Un tema presente en los programas pero muchas veces “restringido”

Como ejemplo, citó varios casos concretos. Entre los más emblemáticos aludió a las críticas de Enrique Tarigo, cuando era vicepresidente de la República, a la profesora Marta Avervourg, a la que acusaba de violar la laicidad por enseñar “deuda externa”. También recordó los cuestionamientos a comienzos de los 2000 contra el profesor Carlos Demasi y contra el manual de historia contemporánea y su metáfora de Los Pitufos.

En contraste con este tipo de posturas políticas, Quirici destacó el trabajo docente alrededor del tema. “Los docentes tenemos las herramientas para trabajar con la producción científica y las memorias en clase, aportando diversidad de propuestas didácticas que hagan del tema un espacio de reflexión sobre la democracia y los derechos humanos sin que ello suponga un desvío de la laicidad”, aseguró. También subrayó que “todas las sociedades democráticas que vivieron procesos traumáticos impulsaron la enseñanza de la historia reciente como parte de la recomposición” (ver Cartas al director).