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    Para los productores y empresarios argentinos Uruguay siempre es una “gran tabla de salvación”

    Sobre la baja a las retenciones al agro, el presidente de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales dijo a Agro de Búsqueda que “con todo el túnel negro que venimos viendo, esto es como ver un poco la luz”

    Redactor Agro de Búsqueda

    Uruguay siempre ha sido una “gran tabla de salvación” para los argentinos, tanto para productores y empresarios que buscan una alternativa de inversión, como también para algunos jóvenes que emigraron a Montevideo y otras ciudades uruguayas.

    Así lo señaló el presidente de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), Abel Real, en entrevista con Agro de Búsqueda.

    Por eso, este empresario consideró que la compra y el arrendamiento de tierras uruguayas por parte de inversores de su país ni se van a cortar, ni tampoco se avizoró un nuevo boom, como sucedió en décadas pasadas.

    Se refirió a que el cambio de gobierno, con el actual presidente argentino Javier Milei, y las recientes rebajas de las retenciones (impuestos) a las exportaciones de algunos productos agropecuarios representan una “señal positiva” y una “luz en el túnel”. Pero eso no será un “factor determinante” para que los argentinos inviertan o no en el agro uruguayo, dijo.

    El titular de la CAIR, que está dedicado hace unos 35 años a la compra y venta de campos, resaltó la vigencia de las inversiones en tierras, como un “bien finito” y un “refugio de capitales”. “No existe el campo de doble piso”, graficó.

    Real manifestó su “optimismo” respecto al futuro del agro argentino, a la posibilidad de que su país recupere el posicionamiento como el “granero del mundo” y al fortalecimiento de la ganadería.

    En Argentina, los precios de los campos ganaderos varían entre US$ 3.000 y US$ 3.500 por hectárea, y el rango de valores de los campos agrícolas es de US$ 11.000 a US$ 16.000 la hectárea.

    “No han sido productores los que han estado pudiendo comprar campos, si no que el perfil de los inversionistas en campos agropecuarios es de empresarios de otros sectores, como industria y servicios”, comentó.

    En cuanto a la propiedad de campos por parte de capitales extranjeros, el empresario sostuvo que “no llega al 6% las tierras” productivas que hay en Argentina.

    Lo que sigue es un resumen de la entrevista.

    ¿Continúa el interés de argentinos en producir en Uruguay?, ¿en la compra o arrendamientos de campos?

    En mi país da mucha pena cuando a veces se escucha que los jóvenes dicen que se van a buscar nuevos horizontes. Y el productor argentino, que lo único que sabe es producir, siempre ve a Uruguay como una especie de gran tabla de salvación.

    Pero el cambio de gobierno en Argentina, con el presidente Javier Milei, a pesar de no haber un 100% de conformismo en la población, es como que ahora hay otra expectativa en el mercado. Y con todo el túnel negro que venimos viendo, esto es como ver un poco la luz.

    Eso se siente un poco reflejado en la voluntad que se vio hace unos días, concretamente en la semana pasada, cuando se anunciaron las rebajas de las retenciones a las exportaciones de algunos productos agropecuarios, al menos hasta el 30 de junio.

    En general el productor argentino quiere seguir produciendo en este país.

    Y bueno, en cuanto a lo que me corresponde como presidente de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), puedo comentar que hasta 2011 los valores de los campos argentinos venían mejor, en forma ascendente. Desde ese año en adelante empezaron a bajar los valores de los campos, hasta que llegó aproximadamente 2023, y ahí casi todo 2024 empezaron a remontar los valores, afirmándose.

    Y esto no es como cuando me dicen que los campos aumentaron sus precios, no es así. Lo que pasó fue que el precio de los campos comenzó a recuperar lo que se perdió entre 2011 y 2012.

    ¿Cree que eso coincidió con el cambio de gobierno o que también se debió a factores externos, como el tema de los precios de los granos, de los productos, la demanda externa?

    No. No nos olvidemos que el campo, aparte de ser un bien que produce y es rentable, es sobre todo un refugio de valores o capitales.

    Por eso lo comparo mucho con cuando compramos un lingote de oro, o compramos una hectárea de campo, o lo que sea. Eso como equivalente al campo, con la diferencia que en el campo uno tiene una renta, en el mejor de los casos, que supera el 3%, en el peor de los casos, que sea menos del 3%.

    Pero siempre tenemos un refugio de valores y sobre todas las cosas, como yo siempre digo, no existe el campo de doble piso, porque no se fabrica más, es un bien infinito. Y va muy de la mano, por un lado con el Producto Interno Bruto (PIB), y por otro, con los gobiernos.

    Creo que algún porcentaje ha tenido que ver el hecho de un cambio de gobierno en el que la gente tiene otro tipo de expectativas.

    En general el inversor y el productor, sobre todo el productor, es totalmente positivo. Donde pierde tanta cantidad de planta en una fábrica a cielo abierta, con todos los riesgos que se corren, por lo difícil que es producir en nuestro país, considero que lo de nuestros productores es para sacarse el sombrero.

    De hecho, llama la atención en Brasil, en Estados Unidos y en otros países, donde nos preguntan cómo hacemos para producir, con tantas retenciones, con tantos impuestos, con tantas cargas y alquilando campos en muchos de los casos.

    Y el producir apuesta a renovar los equipos y maquinarias agrícolas, para seguir en la producción agropecuaria y mover a la industria.

    ¿Esa decisión de invertir también supone un riesgo de acumular endeudamiento?

