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Antes de ser reconocida como una de las películas más celebradas de 2021, la única imagen que se conocía de La peor persona del mundo era la de su protagonista, Renate Reinsve. Congelada en un fotograma, una chica corre. No se sabe desde dónde y hacia qué lugar. Con su brazo izquierdo, aún difuso por el movimiento, delante de ella, la joven mira hacia adelante, a lo desconocido. Qué, o quién, hizo que la muchacha corra así, tan feliz, despreocupada, entregada y decidida, estaba por verse.
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Se ignoraba, en ese entonces, que la imagen era solo una fracción pequeña de la escena más memorable de esta comedia romántica existencial concebida por el cineasta noruego, de procedencia danesa, Joachim Trier. Tras múltiples postergaciones, se estrenó en salas de Uruguay.
Trier y su coguionista, Eskil Vogt, tienen ya un trayecto de seis películas escritas en conjunto y hasta se dieron el gusto de abandonar momentáneamente Noruega para filmar en Hollywood. La peor persona del mundo, nominada a dos Premios Oscar —Mejor película extranjera y Mejor guion original—, los hizo regresar a su país.
El retorno trajo consigo una despedida. En esta película, Trier y Vogt retoman un cine centrado en las crisis identitarias de jóvenes adultos para darle cierre a una serie hoy conocida como La trilogía de Oslo que se compone de Reprise-Vivir de nuevo; Oslo, 31 de agosto —ambas disponibles en la plataforma Mubi— y, finalmente, La peor persona del mundo.
Entre escritores frustrados, un drogadicto en recuperación y una mujer atravesada por el cambio constante, los cineastas encontraron en la clase media alta de la capital de Noruega el lugar donde explorar sobre los efectos del éxito profesional en la vida personal, la pesadumbre del tiempo perdido y la presión de ingresar a una nueva década de vida con más preguntas que respuestas.
Dividida en 12 capítulos, además de un epílogo y un prólogo, la película reúne las virtudes de lo mejor del cine de Trier y Vogt en un relato eléctrico, apasionado y humanista sobre Julie (Reinsve), una mujer a punto de cumplir treinta años y enfrentar decisiones que la llevan a encontrar nuevas perspectivas sobre su vida.
Julie cambia de trabajos y de amores y la trama se adapta a su vida en mutación con la confianza suficiente para primero hacernos sentir cómodos en la transición de la protagonista hacia la madurez, repleta de promesas y anhelo, para luego propinar los golpes emocionales que solo ese acto conocido como vivir pueden proveer.
Los actores Anders Danielsen Lie y Herbert Nordrum completan el triángulo amoroso de Julie y ambos entregan personajes encantadores y complejos, pero es Reinsve, quien antes de esta película estaba por abandonar la actuación, el verdadero tesoro de La peor persona del mundo, una muestra innegable del talento de Trier. Es una película de vivacidad contagiosa cuyo destino en la cartelera local merecía una exhibición con más posibilidades de las que realmente tuvo.