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Una década de pruebas PISA marca que los alumnos no tienen “competencias mínimas” en Matemática
Las cuatro evaluaciones internacionales en las que participó Uruguay indican que los estudiantes poseen un nivel apenas básico en Ciencias Naturales y Lectura
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“Lo que los estudiantes saben y pueden hacer” es el título del último informe del Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA, por su sigla en inglés), creado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para determinar el nivel de aprendizaje de los jóvenes escolarizados de 15 años en todo el mundo. Sus resultados de 2012 demostraron que más de la mitad de los estudiantes uruguayos saben y pueden hacer poco, según las mediciones sobre 510.000 estudiantes focalizadas en el área de de Matemática, que también incluyeron preguntas de Ciencias Naturales y la Lectura.
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Presentado el martes 3 en el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) con la presencia del ministro Ricardo Ehrlich, el informe ubica a Uruguay en el puesto 57º entre 65 países, con 409 puntos, lejos del promedio de 494 de la OCDE y en su peor posición en las cuatro pruebas PISA en las que participó: en 2003, primer año en que integró el programa, el puntaje fue 422 y en 2006 y 2009 fue 427. Aunque en las cuatro ediciones Uruguay estuvo siempre por debajo de la media mundial, en la de 2012 muestra una mayor diferencia con el promedio (87 puntos).
Los valores de 2012 también son los peores tomando en cuenta la capacidad de aprendizaje de los alumnos, que se logra al identificar los puntajes con los seis niveles de desempeño creados por PISA. El nivel 2, denominado umbral mínimo de competencia, es considerado el básico, aquel en el que “los estudiantes comienzan a mostrar cierto grado de desarrollo en sus habilidades para aprender y usar lo que aprenden en la resolución de situaciones auténticas”. Más de la mitad de los alumnos uruguayos (55,8%) se encuentra debajo de ese nivel en Matemática: 26,5% está en el 1 y 29,2% está debajo del 1. Es el porcentaje más alto en las cuatro evaluaciones.
Uruguay es uno de los 14 países que empeoraron su desempeño respecto a 2003, mientras que 25 lo mejoraron. Por segunda edición consecutiva la ciudad de Shanghái (China no brinda resultados a nivel nacional) lidera el ranking con 613 puntos.
Como en el sistema PISA 41 puntos obtenidos en la prueba son el equivalente a un año formal de aprendizaje, los alumnos uruguayos necesitarían casi cinco años lectivos para alcanzar el nivel de sus pares de Shanghái y dos años para estar en el promedio de la OCDE.
Modal.
Al presentar los resultados del informe ante los inspectores y mandos medios de la enseñanza pública, el director de la División Evaluación, Investigación y Estadística del Codicen, Andrés Peri, explicó que “lo bueno” de haber participado en las pruebas por cuarta ocasión es que se puede ver una “tendencia” de la educación uruguaya. El problema es lo que marca ese proceso.
Si bien hay una “tendencia al decrecimiento”, no es un cambio profundo en nueve años, según Peri. “La primera conclusión a la que tenemos que llegar es que nosotros no nos podemos mover de esa franja, podemos subir o bajar, pero no cambia significativamente después de cuatro ciclos. Ese es el nivel que tiene nuestro sistema educativo con nuestra organización institucional”.
Y esa franja en la que está Uruguay indica que el promedio de sus estudiantes apenas tienen las “competencias mínimas” en Ciencias (416 puntos) y Lectura (411 puntos) porque apenas alcanzan el nivel 2 en cada disciplina, pero no lo logran en Matemática.
Durante su análisis Peri señaló que PISA realiza los exámenes sólo sobre la población escolarizada y no en aquellos jóvenes de 15 años que están fuera del sistema. Al respecto, destacó que de 2003 a 2012 ingresaron al sistema educativo uruguayo 6.000 alumnos de esa edad que antes no estudiaban, “probablemente provenientes de los sectores más vulnerables”.
La inclusión de esos alumnos es una de las causas por las que, entre los 65 países, Uruguay es uno de los cinco con mayor porcentaje de jóvenes de 15 años (40%) que repitieron alguna vez antes de llegar a esa edad.
