer hasta la esquina y tocarle fuego, y para el que no lo hacia, la multa eran cuatro días de trabajo gratuito en la muralla que se estaba construyendo. Quiere decir que el problema es tan viejo como la ciudad.
—¿Piensa en un sistema de multas para lograr mayor colaboración de parte de la ciudadanía?
—A mí no me gusta empezar por la parte represiva. Tenemos que educar para que la gente coloque la basura en los contenedores. Sería bueno combinar el sistema de videovigilancia que está desarrollando el Ministerio del Interior con el tema de los contenedores. Pero también poner una línea gratuita para que cualquier vecino pueda denunciar los vandalismos de los contenedores. Algo de eso ha hecho la Intendencia de Maldonado y le ha funcionado muy bien. Además tenemos que conversar mucho con los vecinos y hasta premiar la calle más limpia. Después de eso sí, se puede aplicar la ley de faltas u otras cosas. Hay un problema cultural profundo. Hay que trabajar y trabajar y trabajar, y no sé cuál es el tiempo de resolución. Creo que en la limpieza se va avanzando, en los últimos cuatro o cinco meses, la ciudad ha estado más limpia.
—Hay quienes pueden interpretar que ocurre porque se acerca la campaña electoral en Montevideo.
—No, no, sería miserable decir eso. No creo que haya un montevideano con ese pensamiento en la cabeza porque es muy chiquitito.
—Usted plantea que el transporte es el principal problema. ¿Por qué?
—Porque la ciudad empieza a estar trancada. Todos los días se venden 180 autos: 60 vienen para Montevideo. Me tengo que plantear una serie de medidas en relación al transporte para desagotar esos nudos y para que la oferta de transporte público sea tan buena que al tipo le sirva ir a trabajar en el transporte público, y usar el fin de semana el transporte privado. Estuve estudiando modelos de otras ciudades del mundo.
—¿Por ejemplo?
—Hay lugares donde se flecha una calle importante a una hora del día para un lado, y luego para el otro. La rambla, por ejemplo, flechada para el Centro, y después, en la tarde, hacia afuera. Mandé a hacer un estudio para ver si podemos tener un subte. Hay que diversificar, porque nosotros solo tenemos el ómnibus y el taxi. Por qué no pensar, ahora que vamos a tener más energía, en el tren eléctrico o el tranvía de cercanía. La regasificadora nos va a permitir introducir el gas en el transporte y puede abaratar costos. Hay que estudiar las opciones.
—¿Cómo piensa financiar las inversiones que requiere Montevideo?
—La Intendencia gasta 49% en salarios y carga social. Es de los que gasta menos en ese rubro de todos los municipios. Paysandú, por ejemplo, gasta 64%. Conviene hacer las comparaciones porque es el momento políticos de hacerlas. Montevideo se maneja con un porcentaje del presupuesto para inversiones y proyectos BID. Hay que usar la ley de asociación público-privada. Otra ley importante es la de vivienda social.
—Usted dice que Montevideo es de las más bajas en el costo por habitante. ¿Cree que se necesitan más impuestos?
—No, para nada. Lo que creo es que hay que optimizar el gasto. Además, si me toca ser intendenta, le pediría con mucho énfasis al Parlamento que apruebe el proyecto de fincas abandonadas. Esas fincas abandonadas están todas endeudadas y son un problema porque se convierten en un foco de mugre e inseguridad. Si me puedo hacer de esa finca—que es deudora mía— y se puede reciclar, quien se instale me va a pagar todos los impuestos. Eso es optimizar la recaudación. El grueso de esas viviendas, unas 200.000, están en Montevideo.
—Usted dijo varias veces que no quería ser candidata, pero terminó postulándose. ¿Qué cambió?
—Una vez que el Frente Amplio tomó la decisión de habilitar las tres candidaturas, algo que es una buena idea, había que llenarla de contenido, para que no pareciera un chiste. El sublema que integra el MPP discutió la posibilidad de que tuviera un candidato y apareció mi nombre. Creo en los partidos, creo en la organización sindical, social y ciudadana, y creo que cuando uno se organiza tiene derechos y deberes, entonces, si mis compañeros me lo pidieron…
—En el Partido de la Concertación dicen que la primera victoria de ese grupo es que el Frente Amplio va con candidaturas múltiples.
—Cada uno se vende el verso que le gusta.
