Dispersión. Esa sería la palabra. Hay una dispersión importante en el Partido Nacional. La asumen casi todos los dirigentes cuando hablan sobre la interna blanca.
Juan Sartori explora alianzas dentro del ala wilsonista, que intenta reconfigurarse tras la muerte de Jorge Larrañaga
Dispersión. Esa sería la palabra. Hay una dispersión importante en el Partido Nacional. La asumen casi todos los dirigentes cuando hablan sobre la interna blanca.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLo dicen en un estricto off the record, como para no comprometerse públicamente con ese concepto tan entreverado, anárquico. Con esa idea de que no hay liderazgos claros, que no hay algo o alguien que aglutine, que ordene. Están dispersos los blancos. Atomizados. Casi que no hay líneas divisorias en la colectividad nacionalista. En ninguna de las tan mentadas alas del partido.
“Hoy por hoy no hay un sector que esté funcionando orgánicamente”, comentó a Búsqueda un senador blanco mientras analizaba lo que pasa (o no pasa) puertas adentro del partido de gobierno.
Las dos mitades, herrerismo y wilsonismo, enfrentan distintos escenarios complejos. El sector mayoritario y oficialista Aire Fresco —que bajo el paraguas de Todos Hacia Adelante incluye a otras agrupaciones— sufre la ausencia de su líder natural, el presidente de la República, Luis Lacalle Pou. Del otro lado, en el wilsonismo, todavía extrañan la figura de Jorge Larrañaga, de cuya sorpresiva muerte se cumplirá un año el próximo domingo 22.
Si bien se podría presumir que en Aire Fresco hay una estructura sólida y ordenada que funciona a pura inercia bajo la conducción del secretario de Presidencia, Álvaro Delgado —brazo derecho de Lacalle Pou en ese sector—, la situación está lejos de la aparente armonía. Casi todos los dirigentes dan por sentado que Delgado será el candidato para las próximas elecciones nacionales del 2024. Es una posibilidad que el propio secretario de Presidencia ha dejado correr sin preocuparse demasiado en desmentirla mientras envía señales a propios y extraños de que es él quien va a correr con el caballo del comisario la próxima carrera electoral.
Sin embargo, en su propio sector hay otra corriente que no está tan de acuerdo con esa idea. Al menos con el hecho de que ya se esté hablando de estos temas, de posibles candidatos o de candidatos cantados. Ahí se parte el bloque. “Yo creo que es muy prematuro hablar de candidaturas”, respondió el subsecretario de Salud, José Luis Satdjian, cuando en una entrevista en Canal 5 se le preguntó concretamente sobre una eventual postulación de Delgado para la presidencia. Satdjian, se podría determinar en un trazo grueso, pertenece al bloque de Aire Fresco que está liderado por el ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, otro eventual candidato, alguien que también suele aparecer en los sondeos de opinión de las encuestadoras pero que también elige decir que no es el momento de especular, que hay que gobernar. Las dos mitades de Aire Fresco.
En política el que se precipita se precipita. Lo sabe Delgado, que también asume esa postura en público porque tiene claro que en el momento que diga explícitamente que esa carrera es suya se convertirá en uno de esos patos de feria al que todos quieren voltear. Pero, de todas formas, en la interna ya todos están al corriente de que Delgado va, y eso también entrevera la madeja.
Un integrante de Aire Fresco evaluó que la “certeza” de que el secretario de Presidencia será candidato “es una inquietud”, pero a la vez “adormece” otras posibilidades porque “es muy difícil enfrentar a una estructura tan grande”. Por lo pronto, en la Lista 71, que está bajo el paraguas de Todos, procuran seducir a la excandidata a la intendencia de Montevideo, Laura Raffo, para hacerle un contrapeso a Delgado. Por ahora, sin nada de éxito. Raffo también está aferrada al “ahora no es momento”.
Wilson Ezquerra. Foto: Ricardo Antúnez / adhocFOTOS
Se puede decir que Luis Calabria, dirigente de Alianza Nacional, es, por su cercanía con el caudillo, a uno de los que más golpeó la prematura muerte de Larrañaga. En una entrevista con la diaria, Calabria reflexionó que en 2024 el Partido Nacional va a tener que enfrentar la ausencia de dos liderazgos.
“Tendremos que enfrentarlo de la manera más inteligente. Puede ser una oportunidad de reafirmar la síntesis que tenemos entre los movimientos”, señaló. Y agregó: “Creo que en el larrañaguismo y en la actual ala mayoritaria hay una gran madurez y conciencia del momento político que vivimos; luego veremos cómo eso se expresa electoralmente”.
Pero los larrañaguistas también están dispersos. Sin orgánica, sin un funcionamiento y sin un norte claro por el momento. Sin saber si se terminarán sumando a una nueva expresión wilsonista o si buscarán cobijo, cargando las banderas de Larrañaga, en el paraguas que proponga Delgado en la otra ala del partido. Todos los dirigentes hablan de fortalecer el ala wilsonista pero pocos saben cómo.
El senador Jorge Gandini parece copar la parada y se mueve por el interior del Uruguay buscando apoyos. La vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, explora alianzas con el senador Sergio Botana, del grupo de intendentes, que quiere crear “un movimiento de base más popular” y que tiene al senador Juan Sartori muy interesado en unirse a ese club. Una fuente del sartorismo señaló a Búsqueda que la idea del empresario es quedarse en la política local para fortalecer el ala wilsonista.
Al igual que en Aire Fresco, las cosas no vienen siendo armoniosas. Generación, una agrupación de jóvenes liderada por Gonzalo Baroni se disolvió tras un encuentro en el que participó Argimón. “Diferencias en el camino de corto plazo hacen que entendamos que muchos de nosotros debamos continuar de manera diferente”, dice el frío comunicado de despedida. Lo cierto, según dijeron a Búsqueda fuentes nacionalistas, es que hay integrantes de ese sector ya disuelto que cuestionan una posible candidatura de la vicepresidenta y otros que la apoyan. Choques internos. Diferencias irreconciliables.
La última perla del wilsonismo que quiere reinventarse se dio en las últimas horas. El intendente de Tacuarembó, Wilson Ezquerra, el de Colonia, Carlos Moreira, y el subsecretario de Ambiente, Gerardo Amarilla, propusieron un encuentro con la idea de formar una corriente alternativa, una nueva expresión dentro del partido. La reunión estaba prevista para el sábado 7, en Colonia, pero sin mucha argumentación fue suspendida sin nueva fecha. De inmediato comenzaron toda clase de especulaciones. Desde que se invitaron a dirigentes que comprometían a sus líderes partidarios con su presencia hasta que el estado público que tomó ese encuentro no fue bien visto en alguna dependencia de la Torre Ejecutiva.
“Primero generó mucha expectativa y ahora mucha decepción”, resumió una fuente del disperso Partido Nacional.