Una investigación uruguaya que no siguió la pista de un presunto narco y su socio les permitió seguir operando y lavar dinero por años

escribe Guillermo Draper 

El Renault Megane couppe azul con matrícula argentina estacionó frente al chalet La Quimera, en la parada 12 de Atlántida. Eran las 21.50 del 22 de noviembre del 2012 y los dos ocupantes del auto no sabían que la propiedad estaba bajo vigilancia policial desde hacía cinco días. Apenas 10 minutos más tarde, los inquilinos y los visitantes partieron rumbo al bar Don Vito.

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