—¿Cómo analiza ese instrumento electoral creado por blancos y colorados?
—No me gusta meterme en rancho ajeno, vamos a ver qué sale de eso. He escuchado todo tipo de campanas, desde lo que dice Fernando Amado hasta lo que dice Lacalle Pou. De hecho, en muchas intendencias del interior se dio una concertación no explícita. Por ejemplo, en Salto los blancos votaron colorado y en Paysandú los colorados votaron blanco. En San José desde hace tiempo que los colorados votan a los blancos, hasta en las listas ponen los nombres diferenciados por color. En Montevideo lo formalizaron. Ahora, en los gobiernos nacionales de blancos y colorados pasó lo mismo: jugó la concertación.
—El MPP tiene una buena votación en barrios populares, ¿cómo piensa competir en otros donde tiene menos respaldo, como Carrasco o Pocitos?
—Si usted mira cómo se votó en cada circuito, votamos bien en todos los barrios. Habremos votado mejor en La Teja, pero no votamos mal en los otros. Somos ambiciosos, jugamos a ganar. Como lo dije en las nacionales, jugaba para ganar cuatro cosas: mayoría parlamentaria, elecciones nacionales, primera vuelta y plebiscito. Gané tres porque no gané en primera vuelta. Si no te jugás a ganar todo empezás perdiendo. Me voy a jugar por las 19 intendencias y en las que tenga candidatos propios, me voy a jugar por los míos. Y donde tenga una base baja de votos, me voy a matar por mejorar. Son dos meses y ocho días de campaña, y si tengo que estar 24 por 24 me pediré licencia en el Senado y estaré en todos los barrios.
—En las próximas elecciones municipales, el MPP presenta candidatos a intendente en 13 departamentos, algunos de los cuales tienen chances de ser electos. ¿Por qué decidieron presentar una oferta en tantos departamentos?
—Así como dejamos el cuero en la estaca para la elección nacional —y la gente nos acompañó, porque somos el sector con más legisladores—, vamos a dejar el cuero en las 19 contiendas departamentales, tanto para la Intendencia como para las juntas departamentales y los municipios. Nuestra lucha política pasa por la acción social y el sindicalismo, pero también pasa por ahí. Si tenemos un candidato fuerte para ofrecerle al Frente Amplio, porque en las 19 intendencias lo más importante es que gane el Frente, lo vamos a poner a disposición, pero en un afán de complementariedad y no de competencia. Obviamente que la base militante del Espacio 609 —lo dicen los votos— tenemos más disponibilidad que otros sectores más chicos.
—El peso político del MPP crecería mucho si suma varias intendencias a su bancada parlamentaria.
—Se ve que la gente nos quiere. La gente no es tonta, ¿por qué nos vota?
—Ustedes están ganando dentro de las reglas de juego.
—Claro. Así como participé en más de 200 actividades durante la campaña, hay que sumar las de Agazzi, Tajam, Sánchez, Passada, Bonomi, etcétera. Nos matamos por la elección nacional, nadie nos regaló los votos que tuvimos. Cuando peleás y trabajás, obtenés un resultado.
—¿Qué rol debe jugar el MPP, que tiene la bancada mayoritaria del oficialismo, en el próximo gobierno?
—En los dos primeros gobiernos del Frente Amplio fuimos mayoría y fuimos oficialistas. Y no tenemos vergüenza de decir esto. Como somos un sector bastante organizado, podemos ayudar mucho en la discusión de bancada, sobre todo va a ser un apoyo importante para Sendic. El Parlamento tiene sus vericuetos, a veces hay que trabajar mucho en la bancada para resolver miradas diversas, hay que tender puentes con la oposición, con la sociedad civil. Vamos a trabajar para no defraudar a los que nos votaron y que se cumpla el programa del Frente Amplio.
—¿Cuáles son los énfasis sobre los que trabajará el MPP?
—Estamos honrados de tener al ministro del Interior, alguien que hizo una buena gestión en una cartera complicada y que vamos a seguir apoyando. La futura ministra de Vivienda, Eneida De León, es del Espacio 609 y también la vamos a ayudar. La vivienda es un derecho humano, si no el primero, está en primera línea, y nosotros vamos a ser un puntal para la ministra. Creemos en la potencia y la energía de la futura ministra de Industria, Carolina Cosse, sabemos que va para adelante como loco, pero, como todos, necesita apoyo político y lo tendrá. Lo van a tener todos los ministros. Está claro que tenemos algunas canaletas como 609. Las cuestiones del agro nos importan, los temas de colonización, las cuestiones de vivienda. Vamos a seguir peleando por el desarrollo de la UTU. Creemos en la integración regional y en algunos organismos regionales que están surgiendo. Más allá de eso, con ese número de legisladores, creo que vamos a tocar el piano en todos los temas.
