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    Trabajadores que AFE contrató en febrero se fueron porque cobraban salarios más bajos que el mínimo nacional

    El sindicato y el Poder Ejecutivo rompieron las negociaciones: la operadora privada llamó a empelados pero los ferroviarios se niegan a integrarla

    Tras perder más de 300 funcionarios por retiros incentivados entre fines de 2013 y principios de 2014, en febrero de este año AFE contrató por 90 días a 110 nuevos trabajadores. Esos vínculos, según explicó el presidente de la empresa, Wilfredo Rodríguez, habitualmente se renuevan hasta que puedan quedar presupuestados.

    Sin embargo, 40 de esos contratados no renovaron. A 12 de ellos fue el Directorio el que decidió no mantenerlos, según detalló a Búsqueda el presidente del sindicato ferroviario, Carlos Aramendi. Pero en el resto de los casos fueron los propios trabajadores los que no quisieron seguir desempeñándose en la empresa.

    “La mayoría se fueron ellos, no dieron la posibilidad de renovar. Hablando con ellos te decían que si la empresa no cambia se tenían que ir”, contó Rodríguez.

    La realidad no es nueva y Aramendi se encargó de dejarlo claro: “Los ferroviarios tenemos los salarios más bajos de la administración pública”. Una prueba de ello es su propio salario. El dirigente gana por su trabajo como capataz $ 16.000 mensuales y tiene 36 años en la empresa.

    La situación de los nuevos empleados, según relató el dirigente, era aún más grave. Los salarios de la mayoría de ellos eran de $ 9.000.

    “Una empresa pública pagando por debajo del salario mínimo nacional”, remarcó el dirigente sindical.

    Aramendi aclaró que recibían además una “partida por alimentación” gracias a una conquista de su sindicato, pero insistió en que ese dinero está por fuera del salario. Los cargos eran para peones y administrativos.

    “Se fueron porque el salario era realmente malo. Naturalmente que no es atractivo trabajar en AFE”, afirmó.

    Para Aramendi, la forma de “recategorizar y mejorar los salarios” es a través de una reestructura de la empresa. En eso habían empezado a trabajar con el viejo Directorio encabezado por Carmen Melo.

    El Directorio de AFE busca que entren ahora a la empresa los que quedaron como suplentes en el concurso que se realizó.

    “En conflicto”.

    El domingo 24 “El Gallito” —el suplemento de avisos clasificados de “El País”— publicó siete llamados para ocupar distintos cargos (maquinistas y mecánicos, entre otros) en Servicios Logísticos Ferroviarios (SLF), la sociedad anónima propiedad de AFE y la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND). Esa empresa, a la que los trabajadores del sindicato se niegan a pasar, fue creada a fines del 2011 como parte de la reestructura ferroviaria para que pase a ocuparse de la operativa de los trenes de carga.

    El ministro de Transporte, Víctor Rossi, le había adelantado el viernes a Aramendi que abrirían el llamado. Para el dirigente eso significó la ruptura de las negociaciones que venían llevando adelante, en las que el sindicato buscaba una forma de trabajar para SLF pero desde el derecho público.

    “El gobierno estuvo actuando de mala fe porque hicimos una negociación durante cinco meses y la desconoció totalmente”, dijo Aramendi. Recordó que desde octubre están manteniendo reuniones con Rossi.

    El sindicato inició una serie de medidas y asambleas. Ayer, miércoles 27, el personal de conducción de la zona metropolitana y este realizó un paro de 24 horas con asamblea. El viernes hará lo mismo el personal de conducción de la zona norte y litoral y para el 11 de junio el sindicato tiene prevista una asamblea nacional de todos sus asociados con paro de 48 horas.

    “Ya no hay más nada que hablar. Hablamos tres años con el gobierno anterior, ahora con este y es la misma historia. No lo vamos a hacer. Empieza un conflicto que veremos cuándo termina. Que quede claro que ningún trabajador va a dejar su función pública para pasar al privado”, advirtió Aramendi.

    Por una resolución de asamblea los ferroviarios decidieron años atrás no pasar a trabajar al derecho privado y se mantienen firmes en que ninguno de ellos se presentará a los llamados de SLF. Ante ese panorama, la principal dificultad para la operadora es conseguir maquinistas, ya que esos especialistas solo se forman dentro de AFE. Además, el sindicato firmó acuerdos con sus pares de Argentina y Brasil para evitar que trabajadores de esos países se sumen a SLF.

    Con esas dificultades deberá lidiar el nuevo presidente de AFE, que recién inicia su gestión. Rodríguez se propuso tener a SLF consolidada para el 1º de julio y para eso se proponía convencer a los trabajadores pero a dos semanas de entrar en funciones las negociaciones se rompieron.