    Eso lo hemos visto. Hace 35 años que estoy en esto, somos la tercera generación dedicada a la compra y venta de campos, y hemos visto de todo. En especial lo que ha golpeado el clima al campo. Por ejemplo, ni se compara la cantidad de tamberos que hay ahora con la que teníamos hace unas décadas. Lo que sí también hemos visto es que hubo productores lecheros que vieron la posibilidad de reconvertirse, para pasar a hacer agricultura. Estos productores se volcaron a la producción agrícola o a la ganadería. No es que salieron del tambo y dejaron el campo, lo que hicieron fue reinventarse dentro de su mismo establecimiento.

    En el caso de los ganaderos, en los últimos tiempos, con los cambios de los precios y de la demanda de carne, se fortificó la actividad y, de hecho, la demanda de campos ganaderos se comenzó a afirmar.

    El problema que en este momento preocupa a los productores es la sequía en el campo, porque no llegan las lluvias y la incertidumbre es cada vez más grande. Es bueno pensar en el futuro, pero el presente está complicado por el lado del clima. Necesitamos que vengan las lluvias cuanto antes.

    Retomando el tema de los argentinos en Uruguay, ¿el cambio de gobierno en su país puede frenar la decisión de invertir en el agro uruguayo?

    No, hay público para todo, también hay inversionistas que tienen distinto tipo de paladar. El hecho de estar tan cerca hace que sea atractiva la posibilidad de invertir en Uruguay, eso no va a interferir, y el que ya tiene la idea de tratar de seguir invirtiendo en Uruguay lo va a hacer.

    Así como también en las peores circunstancias hubo productores que tuvieron la oportunidad de irse a invertir a Uruguay, pero no lo hicieron y se quedaron en Argentina.

    Eso no va a ser un factor determinante en estos negocios.

    En cuanto al mercado de campos en Argentina, ¿qué pasó con los valores y con la demanda?

    En 2024 y ahora hubo bastante movimiento en el mercado de tierras. Pero no han sido productores los que han estado pudiendo comprar campos, si no que el perfil de los inversionistas en campos agropecuarios es de empresarios de otros sectores, como industria y servicios.

    Por eso decía que el campo sigue siendo un refugio de valores, y el empresario que entra al negocio, sabe que una inversión que hace a largo plazo y que de buenas a primeras apunta más a la plusvalía que pueda llegar a tener en el tiempo, y en lo inmediato a la renta.

    ¿En qué tipo de campos invierten estos empresarios?, ¿ganaderos, agrícolas o mixtos?

    La demanda más grande que tenemos en Argentina es en la zona núcleo y suelos 100% agrícolas. El problema es que este tipo de campos no se consigue fácilmente, por tener una mayor productividad.

    En algunos casos, cuando no se puede comprar un campo 100% agrícola, el interesado se adapta a la búsqueda de un campo mixto.

    Actualmente el rango de precios de los campos para la producción ganadera está entre unos US$ 3.000 y US$ 3.500 la hectárea, para hacer cría de vacunos. Dependiendo de las zonas, los valores son muy variables.

    Para forestación la demanda de campos se da en zonas puntuales, principalmente en regiones del norte argentino.

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    Si bien hay conformidad del sector empresarial con la gestión del actual gobierno argentino, se cree que quienes tenían la intensión de invertir en Uruguay mantienen ese objetivo

    Si bien hay conformidad del sector empresarial con la gestión del actual gobierno argentino, se cree que quienes tenían la intensión de invertir en Uruguay mantienen ese objetivo

    Mientras que los precios de los campos agrícolas, destinados a la producción de soja, maíz y trigo, entre otros granos, los valores oscilan entre US$ 11.000 y US$ 16.000 por hectárea, en las zonas de mayor productividad.

    Otro negocio que también juega entre las alternativas de producción del campo argentino es el de los establecimientos de engorde intensivo de ganado.

    El tema del feedlot es más bien cíclico, no tanto como se dio en Uruguay con un crecimiento casi explosivo, pero igualmente está en aumento. Todo esto está relacionado con las políticas oficiales para las exportaciones de carne. En la medida que se fortalezcan los precios y la ganadería, en Argentina tenemos todo para exportar mucho más, y para eso es importante que el productor tenga reglas claras.

    Como lo fue la señal positiva con la baja de las retenciones a las exportaciones de granos.

    Argentina puede volver a ser el granero del mundo, como históricamente fue señalada, porque el productor es optimista siempre. Por más que pueda parecer una expresión de deseo, no veo por qué no podría llegar a serlo.

    En años recientes el mercado uruguayo registró inversiones significativas de fondos foráneos en compras de campos, ¿en Argentina hubo compras de tierras por grupos o inversores extranjeros?

    Hay colegas que han hecho alguna operación con inversiones extranjeros. Pero no hay que olvidarse que en Argentina estábamos muy frenados por la ley de tierras que tenemos en este país.

    Con respecto a los extranjeros, no comprenden las transacciones que abundaron en el mercado. De hecho, no llega al 6% las tierras que están en manos de extranjeros, a lo que es necesario sumarle también la minería, y con eso completaría aproximadamente un 6%.

    Además, dónde el extranjero ha insistido en la compra de tierras en nuestro país ha sido en las zonas consideradas marginales.

    Las limitaciones a las compras de tierras por parte de extranjeros están más vinculadas a la zonificación.

    Ahora, con los cambios políticos en Argentina, en Brasil y en Uruguay veo que el escenario para los negocios de inversión en la compra y venta de campos es mucho mejor, especialmente en el mercado argentino con el presidente Milei.

    El tema es que cuando nos acostumbramos a un cambio de escenario positivo y nos vamos acomodando para bien, luego vuelve a darse un gobierno que frena todo y ojalá que eso no vuelva a pasar.