“Uno hubiera pensado que como incorporamos más estudiantes, son esos estudiantes los que nos tiran abajo el promedio. En realidad, esa mayor inclusión no se ve expresada en una reducción de los puntajes. El porcentaje de estudiantes en esos niveles aumenta, pero su puntaje crece. No parecen ser esos estudiantes los que tiran abajo el promedio. ¿Dónde nos cae el promedio?”, se preguntó el especialista.
La respuesta está en los malos resultados obtenidos por los alumnos que nunca repitieron un año escolar, quienes tuvieron una caída de 6 puntos de 2003 a la fecha. “Son estudiantes que pasaron sin repetir los que nos tiran abajo el promedio”, dijo Peri. “Eso nos tiene que llevar a pensar qué tipo de políticas pensamos para ellos, distintas de las políticas de inclusión que pensamos en los últimos años”.
El puntaje de los repetidores mejoró 3 puntos con respecto al 2003, aunque sigue lejos del que obtienen los estudiantes que no perdieron ningún curso antes de cumplir 15 años. Además, debido al aumento de la repetición, Uruguay es el segundo país, detrás de Colombia, en cantidad de alumnos que participan en las PISA estando en primero de liceo.
Otra conclusión a la que arribó Peri al analizar las cuatro evaluaciones es que la educación uruguaya es desigual. El 89,2% de los estudiantes en contextos socioculturales muy desfavorables no alcanza el nivel 2, por lo que no tienen las competencias mínimas, mientras que en ese mismo nivel solo hay un 13% de alumnos que pertenecen a un entorno sociocultural muy favorable. “La desigualdad de nuestro sistema educativo sigue siendo muy pronunciada y está ratificada en cada ciclo de PISA, donde no encontramos que la cuestión se atenúe”, expresó.
Incluso, la “buena noticia” de que en la última prueba había bajado la distancia entre los estudiantes que obtienen buenos resultados y los que no, escondía una realidad negativa. “Lo que nos pasó”, lamentó Peri, “es que los estudiantes de menor nivel de desempeño lo mejoraron, pero lo que nos pasa es que los de percentiles altos caen más de lo que aumentaron los de nivel bajo. El efecto combinado es que hay menos distancia entre los percentiles, que es una cosa buena, pero uno hubiera querido que hubiera ocurrido por la otra razón y no porque nos caen los altos”.
Actitud.
Consultados por Búsqueda acerca de los resultados, los integrantes del Codicen Javier Landoni y Néstor Pereira afirmaron que por primera vez las autoridades de la enseñanza tomarán medidas concretas basándose en las conclusiones del informe PISA. El presidente del Consejo, Wilson Netto, ratificó esa postura y la asoció a un cambio de actitud por parte de la administración. “Nunca se discutió qué mide este informe, siempre es un lío. Si es competencia, si no es competencia. ¿De qué estamos hablando? Estamos hablando de un gurí de 15 años, no le podemos poner un problema nuevo y con lo que ya tiene arriba ver cómo se arregla solo”, indicó.
Para Netto, que exista un 50% de estudiantes debajo del nivel 2 no significa que “Uruguay esté en crisis, que Uruguay se hundió”, ya que eso supone “tomar la foto pero la foto es el resultado de muchas cosas, cosas que se están cambiando pero a veces se requiere acelerar mucho más”. Algunos de esos cambios que se pretenden acelerar están incluidos en un documento presentado por Netto al Codicen en febrero y aprobado un mes atrás, que tiene por objetivo definir “pistas de modificaciones para la educación media básica”. Otro de los cambios es la aplicación el año que viene de un proyecto de aprendizaje internacional que incluye a otros diez países (en su mayoría desarrollados) y que está elaborado por académicos, empresas y organismos como la OCDE (ver Búsqueda Nº1.738).
“Hay una cantidad de gurises nuevos en el sistema que se están educando y cuyos resultados no bajaron, sino que mejoraron un poquito. Eso dice que debemos profundizar la manera en que estamos logrando las mejoras con ellos para llevarlas a los otros. Para mí ese es el centro del tema”, concluyó.