Triunfos de parejas argentinas en damas y en caballeros en la Copa Aníbal Vigil, disputada en el Cantegril Country Club

Sus primeros contactos con el golf fueron en el San Andrés Golf Club de Buenos Aires, donde incluso sacó su primer hándicap. Tras su fallecimiento, una asamblea de socios del Cantegril resolvió instaurar a modo de reconocimiento un campeonato que llevara su nombre. Difícilmente Vigil podría haber imaginado la trascendencia que ha logrado, con más de cinco décadas de disputa, la Copa que se realiza en su homenaje.

“Hace varios años que jugamos y practicamos juntas. Por suerte se nos dio y pudimos ganar este campeonato tan importante”, afirmó a Búsqueda una exultante Mindlin apenas finalizada la entrega de premios, llevada a cabo en uno de los salones del Hotel Conrad. “Somos muy amigas, no hay reproches ni enojos entre nosotras y eso es fundamental para mí en esta modalidad de juego, más allá de combinar bien”, agregó la ganadora.

“La estrategia de juego que tenemos es que siempre sale primero Valeria, sin importar lo que pasó en el hoyo anterior, eso nos da a las dos cierta tranquilidad. Personalmente soy muy competitiva y esa estrategia me ayuda, porque Valeria es un poco más distraída”, agregó entre risas Mariana. “Hoy salimos a la última vuelta con una ventaja considerable, por lo cual sabíamos que dependía de nosotras cerrar el campeonato. En esta modalidad es difícil descontar una diferencia tan grande. En un momento llegó a ser de ocho golpes, por lo cual nos dedicamos a hacer pares”, agregó su compañera de juego.

Ambas vienen de ganar la Copa Víctor Paullier, competencia que se desarrolla en forma conjunta entre el Cantegril y La Barra. Seguramente, dado el nivel de juego mostrado, tanto Quesada como Mindlin estarán en la definición de los principales campeonatos en lo que resta de la temporada.

Padre e hijo

En tanto, en la scratch masculina, en un final apasionante que recién se resolvió con el último grupo que estaba en la cancha, los argentinos Augusto Bruchmann y Augusto Bruchmann (h) se quedaron con la Vigil.

Los ganadores emplearon 200 golpes para las tres rondas superando por un solo golpe a sus escoltas: los uruguayos Agustín Tarigo-Pablo Juan Carrere y los brasileños Arthur Lang-Gustavo Chuang.

En la primera jornada disputada el viernes 8, los tableros mostraban al final del día a los Bruchmann en lo más alto con una tarjeta de 67 golpes, cuatro bajo el par del campo y a una gran cantidad de duplas separadas por tan solo un golpe. Al día siguiente, un muy buen recorrido esta vez de 65 golpes aseguró a los tucumanos en la vanguardia de la competencia, pero con una diferencia mínima sobre sus escoltas.

La ronda final fue una clara demostración de lo cambiante que puede ser este deporte llegadas las instancias finales. Además vale destacar que se jugó primero con sol, luego frío, para terminar con los últimos hoyos con una persistente lluvia que obligó a los jugadores a tomar todas las precauciones.

Unos muy buenos primeros nueve hoyos de la dupla Tarigo-Carrere terminados en 32 golpes les permitió absorber la ventaja de los Bruchmann llegando incluso a sacarles dos golpes. Vino luego la reacción de los argentinos haciendo dos birdies consecutivos en los hoyos 12 y 13 para igualar nuevamente la línea de los uruguayos. Jugando en el grupo de adelante y mirando permanentemente los tableros indicadores, la pareja Lang-Chuang y la de los paraguayos Adrián y Dorian Delmás le agregaban presión a la definición.

Un espectacular birdie de Tarigo en el par tres del hoyo 14 los puso nuevamente en la punta pero a partir de ahí llegaron dos grandes errores de la dupla uruguaya haciendo bogey en los hoyos 15 y 17 para quedar nuevamente un golpe atrás de los Bruchmann a falta de un hoyo.

Con las últimas luces del día, el arco iris surcando el cielo y la lluvia, un buen marco de público rodeaba el green del hoyo 18 aguardando con expectativa la llegada del último grupo. Finalmente no hubo birdie y un par de los Bruchmann les dio el título fundiéndose ambos en un prolongado abrazo sobre el propio green, escenario de tantas alegrías y tristezas que encierra la Vigil.

“Sabíamos que iba a ser una definición cerrada, había muy buenas parejas en competencia, y así encaramos la estrategia de juego”, afirmó a Búsqueda un exultante padre apenas entregada la tarjeta de juego en la urna. “Ellos (Tarigo-Carrere) empezaron muy bien, hicieron varios birdies en el principio y ahí fue fundamental un putt que embocó Augusto en el hoyo 9 para que no se nos fueran muy lejos. Reaccionamos con dos birdies consecutivos y a partir de ahí ya fue otro torneo, cinco hoyos por jugar con cuatro parejas luchando por el triunfo. Por suerte se nos dio. Como padre siento una satisfacción enorme, ya que estoy cerca del retiro, por lo cual no tendré muchas posibilidades de ganar torneos en pareja con alguno de mis tres hijos golfistas”, agregó.

Por su parte, su hijo visiblemente emocionado solamente alcanzó a decir: ”Siento una alegría enorme por haber ganado pero sobre todo por poder compartir este maravilloso deporte con mi padre”.