“No se gobierna como un rey”
—En varias entrevistas usted ha planteado su admiración por el Peronismo. ¿Qué características destaca de ese movimiento político argentino?
—No es una admiración hacia el Peronismo. Lo que he dicho es que no se entiende Argentina si no se entiende el Peronismo. Me he dedicado a leer, a ilustrarme sobre lo que es el Peronismo; tengo un libro con todos los discursos de Eva Perón. Si vos le cambiás la terminología, algunas cosas son absolutamente modernas. El Peronismo es un sentimiento, pero además es un movimiento que tiene su ala izquierda, su ala de centro y su ala derecha. Es decir, Peronismo es decir muchas cosas y mientras el Peronismo exista, Argentina no va a poder prescindir de él. Estamos en el Mercosur y somos medio primos hermanos de Argentina, tenemos el chip rioplatense, no puedo prescindir de lo que pasa allá. También he leído sobre el Radicalismo, sobre Yrigoyen, ahora estoy leyendo un mamotreto sobre Rosas, un personaje contradictorio y muy atractivo. Hace poco leí un libro polémico sobre Dorrego.
Siempre digo esto, y eso se confunde con que yo sea una condicional del Peronismo, que no lo soy, porque hay cosas con las que estoy de acuerdo. Cuando vos entrás a un sindicato o a una organización social ¿qué ves? El retrato de Evita. El Peronismo es un sentimiento.
—¿Qué puntos en común encuentra entre el MPP y el Peronismo?
—Ambos son movimientos. Tenemos miradas muy parecidas en temas de inclusión social, en vivienda —porque los peronistas hicieron mucho en el área de vivienda—, sobre economía solidaria. Ellos tienen una cantidad de empresas autogestionadas y pequeñas cooperativas. Pero la lógica política en Argentina es muy distinta a la de Uruguay, hay cosas que acá no podrían suceder que suceden en Argentina; por eso es difícil la comparación.
La vigencia de Evita
—En varias entrevistas usted ha planteado su admiración por el Peronismo. ¿Qué características destaca de ese movimiento político argentino?
—No es una admiración hacia el Peronismo. Lo que he dicho es que no se entiende Argentina si no se entiende el Peronismo. Me he dedicado a leer, a ilustrarme sobre lo que es el Peronismo; tengo un libro con todos los discursos de Eva Perón. Si vos le cambiás la terminología, algunas cosas son absolutamente modernas. El Peronismo es un sentimiento, pero además es un movimiento que tiene su ala izquierda, su ala de centro y su ala derecha. Es decir, Peronismo es decir muchas cosas y mientras el Peronismo exista, Argentina no va a poder prescindir de él. Estamos en el Mercosur y somos medio primos hermanos de Argentina, tenemos el chip rioplatense, no puedo prescindir de lo que pasa allá. También he leído sobre el Radicalismo, sobre Yrigoyen, ahora estoy leyendo un mamotreto sobre Rosas, un personaje contradictorio y muy atractivo. Hace poco leí un libro polémico sobre Dorrego.
Siempre digo esto, y eso se confunde con que yo sea una condicional del Peronismo, que no lo soy, porque hay cosas con las que estoy de acuerdo. Cuando vos entrás a un sindicato o a una organización social ¿qué ves? El retrato de Evita. El Peronismo es un sentimiento.
—¿Qué puntos en común encuentra entre el MPP y el Peronismo?
—Ambos son movimientos. Tenemos miradas muy parecidas en temas de inclusión social, en vivienda —porque los peronistas hicieron mucho en el área de vivienda—, sobre economía solidaria. Ellos tienen una cantidad de empresas autogestionadas y pequeñas cooperativas. Pero la lógica política en Argentina es muy distinta a la de Uruguay, hay cosas que acá no podrían suceder que suceden en Argentina; por eso es difícil la comparación.
Información Nacional
2015-01-22T00:00:00
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